El embargo a Cuba fracasó, reconoce La Casa Blanca
La política aislacionista de Estados Unidos hacia Cuba fracasó. Al país de las barras y las estrellas este hecho sólo le ha distanciado de aliados regionales e internacionales, limitando su habilidad para influenciar en el destino del hemisferio oeste y de establecer en la isla una verdadera democracia, reconoció la Casa Blanca en un comunicado.
En un evento histórico, la presidencia de la Unión Americana aseguró que el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EU y Cuba representan “soltar el ancla de políticas fallidas del pasado y establecer un nuevo curso en las relaciones que empoderará al pueblo cubano”.
En un discurso televisado, el presidente estadounidense enlistó una serie de acuerdos a los que llegaron ambos gobiernos: restablecer las relaciones diplomáticas, dejar de considerar a Cuba como un Estado promotor del terrorismo, incrementar los flujos de viajes, información y comercio, e iniciar un debate serio sobre si debe eliminarse el embargo a la isla.
Como parte de las negociaciones ambos países accedieron al intercambio de prisioneros, entre ellos el estadounidense Alan Gross, sentenciado a 15 años de prisión en Cuba.
Así, tras 53 años, una embajada estadounidense volverá a tener lugar en La Habana, según acordaron los gobiernos de Barack Obama y los hermanos Castro, quienes comandan uno de los últimos reductos socialistas en el globo a sólo 144 kilómetros de la nación capitalista por excelencia.
“No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar un resultado diferente. No sirve a los intereses de Estados Unidos, o el pueblo cubano, el tratar de presionar a Cuba mediante el colapso. Sabemos por experiencia duramente aprendida que es mejor fomentar y apoyar reformas que imponer políticas a un país para convertirlo en un Estado fallido. No debemos permitir que las sanciones estadounidenses se añadan a la carga de los ciudadanos cubanos que tratamos de ayudar”, dijo la Casa Blanca en relación al bloqueo comercial impuesto a la isla desde octubre de 1960.
Raúl Castro, actual presidente de Cuba y hermano del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, aseguró que estos acuerdos representan un avance en “temas de interés” para ambas naciones.
Sin embargo, dijo que “esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloque comercial financiero que provoca enormes daños humanos y económicos debe cesar”.
El acuerdo alcanzado hace disponible licencias para los viajeros entre Cuba y Estados Unidos en 12 categorías:
-Visitas familiares.
-Negocios oficiales del gobierno estadounidense.
-Actividad periodística.
-Actividades educativas.
-Actividades religiosas.
-Exhibiciones y eventos públicos.
-Apoyo para el pueblo cubano.
-Proyectos humanitarios.
-Actividades de fundaciones privadas, de investigación y educativas.
-Exportación, importación o transmisión de información.
-Algunas transacciones comerciales sujetas a autorización.
Además, se licencia a los viajeros a Cuba para importar 400 dólares en bienes y no más de 100 dólares en productos alcohólicos y de tabaco.
El desarrollo en el Congreso de Estados Unidos, hoy mayoritariamente republicano tras las elecciones intermedias de este año, para levantar por completo el embargo es el próximo paso.
En el anuncio no se hizo referencia a la desaparición de la prisión militar de Guantánamo; promesa presidencial de Barack Obama aplazada.
Las reacciones de mandatarios latinoamericanos no se hicieron esperar y al menos los gobiernos de México, Argentina, Venezuela, Colombia, Brasil, Chile, Guatemala, Perú, Ecuador y Uruguay aplaudieron la noticia.
El presidente de esta última nación —y exguerrillero—, José Mujica, comparó el hecho con la caída del Muro de Berlín en la década de los 80.
En su discurso del 2 de enero de 1961, un joven Fidel Castro dijo: “La Revolución ha tenido mucha paciencia; la Revolución ha consentido que una plaga de agentes del servicio de inteligencia, disfrazados de funcionarios diplomáticos de la embajada americana haya estado aquí conspirando y promoviendo el terrorismo. Estos señores tienen aquí más de 300 funcionarios, de los cuales el 80% son espías. Si ellos quieren irse todos, entonces ¡que se vayan!”, exclamó.
Sólo un día después Estados Unidos —siendo presidente aún Dwight Eisenhower— rompería relaciones con Cuba para cerrar su embajada en plena Guerra Fría.
Las horas empiezan a correr para que la diplomacia de Estados Unidos regrese a la Cuba comunista de los Castro.
A FONDO: Consulta el comunicado de La Casa Blanca.