“No lucho por ser delegado, voy más allá": Monreal

Va a ser una lucha cuerpo a cuerpo, advierte Ricardo Monreal, sin descartar actos de violencia. Lo que estoy haciendo es luchar, “puede ser mi tumba política”, dice el diputado federal y ex gobernador de Zacatecas de cara a la elección por Cuauhtémoc, la delegación capitalina que es el ombligo del poder político del país.
6 Abril, 2015 Actualizado el 7 de Abril, a las 17:45
Ricardo Monreal es hombre cercano a Andrés Manuel López Obrador y puntal de Morena.
Ricardo Monreal es hombre cercano a Andrés Manuel López Obrador y puntal de Morena.
Arena Pública

Llega al lugar del encuentro 20 minutos después de la hora pactada. Ricardo Monreal Ávila es de esos políticos experimentados que recorren de arriba a abajo a su entrevistador, sin dejar nada fuera de su mirada, como tampoco lo hace con sus oponentes políticos después de haberse enfrascado en un sinnúmero de batallas electorales.

“Me preocupa que las encuestas me coloquen a la cabeza, ya siento la embestida en contra”, dice gritando la denuncia con su mirada a sus oponentes del PRD en la lucha que viene por la delegación Cuauhtémoc, el ombligo del poder en la Ciudad de México.

Claro que Monreal Ávila no es ningún improvisado en la política mexicana y menos aún en las trincheras de la izquierda. Baja la mirada, respira tranquilo y calcula sus respuestas sobre todo cuando se trata de identificar a sus adversarios. “Con el jefe de gobierno me une una relación de respeto permanente –zanja de inmediato”. Minutos antes había relatado sus conversaciones con Miguel Ángel Mancera incluso antes de inscribirse y de arrancar la etapa de pre campaña que ahora le ocupa. “Es una gente correcta. Se le debe creer que es un ciudadano que no se ha metido en la parte partidista”, dice quien busca dejar en claro su buena relación con quien encabeza el gobierno de la ciudad a unas cuantas semanas de las elecciones.

Y es que Ricardo Monreal no da paso sin huarache. Y cómo no. Senador y diputado federal en varias ocasiones y gobernador de Zacatecas; hombre cercano a Andrés Manuel López Obrador y puntal de Morena, esa nueva formación política que amenaza al perredismo particularmente en la capital.

Sin perder el tiempo apunta: “Lo que me preocupa son sus mandos medios”. Y dispara: “el secretario general de Gobierno, sí está operando. No soy ingenuo, si los subalternos se mueven, no lo hacen por la libre, sino con la tolerancia, autorización o disimulo de quienes dependen jerárquicamente”.

Se acomoda en el sillón que ocupa y advierte con la seguridad de quien sabe que ganará la elección: “Lo que quiero es un cambio pacífico. No voy a aceptar ningún tipo de provocación, ni voy a provocar ningún tipo de reacciones” dice a la vez que revela haberle enviado mensajes a Miguel Angel Mancera para que la contienda no suba de tono y se torne violenta.

“Va a ser una contienda cerrada, una lucha cuerpo a cuerpo; de polarización”, advierte Monreal. Si bien sabe que el desmembramiento que actualmente sufre su ex partido político será un punto a su favor en la contienda electoral no olvida que el PRD es gobierno. “Y en el peor gobierno estatal está la presencia de los recursos públicos, los programas y el poder”, sentencia Monreal.

Le incomoda el cuestionamiento de porqué un ex gobernador y un ex senador de la República como él, va por una delegación del Distrito Federal arriesgando su capital político acumulado. Toma aire y suelta. “Sin quererlo, Cuauhtémoc se ha convertido en el referente de toda la ciudad. Lo que pasa en la Cuauhtémoc repercute en la Ciudad y yo diría que en parte del país. Entonces lo que estamos haciendo es luchar. Puede ser mi tumba política y allí se termina mi proyecto”, dice este hombre de Fresnillo que a los 38 años fue el gobernador más joven que ha tenido la izquierda mexicana y el primero en ganar una elección estatal en junio de 1998.

Ahora a los 54 años es diputado federal y militante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). “Yo creo que Morena viene a irrumpir el predominio casi hegemónico del PRD en la capital. El PRD no se había enfrentado en los últimos 15 años a una fuerza emergente de izquierda con posibilidades de ser primera fuerza política en el DF.  Sí creo que puede ser la primera fuerza, el PRD no está acostumbrado a enfrentarse a una fuerza de competencia pareja y por eso están cometiendo errores: desesperandose, distribuyendo despensas, tarjetas, programas, dinero… O sea, todo”.

 

¿Tienes evidencia de que quieren detener a Ricardo Monreal te estás curando en salud porque estás apostando todo tu capital político?

Estoy apostando todo. Es decir, estoy consciente de todo; no estoy preocupado por esto. Decidí participar porque creo en un proyecto de nación y creo que el país merece un cambio profundo, una transformación profunda, un cambio real.

 

En la percepción pública tienes una imagen de rijoso y en los temas familiares, hay acusaciones en contra de tu familia sobre ligas con el narcotráfico, ¿cómo enfrentas eso en este camino electoral?

He sido siempre un inconforme con la corrupción y un opositor incorruptible, he sido un opositor duro que no negocia ni transa, ni con dinero ni con posiciones. Si a esto se le puede llamar rijoso, soy rijoso, y voy a seguir siéndolo porque yo no voy a transar ni con el dinero ni con el poder de mis principios y de mis ideales.

 

¿Aunque ello tenga un impacto en el electorado?

No importa porque yo ya goberné y la gente puede calificarme como gobernador, como ejecutivo, como administrador y también como parlamentario. He sido un opositor incorruptible, si eso puede asemejarse como rijoso, está bien, no hay problema.

