Con más de 100 mil armas de EU se cometieron delitos en México en 6 años
Las muertes por armas de fuego aumentaron estrepitosamente en una década en el país.
66% de los homicidios en México se realizaron con armas de fuego en 2017, cuatro veces más que en 1997 cuando representaron 15% del total.
Reveló un informe realizado por el Centro para el Progreso Americano, organización de investigación y defensa de políticas públicas en Estados Unidos.
Las 213 mil armas de fuego ilegales que cruzan anualmente la frontera mexicana desde Estados Unidos son clave para ubicar la raíz del problema.
Por lo menos 106 mil armas fabricadas en Norteamérica estuvieron vinculadas con actividades delictivas en México entre 2011 y 2016, asegura el informe.
Las armas utilizadas por los policías municipales implicados en la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en septiembre de 2014, por ejemplo, eran de origen estadounidense, “es probable que las usadas por los delincuentes también” dijo José Antonio Tizapa, padre de uno de los jóvenes a The New York Times.
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“Las aduanas serían estratégicas para evitar la introducción de armas de fuego, desgraciadamente hace años que están tomadas por la delincuencia […] Cortar el suministro de armas significaría reducir el poder de fuego en las calles, teniendo los cárteles que huir a las montañas como era antes. […] Sin un arma, muchos adolescentes que hoy delinquen no asustarían a nadie”, asegura Benjamín Orozco, abogado especialista en delitos fiscales y financieros.
Las armas estadounidenses favorecen la violencia y el dominio del crimen organizado en México, explica Eugenio Weigend, uno de los investigadores del estudio.
Pero Estados Unidos no se hace corresponsable por el incremento de la violencia en el país. “Las autoridades estadounidenses siempre denuncian el flujo de drogas provenientes de México, pero casi no se habla del flujo de armas”, completa.
Por lo menos 106 mil armas fabricadas en Norteamérica estuvieron vinculadas con actividades delictivas en México entre 2011 y 2016.
“Estados Unidos tiene la obligación moral de mitigar su participación en el incremento de la violencia letal en el extranjero”, asegura Chelsea Parsons, coautora del informe.
Los 370 millones de dólares anuales en ventas de la industria armamentística global han ensordecido a los congresistas estadounidenses ante el clamor de decenas de organizaciones civiles que exigen el endurecimiento de las leyes que permiten el fácil acceso a las armas de fuego.
Comprar, poseer y usar un arma de fuego en Estados Unidos es un derecho amparado por la Segunda Enmienda constitucional que data de 1971, en la mayoría de los estados se necesita tan solo tener 21 años, presentar una licencia de conducir y llenar un formulario para poseerlas.
Es por ello que en tiendas como Walmart se puede comprar un rifle de asalto con la misma facilidad que leche o pasta dental.
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La repetida escena de masacres a lo largo de Estados Unidos no ha tenido el suficiente peso para lograr un cambio contundente, el fracaso se debe en gran parte al intenso cabildeo de la Asociación Nacional del Rifle, organización que alberga a los mayores fabricantes.
Misma organización de la que Donald Trump recibió una donación de 21 millones de dólares para su campaña presidencial de acuerdo con NBC News.
El tiroteo ocurrido en la secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida que cobró la vida de 17 personas a manos de un exalumno de 19 años es la masacre más reciente.
En EU comprar armas es igual de sencillo que ir por una película.
El fusil de asalto AR-15 con que se cometió el delito es una de las armas más fáciles de conseguir en Estados Unidos, cuesta en promedio 475 dólares en cualquier armería o portal especializado de internet, es incluso más barata que un iPhone con un costo de 769 dólares, sus accesorios se pueden comprar en Walmart.
“Si todo lo que nuestro Gobierno y presidente pueden hacer es enviar pensamientos y oraciones, entonces es hora de que las víctimas seamos el cambio que necesitamos”, manifestó una de las alumnas de Marjory Stoneman Douglas en un emotivo discurso.
La joven auguró que su generación liderará el cambio que permitirá que la de Parkaland sea la última matanza en un colegio.
La laxitud de la política de armas se sufre en ambos lados de la frontera, al igual que la defensa del uso de las armas el activismo no parará, con la enorme tarea de hacerse oír a gobiernos sordos.