Sheinbaum: no copiar
El Presidente saliente no dejó de golpear a los medios de comunicación. Ha sido incesante su ofensiva desde los primeros días de gobierno con infamantes epítetos lanzados a periódicos, periodistas, revistas y concesionarios. Su diatriba diaria ha tenido como objetivo minar la credibilidad del periodismo y, puntualmente, de la prensa crítica.
Para qué reprochar que, en buena medida, el descrédito de sus antecesores (en abono de su propio éxito) no sólo fueron las fracasadas políticas de combate al narcotráfico, la inseguridad y la corrupción, sino el hecho de que fueran los medios quienes estuvieron ahí para investigarlas y exhibirlas. Fruto de ese periodismo crítico fueron los reportajes sobre el costoso Boeing 787-8 Dreamliner con cargo a la Sedena (2012), La Casa Blanca de EPN (2014) y La Estafa Maestra (2017).
El caso es que el Presidente que atacó sin tregua a los medios ya se va. Los medios se quedan. ¿Cuál es el saldo de estos ataques, qué efectos causaron y qué cambiará en la relación con el Ejecutivo cuando Claudia Sheinbaum ejerza como Presidenta?
Hay elementos para un diagnóstico basados en lo ocurrido desde 2018, como en las señales que aportan los Diálogos para la Transformación, un extenso documento de propuestas que coordinó el ex rector Juan Ramón de la Fuente para el plan de gobierno de Sheinbaum.
¿Por qué es importante?
Si bien los canales de salida de la información tienen novedosas plataformas, perdura la esencia que explica a la prensa crítica y aquí van cuatro elementos que la explican y que responden a la cuestión del porqué es importante discutir su prevalencia:
- La evolución democrática no se puede comprender sin el papel de la prensa.
- La libre expresión es un valor que cobija a la sociedad desde los medios.
- La transparencia dio a la prensa una luz que alumbra el ejercicio del poder.
- Ambas, libertad de expresión y transparencia, contribuyen para frenar la deriva autoritaria de cualquier régimen.
¿A qué medios nos referimos cuando hablamos de la ofensiva del Presidente? A Animal Político, Aristegui Noticias, El Universal, Reforma y Proceso. Son los casos más notables entre las empresas, aunque esas agresiones verbales también han sido ad hominem, hacia las cabezas de cuatro de esos medios, en el mismo orden, Daniel Moreno, Carmen Aristegui, Juan Francisco Ealy Ortiz y Alejandro Junco de la Vega.
Los reiterados lances del Presidente también han sido contra Raymundo Riva Palacio, presentador de noticias en Televisa y autor de Estrictamente Personal (columna de opinión en Eje Central y El Financiero); Joaquín López-Dóriga (Radio Fórmula); Carlos Loret de Mola, principal figura de la plataforma LatinUS (inaugurada al tiempo que López Obrador llegaba al poder); y contra Ciro Gómez Leyva, presentador de Ciro por la Mañana (Radio Fórmula) y del noticiero nocturno Imagen Noticias (Grupo Imagen). La noche del 15 de diciembre de 2022, este popular comunicador salvó la vida de un atentado a balazos, hasta ahora irresuelto.
De un modo impensable para la investidura de un Jefe de Estado, esas empresas e individuos, han sido objeto de un discurso visceral, pretendiendo con ello ubicar a la prensa como un enemigo al que habría que reclamar por ocultar la corrupción en el gobierno, siempre que ésta haya ocurrido antes de 2018. Por inverosímil que resulta, su palabra en contra es la prueba que invalida cualquier reportaje sobre corrupción en la actual administración.
Ciertos empresarios de medios, como lo hace el dueño de Milenio, Francisco A. González Sánchez, visitan al Presidente en Palacio, y otros topan con él en eventos públicos, pero no que se sepa de los mencionados y las empresas más arriba citadas. Es destacable, eso sí, que mantienen su cobertura crítica, pese a que el gobierno ha empleado la práctica de reservar información pretextando seguridad nacional. Ni siquiera los sitios y canales digitales de El Universal o Reforma suspendieron la difusión en vivo de la conferencia matutina diaria, el show propagandístico con el que López Obrador domina en redes sociales y tiene abierta difusión en los canales del Instituto Politécnico Nacional (Canal 11) y del Sistema Público de Radiodifusión (Canal 14).
El efecto AMLO
Es materia de otro análisis hallar una explicación al porqué las empresas de medios, como las mencionadas líneas arriba, no forman un grupo de contención a la ofensiva de un gobernante como AMLO, ni tampoco que exista un foro análogo de periodistas. Lo evidente ha sido el objetivo del Presidente por restar credibilidad a los que él llama “medios convencionales” para diferenciarlos de aquellos que hacen las veces de porra a su gestión (v. gr., La Jornada, o el diario gratuito ContraLínea). Apenas el jueves pasado, desde su tribuna, López Obrador hizo recomendaciones al redactor de Rayuela, el micro-editorial que publica La Jornada en su contraportada.
