AMLO Presidente se enfrenta al fantasma de un liderazgo permisivo
Los competidores ya declararon a AMLO presidente.
Los primeros números del PREP lo favorecen, las encuestas lo hicieron por meses, pero qué hay de sus resultados económicos.
Andrés Manuel López Obrador lo ha repetido en cada escenario en el que se ha parado. Con él, se acabará la corrupción, el desvío de dinero y los gastos excesivos en el país. Sin embargo, cuando fue jefe de gobierno del entonces Distrito Federal los delegados gastaron más que en cualquier otro gobierno.
Entre 2001 y 2003, en sus primeros tres años de gobierno, el porcentaje de gasto de los delegados en relación con los ingresos anuales de la ciudad fueron mayores al 4%. Históricamente -entre 1999 y 2016- el porcentaje más alto había sido de 3.25%, según datos de Inegi.
Sin embargo, estos gastos no fueron en inversión pública, pues de hecho la jefatura del AMLO ha sido la que menos ha gastado en obras, infraestructura u otros beneficios para la población en general entre 1989, cuando Manuel Camacho Solís era el jefe del entonces Departamento del Distrito Federal, y 2016 con Miguel Ángel Mancera a cargo.
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Ya decía Gerardo Esquivel en entrevista con Arena Pública, que AMLO era un ‘conservador fiscalmente hablando’ y los números de su inversión pública lo confirman, pero no la de los delegados.
Pero cuando se habla de gastos en transferencias, asignaciones y subsidios, declarar a AMLO como conservador es complicado. Si bien entre 2001 y 2004 el porcentaje de gasto no rebasó el 21.22% en relación con los ingresos, en 2005 y 2006 últimos dos años de su gobierno y de su suplente, Rosario Robles, dieron un brinco.
En 2004 el porcentaje de gasto fue de 19.19%, en 2005 pasó al 26.59%, una diferencia de 7.4 puntos porcentuales y que se compara con los niveles que tuvo el gobierno de Miguel Ángel Mancera, aunque el jefe de gobierno que más ha gastado en un año ha sido Marcelo Ebrard en 2010, con un porcentaje de 32.2%, también en relación con el total de sus ingresos anuales.
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Una de las preocupaciones más grandes a nivel económico es el amplio gasto en subsidios que ha expresado tanto el candidato como sus asesores, ésto para la creación de los programas sociales de universidad para todos y la unificación del programa 65 y más.
Gerardo Esquivel aseguró que el programa para que los jóvenes tengan acceso a la universidad está cotizado en 106 mil millones de pesos, lo que sería el 21% de lo que estiman obtendrán por eliminar la corrupción en el sector público.
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Sin embargo, analistas como el doctor en economía y especialista en finanzas públicas, Oscar Vera, aseguró en entrevista con Arena Pública que conseguir esta cifra es “totalmente inviable” y estaba “sacada de la manga”.
AMLO se ha vendido a sí mismo como un mesías para el pueblo, una víctima desde el inicio de su carrera política al que siempre le han hecho fraude, pero del que poco realmente sabemos sobre el manejo de las finanzas públicas, pues el único cargo de elección popular que había tenido hasta ahora es el de jefe de gobierno del Distrito Federal.
Por su parte, sus adversarios lo llamaron “un peligro para México”, quien convertirá a México en “el nuevo Venezuela” y si bien sus asesores -como el mismo Gerardo Esquivel- dicen todo lo contrario, aceptan que hay cierto riesgo de que AMLO sucumba a sus “tentaciones populistas” y confían en que el Congreso no lo deje.
Ahora los mexicanos tendrán muy poco tiempo para conocerlo mejor en su faceta de líder de su equipo; pues después de 12 años de intentarlo el viejo slogan de "AMLO presidente " ya es la nueva realidad.
