Guía ciudadana para detectar ‘paquetes’ de publicidad entre políticos y medios de comunicación
Cada año electoral existen políticos y medios de comunicación que se embarcan en un negocio de prestación de servicios muy particular, en donde los primeros piden publicidad, los segundos emiten los mensajes que se le piden y el pago, millonario y realizado, queda sin registrar.
Los ‘paquetes’ de publicidad que ofrecen los medios a los candidatos no es nada de lo que no hayan escuchado los ciudadanos, incluso se hace alusión a ellos en algunas películas de sátira política, sin embargo, su falta de registro hace que solo quienes se hayan visto envueltos en ellos puedan dar fe de su existencia.
Y eso es precisamente lo que registró el último informe de la asociación civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad “Dinero bajo la mesa: financiamiento y gasto ilegal de las campañas políticas en México”.
Una pauta publicitaria con una de las televisoras existentes en 2006 “implicaba un costo casi igual al tope de campaña que en ese entonces marcaba el IFE, esto es, 651 millones de pesos” declaró uno de los candidatos a la presidencia de la República de aquel año cuyo nombre no fue revelado.
Pero las televisoras no son los únicos medios abiertos a estas prácticas, así como no existe una sola modalidad de publicidad y posicionamiento para los candidatos.
El internet, los medios impresos, los noticieros radiofónicos y los ‘programas de variedad’ son, de acuerdo con la organización las principales vías por las que se operan estos paquetes, pues es en ellos donde el INE y la UNAM los detectan con menos precisión en sus monitoreos de medios.
La cobertura las actividades de ciertos candidatos y la difusión de sus boletines de prensa que no aportan ninguna información noticiosa al público abunda en internet y es parte de los paquetes para dar presencia digital.
En los periódicos ocurre algo similar y a lo que debe estar atento el ciudadano es a cada ocasión que un periódico publique las declaraciones de una sola persona, institución u organización sin que exista algún elemento informativo que haya sido investigado por el medio pues implica que le están dando información sesgada.
Publicar únicamente las declaraciones de ciertos políticos en periodo de campaña podría ser parte de un paquete de publicidad. Foto: César Guadarrama
La observación de seis periódicos de circulación nacional durante un año por parte de los investigadores José Merino y Darío Ramírez reveló que El Sol de México (71%), Milenio (68%) y Excélsior (58%) son donde sus contenidos estaban más dedicados a la declaración parcial. Pero La Jornada (46%), El Universal (40%) y Reforma (31%) no se quedaron atrás.
Dentro de la radio son las entrevistas a políticos poco conocidos de lo que más debe sospechar el ciudadano, pues en ocasiones “se ve que un conductor comienza a entrevistar a alguien de ‘tercera división’ para que opine sobre temas de coyuntura” declaró un locutor que también mantuvieron anónimo.
La razón para sospechar es porque si no es una voz experta en la materia, seguramente busca el posicionamiento de su nombre entre las audiencias.
La manera en que los locutores presentan a los políticos también es un elemento para tener en cuenta, pero un poco más complicado de identificar ya que implica poner atención si existe un cambio en el tono de voz y si el locutor pone más énfasis al presentar a uno u otro candidato.
Y finalmente en la televisión, si de la nada un político aparece en programas fuera de los programas noticiosos como los de revista, deportes, moda o humor es una señal de que se debe prender la alerta, pues es probable que su presencia sea parte del “paquete” publicitario.
Las audiencias de esta clase de programas suelen están menos politizadas, asegura el informe, por lo que representa una ventana de oportunidad del candidato para incidir su voto.
Un caso para recordar es el de Enrique Peña Nieto, quien desde dos años antes a la elección comenzó a aparecer en diferentes medios como un opinador de temas nacionales y además incursionó en las revistas del corazón con su compromiso con una actriz. De tal forma que cuando el PRI lo destapó como candidato el 95% de la población ya lo conocía, señaló un analista para la organización.
No obstante, para que todo esto ocurra el requisito máximo es que no debe quedar registro alguno del dinero pagado por estos servicios de publicidad, por ello el pago en efectivo y la triangulación de transferencias abundan en estos negocios.
Es posible que una empresa sea la cubierta de estos negocios al pagar un sobreprecio por una campaña de publicidad, recibir una mínima fracción de anuncios efectivos para demostrar el cumplimiento del contrato, pero ser solo un pretexto para poder operar el paquete acordado con un candidato amigo de la empresa que sirvió como ‘tapadera’.
MÁS INFORMACIÓN: Dinero bajo la mesa: financiamiento y gasto ilegal de las campañas políticas en México, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.