Una aproximación al efecto AMLO en los medios puede ilustrarse con Proceso, símbolo de la prensa crítica y quizá la organización donde más daño pudo haber causado la embestida desde Palacio Nacional.
Lo hizo con muchos medios, pero la pantalla detrás del atril presidencial ha mostrado contínuamente la portada de Proceso, atacando a su línea editorial y tono crítico, un sello que caracteriza a la revista independientemente del Presidente en turno.
Fue mientras transcurría esta administración, a partir de enero de 2022, cuando la revista se vio obligada a publicar la edición impresa en modo mensual, rompiendo con la periodicidad semanal que le caracterizó desde su fundación en 1976. Un hito en la oferta mediática de análisis político.
La estabilidad de Proceso se vio también impactada por la convergencia de eventos que golpearon sus ingresos por suscripciones y publicidad, como la distribución desleal de sus ejemplares vía electrónica, y otros problemas internos, desde su consejo de administración hasta la sala de redacción.
Conviene citar el hecho de que Julio Scherer Ibarra, hijo del prestigiado fundador de la revista, ocupó la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República desde el inicio de esta administración hasta agosto de 2021, un rol que comprometió la cobertura de la revista. Pese a la turbulencia, Proceso mantiene su línea editorial bajo la dirección del experimentado Jorge Carrasco Araizaga.
La venganza, literal
Vale dar un espacio en este recuento a la asociación civil –sin fines de lucro– Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, o MCCI, una suerte de buró legal que emplea la investigación periodística como herramienta para denunciar y emprender acciones legales contra personas que presuntamente cometen delitos de corrupción en la función pública.
MCCI es una AC fundada por el empresario y activista Claudio X. González Guajardo y dirigida actualmente por María Amparo Casar. Su actividad ha sido perseguida por López Obrador con tal ahínco que el mes pasado ordenó reabrir un caso del entorno personal de Casar ocurrido hace dos décadas. Para ello, pasó por alto la prohibición legal de revelar datos personales de la familia Casar.
Entre muchas investigaciones, MCCI expuso un millonario escándalo de corrupción dentro del organismo público Segalmex, mientras era dirigido por Ignacio Ovalle, un viejo político del régimen priista que mantiene la protección del Presidente al tiempo que sus subalternos son perseguidos.
No copiar la fórmula
La turbulencia en los medios no cesa. Además de la crisis existencial y el permanente entredicho en que viven sus modelos de negocio en el campo digital, debieron sortear seis años de ofensiva y la reducción de presupuestos de publicidad pública y privada.
Hasta ahora es una incógnita la fórmula que empleará Claudia Sheinbaum para comunicar sobre su gestión, más allá de los medios que ya están capturados para realizar una cobertura favorable, entre ellos los medios estatales tomados por el gobierno.
En los 100 Pasos para la Transformación presentado como proyecto preliminar para el gobierno de Claudia Sheinbaum, se elogia a la “conferencia mañanera” como un canal de comunicación directa y un ejercicio de rendición de cuentas. En síntesis, señala:
“(Sheinbaum) quizá no tiene por qué intentar copiar la fórmula, pero deberá diseñar otra que cumpla la misma función…. para neutralizar la interpretación negativa concertada y cotidiana que inevitablemente se seguirá vertiendo contra la 4T”. Aunque es preliminar, el texto forma parte de los expertos coordinados por el ex rector De la Fuente, aunque parezca escrito por un miembro ultra del politburó de Morena.
Nadie creería que la trayectoria y el perfil de la Presidenta Electa habría de copiar la fórmula chabacana y ocurrente que marca a la conferencia de prensa matutina. La evidencia y los datos deberían estar por delante de cada acción que comunique su gobierno, independientemente del formato, hora y día en que se reporte.
Un atisbo a esa mente analítica se puede advertir en su intervención del jueves, cuando los legisladores duros de su partido se decían listos para impulsar las reformas constitucionales en materia judicial y electoral. O la de un día después de la jornada electoral, cuando los mercados estaban volátiles.
Redirigir la agenda
Dos líneas finales.
Una, para plantear la analogía entre lo que pasa al interior de los partidos políticos derrotados, donde se piden cuentas, y lo que debiera ocurrir en las juntas editoriales, la autocrítica para el último tramo de la cobertura, por si acaso se perdió la brújula y sea necesario recalcular el campo de acción a la hora de escuchar al México plural y cumplir con eso de ser espejo de la sociedad.
Otra más. Una determinante para estar arriba en la competencia por la atención está en la innovación. Muchos medios siguen en la pelea para fortuna de la audiencia y no ceden en su lucha cabeceras que bien suenan tradicionales, reinventadas o de nueva creación. Estos son sólo unos ejemplos: El Heraldo de México, N+ (TelevisaUnivisión), El Universal, Milenio, Radio Fórmula, Debate, Telediario, Infobae, UNOTV y El Financiero.