 

¿Asumes el costo?

Asumo el costo. El otro tema de mi familia fue un hermano que, por cierto, la propia Procuraduría General de la República desde hace años en gobiernos panistas determinó que no había ningún elemento que pudiera vincular ninguna actividad de mi hermano que radica en Zacatecas.

Entonces simplemente se usa y se recicla cada vez que hay una contienda, en el caso mío. Lo que sucede es que cuando se dan a conocer esas noticias salen a ocho columnas y cuando se aclaran pasan a la página 28 en una mínima expresión.

 

Hablas de un programa sin corrupción en la Cuauhtémoc ¿no es utópico?

Es una buena pregunta. El tema de Sin Corrupción sí es utópico, incluso te diría un sueño imposible de erradicar al cien por ciento. No creo que haya forma. No, lo que trato de decir y lo que describo en la propuesta es un combate frontal a la corrupción. Es mano firme contra la corrupción. Eso creo que es de los principales problemas que se ha anidado en la delegación, la corrupción. No a los moches, no al dinero de tráfico de permisos para cambio de uso de suelo, no a las extorsiones de establecimientos mercantiles, no a las extorsiones a restaurantes y otro tipo de establecimientos. Es decir, el combate a la corrupción va a ser frontal.

 

Hay una pérdida brutal de confianza en los gobiernos de parte de la ciudadanía. No es una incredulidad asentada en percepciones cuando se habla de corrupción. Entiendo la buena intención de un hombre honesto y de un hombre de buena fe, como te acabas de describir. ¿Qué vas a hacer con el resto del gobierno?

 

Es un tema clave. Coincido en el sentido de que la confianza está socavada. Coincido en que la falta de credibilidad así definida es enorme. Coincido en que sectores importantes no sólo de jóvenes, de mujeres, de profesionistas libres, la falta de credibilidad es una característica invariable.

Uno de los problemas claves al que me he enfrentado en visitas domiciliarias es “no te creo”. “No les creo a los políticos, no sólo a ti, sino a todos los políticos”. Y lamentablemente nos tasan por igual.

Pero es el deterioro del ejercicio de la política, el deterioro de la vida social, la corrupción, el enriquecimiento de las élites gobernantes y políticas, y el aumento de la pobreza.

No es fácil derribar el estigma y la generalización de considerar a todos como corruptos, como desconfiables, como gente que no tiene ninguna credibilidad. Es un tema con el que se lucha todos los días, es un tema delicado. Pero finalmente el ejercicio de la política va a continuar, así ha sido siempre. Alguien tiene que orientar, dirigir,liderar, gobernar, unos u otros. Lo que tenemos que buscar es, quién te representa de mejor forma.

 

Respecto de la regeneración de la Zona Rosa, tu programa dice: “como espacio de convivencia para la población lésbico-gay”. ¿No es una política excluyente?

No es así. Los quince compromisos que se establecieron son un punto de partida, no son una agenda definitiva. Arranqué con esta propuesta programática pero he comentado que la intención de esta propuesta es mejorarla, enriquecerla o modificarla de acuerdo a la posición de los ciudadanos vecinos o expertos en la materia.

Y así como tú, me han surgido algunas contrapropuestas. No sólo en el tema de la Zona Rosa, sino en el tema de la seguridad, de movilidad, de corrupción, en cada una ya los ciudadanos están opinando, como tú.

Ahí en alguno de los puntos establezco la forma de cómo la participación ciudadana será definitiva para la toma de decisiones por la delegación, esta es una de ellas, pero no es exclusiva y no será tampoco excluyente.  

 

¿Acaso no está desgastada la figura de Andrés Manuel López Obrador con el mismo discurso de siempre? El caso de nuevos movimientos como Podemos o Ciudadanos en España han refrescado el debate y las opciones ante los electores.

Conozco la experiencia de España, conozco la experiencia de Grecia, de Egipto, de varios lugares que han irrumpido formas de organización política al margen de los partidos tradicionales y de los políticos tradicionales.

Yo te diría que en México se está cocinando algo similar. Andrés encabeza una corriente de pensamiento importante en el país. Yo diría que es uno de los movimientos sociales más importantes de la historia del país, que aun cuando podamos o no coincidir con él, representa mínimo 15 millones de ciudadanos que fueron capaces de ir a votar, de un universo de 40 ó 50, pero el movimiento que encabeza Morena es un movimiento transformador.

El discurso, y acepto la crítica no sólo de Andrés sino de todos, debería irse adecuando. Se tiene que ir modelando sin que renuncies a tus principios, a tus ideales que son los mismos. ¿Cuál es el problema contra el cual combatimos en Morena? Es la desigualdad, eso no va a cambiar.

El discurso es el combate a la corrupción. No va a cambiar eso. Es la búsqueda de ideas más claras. No va a cambiar eso. ¿Cuáles son los principios que mueven a Morena? Una transformación profunda del país. Te diría que de toda la lucha de Morena, sólo hay una que nos interesa: Cambio de régimen.

Todo lo demás viene implícito. El problema es el régimen; no vamos a ganar mucho  si ganamos delegaciones o si ganamos diputaciones, es un escalón para poder ir a la construcción de un nuevo modelo político y económico, pero sobre todo a la modificación del régimen.

No tendría sentido si sólo estuviéramos luchando para ser delegados. Yo voy más allá y te diría que aceptaría la crítica en el caso mío de tener que actualizar el discurso en las parte de las necesidades de la gente, un discurso más pragmático, menos ideológico es lo que demanda mucha gente.

Nosotros vamos por la transformación del país. No ganamos nada con tener un municipio, una delegación, hasta un estado; no sirve sino cambiamos de régimen. Ese es el tema de fondo para mí.