Un aeropuerto y un parque compiten por Texcoco
No es fortuito que en la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que dirige David Korenfeld, guarden silencio en torno a la construcción del nuevo aeropuerto que necesita la capital del país.
En teoría el tema no le corresponde, aunque dictámenes de esa dependencia señalan que la edificación de un aeropuerto en la zona no resulta viable.
Mientras tanto en la Conagua siguen con la compra de terrenos para el rescate de la principal zona lacustre del Valle de México en donde, desde la década de 1950, el Lago Nabor Carrillo se planeó como uno de los factores de recuperación de toda la zona del Lago de Texcoco. En esa región el único proyecto que oficialmente se debería desarrollar con recursos públicos es la construcción de un monumental parque en donde la prioridad será el equilibrio ambiental y la conservación de las condiciones que permitan a la Ciudad de México distribuir el agua resultado de la lluvia.
Sin embargo, en la Conagua buscarán -al amparo de la propiedad de muchos de estos terrenos ubicados en zona federal- liberar la zona para la construcción del nuevo aeropuerto. Incluso, al Grupo ICA, que dirige Alonso Quintana, le compraron terrenos adquiridos para construir complejos habitacionales.
Fue precisamente a través de la Conagua, hace un par de años, cuando la constructora logró la venta de esas propiedades, sin embargo el interés de ICA en el perímetro no disminuyó y regresó por más. Propietarios de las pocas y antiguas haciendas que quedan en la zona de Chimalhuacán nos han confirmado el interés de ICA y las negociaciones para seguir adquiriendo terrenos.
En el llamado Parque Ecológico del Lago de Texcoco, de acuerdo con el libro blanco de la Conagua, la regularización de predios corresponde a asentamientos irregulares que llegaron allí por movimientos políticos en el Estado de México. Se les considera, a partir de estudios hidrológicos -por cierto históricos- zonas inundables en donde no debería construirse vivienda, comercio y mucho menos un aeropuerto.
Por ello la única solución para esa zona que debería extenderse hasta regiones en donde se construyeron casas del complejo ARA, de Germán Ahumada, es el desarrollo de un parque y el rescate de los lagos ancestrales.
MÁS INFORMACIÓN: Texcoco y la compra silenciosa de predios, nota de Arena Pública de febrero 4 de 2014.