Shale gas, el verdadero objetivo
Para empezar, será el frente que cubran porque ya se tienen aprobadas inversiones por más de 10 mil millones de dólares para el desarrollo de gasoductos que, si bien enfrentan oposiciones comunitarias, constituyen la vía bidireccional mediante la cual podrían vender, en el corto plazo, gas a México pero también exportar el combustible que se obtenga de las reservas que podrían compartir en el territorio nacional.
Hasta ahora sólo se ha hablado de pozos en aguas profundas y muy poco de los yacimientos de shale gas que, además, representan el acceso a otros petrolíferos necesarios para la producción de gasolinas.
Se trata, según lo han manifestado los proveedores de equipo y tecnología estadunidense ante la Secretaría de Energía, de una apuesta de geopolítica energética que podría beneficiar ampliamente a ambas economías.
En México, los grupos ambientalistas y quienes han manifestado su oposición a los términos de la reforma energética, ya preparan argumentos sobre los problemas que se han presentado en Estados Unidos en materia ambiental y, sobre todo, respecto a las medidas de mitigación.
Es la guerra de argumentos y pruebas la que viene.
OPINIÓN: El rumbo de la reforma energética, columna El Observador de noviembre 12 de 3013.