Empresarios querían aeropuerto en Texcoco para hacer negocio con terrenos del actual: AMLO
¿Por qué es importante? El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), está sentando las bases con las que llevará a cabo su relación con los empresarios durante su sexenio.
La frase clave: “Esto tiene que ver con negocios que se proyectaron hacia el futuro […] pero en el fondo lo que estaba de por medio del aeropuerto de Texcoco, era el quedarse con los terrenos del actual aeropuerto. Llegué a ver hasta el anteproyecto, ya tenían planeado hacer una especie de Santa Fe en las 600 hectáreas del actual aeropuerto; entonces entiendo que estén molestos porque ya no van a poder hacer ese negocio”.
En retrospectiva: En abril pasado, en una inusual conferencia de prensa, Carlos Slim salió a defender el aeropuerto de Texcoco y presentar lo que llamó “una idea” sacada de un día antes.
“El concepto es hacer un Paseo de la Reforma más grande”, con una inversión cuatro veces superior al aeropuerto de Texcoco, explicó Slim.
El proyecto que presentó incluía la construcción de hospitales, universidades, centros comerciales, áreas verdes y vivienda dentro de las más de 600 hectáreas que integra el actual aeropuerto.
¿Qué hay que ver? El gobierno federal y local de la CDMX se estaban peleando por tener los terrenos del actual aeropuerto y en aquella conferencia de prensa, Slim aseguraba que eran de tipo federal y que le presentaría su proyecto en cuanto se desocupase el espacio.
No obstante, Miguel Ángel Mancera, entonces jefe de Gobierno de la CDMX, también había llamado a mesas de diálogo para conocer lo que la población quería hacer con esos terrenos; que de acuerdo con el exprocurador Federal de Protección del Ambiente, Antonio Azuela, pasarían a manos de la CDMX cuando se dejara de usar el aeropuerto. La población deseaba una ciudad universitaria o una reserva ecológica.
Y ahora ¿qué sigue? Ni aeropuerto en Texcoco, ni Paseo de la Reforma dos y tampoco otra ciudad universitaria.
De acuerdo con AMLO, los empresarios necesitan “serenarse y tranquilizarse”, ya que nadie hará negocios al amparo del gobierno y a todos se les va a atender y a garantizar sus inversiones.
En lo inmediato no hay que perder de vista la reacción de los inversionistas institucionales y de los mercados.