Aumentan sismos en zonas donde se practica Fracking en México
¿Podría la mano del hombre provocar un sismo?
Al parecer si y ya lo está haciendo.
En los últimos cinco años se ha incrementado el número e intensidad de sismos en zonas del país donde se extrae gas y petróleo mediante fracturación hidráulica, reveló una investigación realizada por CartoCrítica, una iniciativa ciudadana que promueve la transparencia para la defensa del territorio.
Si bien la investigación no pudo concluir que los sismos están relacionados directamente con la aplicación de la técnica, científicos en Estados Unidos corroboraron ya que el Fracking produce sismos de poco riesgo -menores a 2 grados- y que el procedimiento de depositar aguas residuales en pozos de inyección, asociada a esa técnica producen sismos de mayor magnitud.
Científicos del Servicio Geológico de Estados Unidos comprobaron que al menos 16 terremotos en Nuevo México y Colorado están relacionados con la inyección de grandes cantidades de aguas residuales al subsuelo.
En el caso de México la actividad sísmica se ha incrementado en zonas clasificados por el Servicio Sismológico Nacional como tipo A, donde típicamente no se tiene registro de sismos y tipo B, donde son poco frecuentes.
Se trata de la provincia geológica de Burgos ubicada al norte de Tamaulipas y al este de Nuevo León; la provincia geológica de Veracruz ubicada al sur del estado del mismo nombre; la Burro-Picachos al norte de Coahuila y norte de Nuevo León; así como Tampico-Misantla al norte de Veracruz y sur de Tamaulipas.
FUENTE: CartoCrítica
En Burgos -ubicado en la zona A- los sismos se incrementaron de 1 a 2 por año entre 2009 y 2011 hasta 21 en 2012; 51 en 2014 y 11 en 2015. Mientras que en la provincia Burro-Picachos -en la misma zona- los sismos se incrementaron de 1 por año en 2012 hasta 19 en 2015.
A diferencia de los científicos de Estados Unidos, CartoCrítica no pudo acceder a los datos necesarios para obtener una conclusión contundente porque en México la información sobre infraestructura de hidrocarburos es considerada como de seguridad nacional, es decir, la puede conocer el gobierno y los inversionistas, pero no los dueños de la tierra o la sociedad civil, explica la investigación.
CartoCrítica obtuvo sus resultados a partir de cruzar la información de más de mil pozos que utilizan Fracking obtenida a través de solicitudes de información y la ubicación de pozos detectada a través de fuentes documentales, más la información del Servicio Sismológico Nacional.
El Fracking como otras técnicas de explotación de energéticos y minerales beneficia a un número limitado de empresarios y comerciantes, pero sus consecuencias afectan a amplias regiones.
El antecedente más conocido ocurrió en Oklahoma en noviembre de 2011. El movimiento telúrico fue de 5.7 grados -el más fuerte que había ocurrido hasta entonces- lesionó a dos personas, dañó 14 casas y se sintió en 14 estados según el Servicio Geológico de Estados Unidos. Los científicos lo asociaron al uso de técnicas de inyección de agua, aunque los sismólogos no estuvieron de acuerdo.
¿A dónde van las aguas residuales?
Las autoridades no están obligadas a declarar de donde obtienen el agua que se utiliza para la exploración y extracción de hidrocarburos.
Los entre 9 y 29 millones de litros de agua que utilizan los pozos de fracturación hidráulica no están sujetos a la Ley de Transparencia y por tanto no se asientan en el Registro Público de Derechos de Agua de la Comisión Nacional del Agua, bajo el argumento de que la provee el contratista, explica CartoCrítica.
Lo mismo sucede con los permisos de descarga de aguas residuales bajo el argumento de que son manejados por los contratistas.
A FONDO: Sismicidad inducida y fracking, CartoCrítica, 16 de diciembre de 2015.
OPINIÓN: La política de la OPEP con el petróleo, José Miguel Moreno, 30 de octubre de 2014.
OPINIÓN: La guerra petrolera de Estados Unidos y la OPEP, José Miguel Moreno, 11 de noviembre de 2014.