Fin de sexenio ¿Todos bien?
Cayó el telón de un sexenio. La buena noticia para la prensa en México, incluidos los concesionarios de radio y televisión, es que siguen arriba, online y on-air. Ni el recorte de publicidad oficial, ni la ruda competencia los quebraron. Las empresas de medios establecidos siguen vivas y hasta se abrieron otras nuevas. ¿No que estaban en crisis?
La pregunta es pertinente porque no queda duda de que AMLO propinó, deliberadamente, un daño reputacional profundo a los medios establecidos y atropelló a los periodistas. Queda pendiente dimensionar cuánto de eso minó la confianza que hoy tienen las audiencias sobre las noticias en general, pero ese palo ya está dado.
¿Por qué es importante?
Si hablamos de la prensa libre y crítica, su existencia es indispensable en toda democracia que se precie de serlo y síntoma de su buena salud. Si hablamos del gasto gubernamental en medios, esos recursos suelen ser importantes siempre que se entreguen con transparencia y no comprometan la independencia editorial de los medios que los reciben.
Por eso es importante el estudio realizado por Article 19 México y Centroamérica en conjunto con Fundar, sobre cómo se ejerció con AMLO el gasto en contratos de publicidad oficial para el plazo 2019-2023. Debe recordarse que este gobierno lo recortó en serio, si se compara con el anterior, pero el análisis señala que no por ello lo que gastó, lo gastó mejor.
Ellos bien…
De los 14,500 millones de pesos contratados con 921 medios, sólo 10 engulleron casi la mitad del presupuesto, un 48.57%, y, entre ellos, Televisa, La Jornada y TV Azteca, se llevaron 4,079 millones de pesos, acaparando 28.14%.
Así que todos bien. Ni Emilio Azcárraga Jean, ni Carmen Lira, ni Ricardo Salinas Pliego, podrían convalidar eso de que los medios están en crisis debido a la austeridad obradorista.
Las otras siete empresas son: Medios Masivos Mexicanos, una de las centrales de medios más grandes del país (7.09%); Agencia Digital y Milenio Diario, del empresario Francisco A. González Sánchez y sus hijos Francisco y Jesús Dionisio González Albuerne (4.28%), un conglomerado que además es concesionario de radio y televisión.
Se suman otros dos concesionarios, el Grupo Imagen, dueño del diario Excélsior e Imagen TV, de Olegario Vázquez Raña (2.43%); y Grupo Fórmula, de Jaime Azcárraga Romandía (2.43%).
Y cierran el listado Organización Editorial Acuario, del empresario Miguel Cantón Zetina (2.24%), con medios como Tabasco Hoy y Diario Basta!; y la empresa estatal Estudios Churubusco Azteca, dirigida por Erwin Sigfrid Frederick Neumaier de Hoyos (1.97%).
El análisis destaca cómo sólo 10 dependencias, de 158, fueron el vehículo por mucho dominante de la publicidad oficial. A través del IMSS, Segob, Lotería, Pronósticos, Fonacot, ISSSTE, Sedena, CFE, Hacienda y Secretaría de Marina, se gastó el 78% de los recursos en el lustro analizado.
En papá gobierno, mamá propaganda alertamos sobre la sospechosa correlación entre la publicidad de gobierno y la cobertura que oculta el análisis serio, algo que también ha destacado aquí Andrew Paxman cuando reflexiona sobre cómo La Jornada se ha convertido casi en un órgano de propaganda total.
La cuestión es que el gobierno saliente no puede dar la cara y asegurar que lo gastado fue asignado con parámetros de transparencia, así sea que haya ejercido mucho menos que Peña Nieto, como tampoco así se podría celebrar que la austeridad haya inhibido utilizar 5,596 millones de pesos que se quedaron en la caja.
… Y ellos mal
La realidad de los medios no sólo se muestra en esos costosos contratos, coloridos home pages, sonoras ocho columnas, entrevistas (realmente) exclusivas, sólidas investigaciones o rockstars de la tele. La realidad de los medios también se documenta poniendo atención en los ingresos de los periodistas y redactores. Y aquí no se vale voltear para otro lado.
Todos mal. Si el promedio de los ingresos mensuales de periodistas y redactores en México fue de 9,420 pesos, es decir, 314 pesos diarios, la cosa anda muy mal. Los datos son del segundo trimestre de 2024 tomados de Data México, que a su vez desagrega resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI.
Ya ni hablemos que del primero al segundo trimestre de 2024 ese promedio subió 112% (¡ganaban 4,450 pesos!). Tampoco digamos que el dato más actual refleja que 39%, es decir, 12,500 personas de 32,000 contabilizadas en estas tareas, estaban en la informalidad con un ingreso mensual de 6,320 pesos. El panorama es preocupante.
Para poner atención
De la precarización de esos trabajadores los medios no dan noticias. Acaso porque crean que esa crisis no sea suya. Acaso porque sea culpa de la información gratuita, de la desinformación o de las fake news. O acaso porque también sea culpa de López Obrador, quien, dicho sea de paso, montó un teatro donde actuaron diariamente un showman y una prensa que hizo eco de su prédica.
Un buen deseo –para concluir– puede ser que el sheinbaumpardismo dé vuelta a la página e inaugure una época que, efectivamente, devuelva el decoro a la investidura presidencial, eleve el nivel de la conversación y restituya parte de la erosión que sufrió la comunicación con el poder.