El racismo en México frena desempeño cognitivo en jóvenes
Racismo o clasismo, da igual la manera en que se llame. En México, ambos fenómenos existen y su aplicación podría estar frenando el desarrollo personal, social y profesional de quienes pertenecen a los grupos discriminados.
Un estudio publicado en la revista Trimestre Económico del Fondo de Cultura Económica, en enero de 2018, encontró que jóvenes entre 13 y 15 años de edad modifican sus aspiraciones sociales y desempeño cognitivo cuando son identificados bajo un cierto color de piel.
De acuerdo con sus resultados, cuando se evidencia una característica física no apreciada dentro la sociedad como el tono de piel se puede afectar el esfuerzo individual de las personas, al grado de que llegan a subestimar sus posibilidades de crecimiento en el futuro.
Los investigadores tomaron a mil 92 alumnos de secundaria de la Ciudad de México, los dividieron en tres grupos y les aplicaron pruebas cognitivas y de aspiraciones. El primero no recibió más información que la prueba, el segundo, una paleta de tonos de piel con la que se tenían que identificar y el tercero, además de la paleta de colores, recibió una hoja con personajes públicos en posiciones de poder.
El racismo en México condiciona las aspiraciones de algunos jóvenes. Foto: Dafne Mares.
Los resultados indicaron que el tercer grupo obtuvo los resultados más bajos en las pruebas cognitivas y de aspiraciones; las mujeres, en específico, fueron quienes presentaron mayor sensibilidad a la identidad social y a los estereotipos.
En México existe la evidencia de que el color de piel es relevante para los resultados de vida y la movilidad social, uno de ellas está en la última encuesta de Movilidad Social Intergeracional de Inegi, publicada en 2017, donde se pidió una autoclasificación de color de piel.
Cuando se preguntó a la población de entre 25 y 64 años si consideraban que su situación socioeconómica actual había cambiado en comparación con su vida a los 14 años, quienes se identificaron con los tonos de piel más obscuros fueron los que menos decían haber mejorado y quienes más aseguraban haberse quedado en la misma situación.
Fuente: Inegi.
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Tanto a nivel económico como psicológico se ha demostrado que situaciones de desventaja social pueden generar una manera particular de interpretar el mundo y el papel que cada uno tiene en él.
Especialmente las personas de grupos desfavorecidos tienden a subestimar sus habilidades y empeoran en situaciones sociales cuando se les recuerda una característica distintiva de su grupo, según publicó el Banco Mundial en 2015.
Y esto no solo pasa en México, un estudio de 2014 en Francia, de la Universidad de Namur, demostró que cuando se juntó a un grupo de estudiantes provenientes de poblaciones de diferentes ingresos para aplicar una prueba académica sus desempeños eran muy similares; sin embargo, cuando daba a conocer la población de la que cada uno provenía, los resultados mostraron una brecha significativa entre los de clase baja y alta.
El bajo desempeño cognitivo por efecto de los estereotivos del racismo y clasismo también tiene evidencias en Europa y Asia. Foto: Council of Europe.
En China se documentó un efecto idéntico en un estudio de 2015 cuando se aplicó una prueba de desempeño cognitivo y se dio a conocer su sistema de registro de hogares (hukou) que favorece la asignación de recursos a los residentes urbanos frente a los rurales.
El rasgo valorado en cada sociedad fue diferente, pero los tres países respondieron a las prácticas de racismo o clasismo cotidianas de su entorno disminuyendo su desempeño.
MÁS INFORMACIÓN: Identidad social y estereotipos por color de piel. Aspiraciones y desempeño en jóvenes mexicanos, Trimestre Económico. 2018.
MÁS INFORMACIÓN: Modulo de Movilidad Social Intergeracional, INEGI, 2017.
