Trump y Clinton ya hicieron daño a la relación comercial con México: Serra Puche
En el fondo, ni Donald Trump ni Hillary Clinton creen en el libre comercio y sus discursos extremos a favor del proteccionismo en Estados Unidos, ya le hicieron daño a la relación comercial entre Estados Unidos y México, advierte Jaime Serra Puche.
“Ha sido tan extremo el proceso y tan irracional la discusión, que cuando uno u otro lleguen al gobierno van a tener que hacer algo de lo que han dicho o prometido en las campañas” y ello tendrá efectos nocivos sobre la relación comercial con México porque avances para una mayor movilidad laboral o logística prácticamente están descartados, dice Serra.
“En vez de generar un esquema inteligente de generar medidas de trabajadores visitantes, como en Europa, se está generando todo un ambiente en contra de la migración”.
“Por un rato largo no creo que tengamos una posibilidad seria y real en donde el gobierno americano acepte un esquema de movilidad laboral en América del Norte que le traería a la región una gran competitividad”, explica el ex secretario de Comercio en entrevista y quien fuera negociador y firmante del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC) en 1992.
El discurso de Trump sí tiene arraigo
Pero va más allá. El ahora presidente de SAI Consultores deja entrever las fuertes posibilidades de que Donald Trump se convierta en el próximo presidente de los Estados Unidos; un escenario que –de darse- afectará seriamente la relación comercial entre EU y México.
“El discurso de Trump sí tiene arraigo entre la clase política y la población estadounidense”, afirma Serra Puche. “Veo una asimetría entre los argumentos pro proteccionistas y los anti proteccionistas. Los argumentos proteccionistas son muy fáciles: ‘ya no vamos a permitir que se nos vayan plantas… y la reacción inmediata de la gente y de los políticos… pega”.
“Y si en vez de eso lo tienes que explicar: ‘Es que tener la frontera abierta nos hace mas competitivos porque los precios relativos de los insumos reflejan más la competencia del mundo’; pues son argumentos que no tienen ese impacto de corto plazo”, dice entrevistado en sus oficinas ubicadas en Santa Fe en la Ciudad de México.
“Entonces mi sensación es que el éxito de los discursos proteccionistas se debe en buena medida a esta asimetría y no la podemos ignorar”.
El Congreso no contendría el proteccionismo de Trump
Uno de los asuntos que se analiza en México es si Trump tendría en el Congreso estadounidense un freno a sus planes proteccionistas y a las políticas anti TLC que pregonó durante su exitosa campaña para ganar la candidatura republicana.
Para Serra Puche no habrá un freno efectivo que detenga a Trump.
“Si bien el Congreso debe aprobar cambios, eso depende de qué cambios. Por ejemplo, si decide subirle los aranceles a México al equivalente de los aranceles que tiene EU registrados en la Organización Mundial de Comercio (OMC), lo puede hacer sin pasar necesariamente por el Congreso. Si decide poner algo superior a la OMC lo van a castigar en la OMC y se entra en una larga controversia”.
“Así que, la contención que puede poner el Congreso contra medidas proteccionistas tampoco es tan grande como creemos, porque jurídicamente no pueden detenerlo; pero también porque hay mucho proteccionismo entre los congresistas que se están alineando a esta visión de que tienen que hacer a su país otra vez grande. Y muchos congresistas ven que el proteccionismo tiene tal efecto para conseguir votos que lo comienzan a usar y se genera toda una cultura proteccionista que provoca un daño enorme a la región”, afirma.
Hillary Clinton no está convencida del TLC
Serra Puche advierte sobre la miopía que se está dando entre los políticos estadounidenses porque el TLC no es un problema para Estados Unidos, sino una solución a su propia competitividad.
“Me parece que están siendo muy miopes. Más de la mitad del comercio mundial ya se dá a través de tratados regionales y la competencia no es entre países, sino entre regiones. El TLC es la solución para EU y no el problema; y México contribuye enormemente a la competitividad de América del Norte frente a otras regiones del mundo”.
Sin embargo ése no es el razonamiento que ha mostrado el político y el elector estadounidense, en general, en las semanas de las campañas demócratas y republicanas.
Las negociaciones entre Estados Unidos, Canadá y México para alcanzar un acuerdo de libre comercio regional iniciaron en 1990 y se extendieron hasta 1992, año en que se firmó. El TLC entró en vigor en enero de 1994, el último año del gobierno de Carlos Salinas de Gortari y el segundo año del primer mandato de William Clinton que había iniciado en enero de 1993.
En las negociaciones y puesta en marcha del Tratado, Serra Puche conoció de cerca la postura de Hillary Clinton. “Desde que lanzamos el TLC, nunca estuvo a favor; después se moderó, pero nunca estuvo a favor. Filosóficamente no está convencida”, dice.
Sobre Donald Trump dice que si bien ha insistido en que es un ‘free trader’, “todo lo que ha hecho en su vida lo ha hecho en una industria que no ha estado sujeta a la competencia internacional, entonces no es un hombre que esté acostumbrado a entender la competitividad de una empresa. No es algo que tenga cercana como hombre de negocios. En la medida en que tomara decisiones proteccionistas, aunque mas moderadas de lo que dice, sí estaría afectando la integración y competitividad de la región”, apunta Serra Puche.
¿Y México?
Las organizaciones en México tendrían que hacer algo para amainar el creciente proteccionismo en EU dice enfáticamente, aunque no será nada fácil. “Hay que hacerlo con los hacedores de las políticas en EU convenciéndoles de que esto le conviene a EU”. Hay que hacer un esfuerzo educativo allá y ello requerirá la participación de organizaciones, gobierno y empresarios, sentencia el doctor en economía por la Universidad de Yale que se retiró como funcionario público a finales de 1994, para dedicarse desde su propia firma en el sector privado a asesorar empresas de la región en materia comercial.