La crisis de niños migrantes regresa al abandono
La cantidad de niños migrantes que viajan solos rumbo a Estados Unidos y que son aprehendidos, sigue siendo alarmante.
Si bien el repunte visto en 2014 llamó la atención de las organizaciones civiles y de los medios de comunicación, generando reacciones de los gobiernos; el fenómeno continúa en lo que va de 2015.
El cruce de niños y adolescentes que busca llegar a Estados Unidos se recrudeció el año pasado; provocando que el mundo volteara a ver esta zona geográfica. Y si bien la reacción del gobierno de Barack Obama y de Enrique Peña Nieto lograron sacar al tema de la agenda mediática, las cifras muestran que el fenómeno no solo sigue vigente, sino robustecido.
El año pasado el Instituto Nacional de Migración (INM) reportó 23 mil 96 niños y adolescentes en la estaciones migratorias del país, provenientes en su su mayoría de Centroamérica; un incremento de 58.3% a lo largo de 12 meses.
Mientras que el Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos en el año fiscal 2014 -de octubre 2013 a agosto de 2014- registró 66 mil 115 menores no acompañados, de origen mexicano y centroamericanos. Un aumento de 42.4% anual.
Y si bien en este año, 2015, se podría registrar una menor cantidad tanto en México como en Estados Unidos, sin embargo las razones de la disminución no se enfilan hacia erradicar este grave fenómeno de menores solo cruzando miles de kilómetros desde sus lugares de origen para llegar a la Unión Americana.
“El problema de los menores migrantes sigue estando, siempre ha estado, y permanecerá mientras continúe la desigualdad y problemas económicos en los países de origen; pero hasta 2014 se volvió muy mediático por este repunte”, afirma Juan José Li Ng, economista senior del Grupo de Análisis Económico de BBVA Research, una división del grupo financiero español BBVA.
Este tema -dice el especialista- pasó como otros que alcanzan un nivel de difusión importante, pero luego se dejó de lado por otras problemáticas que aquejan justamente a estos dos países receptores, México por ser país de tránsito y Estados Unidos, por
Un panorama desalentador
“Este año podríamos llegar a 35 mil casos de menores no acompañados. Cifras muy alarmantes”, pronostica Li Ng, un economista especialista en asuntos migratorios.
Y es que las cifras le dan la razón a Li Ng. De acuerdo a los datos del gobierno estadounidense, en el año fiscal 2015 -del 1 de octubre de 2014 al 31 de agosto del 2015-, se detuvieron a 35 mil 494 personas y en México la cuenta va en 16 mil 134 menores en este año.
“Este sector tiene la vulnerabilidad de ser menor de edad y migrante, ya que a veces es difícil reconocer sus derechos en un país diferente al suyo”, refirió el investigador.
El trato a los migrantes -que las propias organizaciones civiles, no gubernamentales e internacionales han reportado- es de extorsión, trata, violaciones sexuales y otras vejaciones.
“Si bien observamos un importante pico durante julio y agosto, a partir de esta fecha hubo un decrecimiento (del fenómeno en cifras), en parte por los programas en la frontera sur de México”, comenta el economista graduado por la UNAM con una maestría en economía por el Colegio de México.
Los programas emprendidos por la administración del presidente Enrique Peña Nieto y el Gobierno de Guatemala -llamado Programa de la Frontera Sur- fue anunciado en julio de 2014 y busca proteger a los migrantes centroamericanos proporcionándoles una tarjeta para laborar temporalmente en estados como Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.
Además México se comprometió a vigilar la zona del paso del tren conocido como “La Bestia”, que es una de las principales vías que utilizan los migrantes centroamericanos para cruzar gran parte del territorio nacional y acercarse a la frontera con Estados Unidos.
El programa respondió a las presiones de Washington para que los países expulsores contribuyan a disminuir el número de menores migrantes. Finalmente el programa fue bien recibido por Obama.
¿Conteniendo o resolviendo el problema?
