Cuando hay que vivir de las remesas y no de un salario formal
Margarita espera cada mes la llegada de su remesa que le envía Antonio, su marido, desde Nuevo México.
Ha pesar de su búsqueda por meses, ha perdido toda esperanza de conseguir un empleo en Acapulco, donde vive con sus tres pequeños hijos. Y es que para ella conseguir un trabajo con prestaciones laborales y seguridad social, se ha convertido en un sueño inalcanzable.
Guerrero es un estado que vive de las remesas. La gente recibe mucho más dinero de sus familiares que viven en Estados Unidos, que todos los salarios juntos que pagan las empresas a sus trabajadores formales.
Entre enero y septiembre de este año los afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el estado cobraron 650 millones de dólares en salarios, según los registros oficiales. Sin embargo los guerrerenses recibieron 955 millones de dólares de remesas enviadas por sus familiares que cruzaron el Río Bravo y trabajan en la construcción, en los comercios o en el campo estadounidense.
Las remesas representan 147% de las nóminas del IMSS en el estado. Y es que Guerrero es uno de los estados de la República con mayor índice de informalidad. Siete de cada 10 pobladores en edad de trabajar, lo hace sin prestaciones o seguridad social; en condiciones de informalidad laboral. Una cifra que, en América Latina, se compara con Paraguay.
Un caso extendido
Pero Guerrero no es el único caso. Pobladores de estados como Michoacán y Oaxaca también viven la misma situación. Las remesas que reciben las familias supera en monto a los salarios que reciben aquellos ‘privilegiados’ trabajadores formales afiliados al IMSS.
En Oaxaca las remesas representan 116% del total de los salarios de los trabajadores afiliados al IMSS, mientras que en Michoacán la cifra llega a 115%. En ambos casos son cifras de los primeros nueve meses de 2015 publicadas por el área de Estudios Económicos de Banamex.
Y es que la extendida informalidad laboral aunado al crecimiento de las remesas en los primeros nueve meses de este año, han agudizado la dependencia de estas poblaciones de las remesas provenientes, principalmente, de trabajadores migrantes en Estados Unidos.
Guerrero, Michoacán y Oaxaca recibieron por remesas 3 mil 828 millones de dólares entre enero y septiembre de este año. 374 millones de dólares más que en los mismos meses del año pasado; mientras que las oportunidades de nuevos trabajos formales en estos estados simplemente no mejoraron.
Dependencia made in USA
Zacatecas, Hidalgo, Guanajuato, Durango, Nayarit, Puebla, Morelos y Tlaxcala también son economías estatales y miles de familias que revelan una fuerte dependencia de las remesas. Incluso Jalisco, una de las mayores economías estatales del país, recibe un monto de remesas que representa un cuarto del total de los salarios pagados a los afiliados al IMSS en el estado, según las cifras oficiales.
En el total nacional, los 18 mil 624 millones de dólares en remesas que ingresaron al país entre enero y septiembre de este año, representan el 20.7% de los salarios pagados a los afiliados al IMSS.
De esa magnitud es la informalidad en México y la dependencia económica de las familias hacia las remesas enviadas por sus familiares desde Estados Unidos.