Cine mexicano con cargo al fisco
Por ello, entre los participantes en este sector que alguna vez se ubicó como una de las principales fuentes de divisas para el país, una máxima recurrente es que resulta mejor negocio producir cine que exhibirlo. Una verdadera paradoja pero que tiene que ver, precisamente, con la política de Estado que apoya a los creadores, guionistas, productores y, por supuesto, a las compañías que han decidido impulsar con inversiones esta actividad.
Resulta que a través del Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (Eficine), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT), a cargo del implacable Aristóteles Núñez Sánchez, aplican un crédito fiscal por el monto aportado a un proyecto de inversión en la producción o en la distribución por un contribuyente del Impuesto Sobre la Renta.
Así, particulares o empresas pueden destinar hasta 20% de su ISR al apoyo del cine.
Esa es la razón del nuevo auge de películas nacionales que, a contracorriente, están compitiendo por la taquilla de las salas de exhibición con producciones extranjeras. Películas como la exitosa producción de Eugenio Derbez No se aceptan devoluciones o Nosotros los nobles, de Gary Alazraki, recibieron apoyos a través del programa Eficine.
La clave es la vinculación de empresas que consideran una buena estrategia de imagen, mercadotecnia y responsabilidad social, dirigir una parte de sus contribuciones a proyectos cinematográficos.
Esas dos películas, por cierto, sí se convirtieron en éxitos comerciales y en productos de exportación. El problema es que no siempre sucede así y por ello se considera que resulta un mejor negocio sólo producir películas aunque en la taquilla no se alcanza ni siquiera el ya famoso “semanazo”; apenas unos días de exhibición.
Bancos como Inbursa de la familia Slim están apoyando vehementemente a este sector y la única condición que anteponen es que se eviten temas controversiales y que se privilegie el cine con valores. En el pasado, empresarios como Jorge Vergara, presidente de Omnilife, participaron en el financiamiento de proyectos como la película Y tu mamá también.
El balance del Eficine ha sido positivo; no se vigila, sin embargo, que los ocho o 10 millones de pesos que en promedio se autorizan casi a fondo perdido -entre recursos públicos y créditos fiscales- para la producción de cine, se reflejen en la pantalla o en las estrategias de marketing para garantizar el éxito del proyecto.
En los últimos seis años, se han producido al menos 70 películas mexicanas bajo este concepto y se trata de una buena política pública que debería enfatizar en la calidad y eficacia de los proyectos.
A FONDO: Lea aquí más detalles sobre Eficine, en el portal de la SHCP.