Sin embargo con la implementación de los programas “se impidió, más bien, el paso a los menores migrantes y se incrementaron las deportaciones de estos menores y por ello ya no pueden llegar tan fácilmente a Estados Unidos”, aclaró Li Ng.
En los compromisos de julio de 2014, el propio mandatario estadounidense, Barack Obama, abonó con reforzar la vigilancia fronteriza con México. “En este momento hay más agentes de la patrulla fronteriza y recursos para la vigilancia en el terreno, que en cualquier otro momento de la historia", dijo Obama.
Sin embargo las medidas de contención, se han limitado a ello, sin resolver el problema de fondo. El experto del BBVA Research comenta: “Organizaciones civiles han apuntado que se ha reducido la cantidad de menores migrantes que llega a Estados Unidos, pero se han incrementado el número de menores de edad detenidos en México”.
“Mientras existan problemas en los países de origen, será difícil parar este problema de migración"
Y es que en el fondo son las enormes desigualdades, la pobreza y la falta de oportunidades en Centroamérica y México, las que expulsan a estos niños y adolescentes.
Endurecimiento de medidas y detenciones
En 2014 Obama solicitó a su Congreso un presupuesto de 3.7 mil millones de dólares para enfrentar esta situación.
El plan planteó “una estrategia global dirigida a la construcción de más centros de detención, la adición de los jueces de inmigración y reforzando las patrullas fronterizas y la vigilancia aérea”.
La intención del gobierno estadounidense era desalentar la migración de menores enviados por sus padres, según lo reveló la prensa. “Obama ha dicho que espera que las medidas acelerarán deportaciones y desalentar a los adultos de enviar a los niños en una peligrosa, a veces mortal, viaje al norte”, informó el diario estadounidense The Washington Post.
Pero además el plan contempla que parte de este presupuesto se iría a los países de origen como son Honduras, El Salvador y Guatemala, para buscar erradicar las causas del éxodo de esta población, incluyendo situaciones de violencia.
“Al menos 168 millones de dólares se destinaron a albergues para este año, igual que en 2014. De ejercerse para 2014, 2015 y 2016 el presupuesto sería de, al menos, 900 millones de dólares”.
Desafortunadamente México no ha avanzado en atacar las causas que provocan los flujos de los jóvenes rumbo al norte. Al contrario, se han endurecido los programas de detenciones de estos viajeros.
Lo que se ha provocado endureciendo las medidas policíacas es que estos grupos de jovenes migrantes “busquen otras vías para intentar llegar. Ya no pueden tomar las vía del tren "La Bestia"; al suceder esto vuelve todavía más complicado el camino provocando que las organizaciones civiles de ayuda a los migrantes, enfocadas a los puntos tradicionales de paso de migrantes, tengan mayor dificultad para acceder a ellos”, comenta Juan José Li Ng.
Regreso a la 'normalidad': El abandono
Ahora el riesgo es que el tema se quede en el abandono, nuevamente.
“A menos de que se den condiciones muy fuertes que lo hagan volver a colocarse en la prensa, de no hacerlo es un problema que invisibiliza esta situación”.
“Además, se está acercando un año electoral en Estados Unidos, y estos temas migratorios, tal como la reforma, los dreamers -aquellos jóvenes que llegaron de niños a Estados Unidos y quienes buscan obtener la ciudadanía de allá- siguen en la agenda migratoria y permanecen congelados”.
Tiene razón Li Ng. Lo cierto es que solo una nueva crisis de grandes dimensiones podría hacer que la prensa vuelva a colocar sus reflectores sobre los niños y adolescentes migrantes que por miles cruzan el territorio mexicano y así obligar a los políticos a voltear a verlos.
Mientras ello no ocurra, ha regresado la 'normalidad': miles de menores migrantes siguen caminando solos todos los días hacia la frontera norte, enfrentando los riesgos de la trata, de las violaciones y de la muerte.