El regreso de las fábricas a Estados Unidos ¿un mito a observar desde México?
El regreso de las fábricas estadounidenses a América ha sido puesto bajo cuestionamiento porque, en la práctica, lo que se viene dando son movimientos de relocalización de procesos y productos en diversas partes del mundo y aún aquellas empresas que decidieron regresar a Estados Unidos están subcontratando partes del proceso de fabricación.
"No se trata de un simple movimiento de regreso. Están ocurriendo una serie compleja de flujos. Algunas empresas están dejando el lugar donde estaban; otras están viniendo; otras incluso van hacia lugares diferentes. Yo diría que esa fue nuestra principal observación", dice Morris Cohen, profesor de Wharton School, quien con Hau L. Lee de la Universidad de Stanford, han publicado los resultados de una investigación reciente sobre lo que se denomina "reshoring" o regreso de las inversiones fabriles de Estados Unidos en el exterior.
La investigación de los académicos titulada "Estudio de benchmark de la cadena global de abastecimiento: un análisis de las decisiones de subcontratación y de reestructuración", busca dilucidar lo que ha ocurrido con el reshoring en Estados Unidos en los últios años en términos netos, después de que incluso se ha usado políticamente este argumento.
En entrevista con Knowledge@Wharton, Cohen comenta que el proceso es complejo y la conclusión no es fácil. "Las empresas parecen estar lidiando con análisis de riesgo y de cambio... Están tomando en cuenta diversos factores. Dependiendo de lo que predomina en el caso específico de un determinado producto, se puede dirigir a un lado o al otro... no pueden interpretar la situación como algo simple".
Y es que para Cohen no hay una razón principal que explique el fenómeno. Incluso hay mitos que deben derribarse. "El principal equívoco es que no hay sólo una razón dominante. Todos hablan de costes. Nuestros costes de mano de obra no están aumentando y, por lo tanto, eso va a llevar a todo el mundo de regreso a EEUU. Mucha gente defiende eso. Otro error: no importa el costo de la mano de obra, porque todo se hará de forma automática. Por lo tanto, los robots harán el producto. El costo humano no importa. Constatamos que las cosas no son tan simples".
"Lugares como China y Asia y partes de América del Sur se volvieron muy atractivas, no sólo a causa de los bajos costos de la mano de obra, sino debido a su alta calidad y del acceso a los mercados. Ese parece haber sido un factor de impulso muy importante", dice Cohen.
"Los gobiernos continúan presionando a las empresas para que lleven los empleos a sus países, para que gestionen la actividad allá, sin embargo los riesgos no podrían ser mayores y los problemas son cada vez más claros".
"A medida que observamos el desarrollo de la tecnología, las diferentes fuerzas de trabajo distribuyéndose por diferentes franjas de edad y precios distintos, las empresas tendrán que evaluar, constantemente, sus decisiones y prepararse para más cambios. Ese es el principal resultado a nivel práctico"
Un caso concreto es la fabricación del IPhone. El costo de la mano de obra de este equipo es menos que 10% por lo que se puede afirmar que no importa lo que ocurra con los costos de la mano de obra en China o Tailandia. "Es más importante que se desarrollen nuevos productos y haya acceso a la fabricación flexible, de capacidad y calidad elevadas. No es que el costo efectivo de la mano de obra no sea importante, pero no es el factor principal", señala Cohen en entrevista con Knowledge@Wharton.
MÁS INFORMACIÓN: ¿Es el reshoring de las fábricas americanas un mito?, nota del 20 de mayo de Knowledge@Wharton
INFORMACIÓN A FONDO: Global Supply Chain Benchmark Study: An Analysis of Sourcing and Re-structuring Decisions. Morris Cohen and Hau L. Lee