Inflación galopante provocará mayores tasas en 2018
En enero los mexicanos tendrán que preocuparse por una inflación más allá de la causada por los tamales.
Los precios de los bienes y servicios enfrentan presiones que dificultarán su disminución por lo menos a lo largo de 2018.
A partir de junio pasado la tasa de inflación –que mide el aumento continuo de los precios en el tiempo- comenzó a incrementarse de manera paulatina desde el 2.54% anual que registró ese mes hasta alcanzar un 6.66% anual en agosto que se creyó un record para 2017, pues ese nivel no se veía desde hace 16 años.
La Junta de Gobierno del Banco de México señaló entonces que el nivel inflacionario de agosto fue un cenit, es decir, el punto más alto a partir del cual comenzarían a disminuir los precios paulatinamente hasta que en diciembre de 2018 la inflación volviera a ubicarse en 3%.
Un nivel que que idealmente debería registrar la tasa de inflación para que el salario de los mexicanos conserve su poder de compra, es decir, para que los precios no crezcan más que su ingreso.
Pero eso no sucedió, ni sucederá.
Los analistas económicos que mensualmente consulta el banco central esperaban que la inflación cerrara 2017 con una tasa de 6.56% anual, es decir, que disminuyera ligeramente respecto de agosto y noviembre cuando se ubicó en 6.6%.
Contra todas las expectativas la inflación continuó con la tendencia al alza para ubicarse en 6.69% anual durante la primera quincena de diciembre.
El nivel más alto para una primera quincena de diciembre desde 2011 y la segunda más alta en 2017 solo después de la tasa de 6.73% que se registró en la segunda quincena de agosto.
El crecimientos record de 41% quincenal que registraron los pasajes de avión y el incremento de 12.4% quincenal en el costo de los paquetes turísticos –el mayor del año- así como un aumento quincenal de 19.5% en el costo del jitomate, fueron los principales responsables del alza de precios en ese periodo.
El inesperado crecimiento generalizado de los precios en la primera mitad de diciembre provocó que los analistas revirtieron también sus pronósticos, Monex, por ejemplo, elevó a una tasa de 6.8% su expectativa de inflación para el cierre de 2017 desde un 6.5% anterior.
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Los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México, responsables de salvaguardar el poder adquisitivo de los mexicanos, ya lo veían venir.
En su última reunión de 2017 reconocieron que los riesgos de que los precios crezcan en el futuro “se intensificaron” e incluso se retractaron de lo que habían dicho respecto a que la inflación llegaría a su meta de 3% el próximo año.
La convergencia de la inflación hacia su objetivo de 3% “será más lenta de lo que se anticipaba”, en diciembre de 2018 la inflación alcanzará niveles “cercanos al objetivo” y será hasta 2019 cuando llegará a la meta, dijo la Junta el 14 de diciembre.
Pero fueron claros al advertir que la tasa de inflación comenzaría a disminuir solo si no se presentaban ciertos escenarios que ponen a los precios en riesgo de incrementarse:
Alzas en los precios del gas y la gasolina; que el peso mexicano se deprecie más frente al dólar o que hubiera reacciones adversa a la reforma fiscal de Estados Unidos, al proceso de la Reserva Federal para incrementar sus tasas de fondeo o a las elecciones que México tendrá en 2018.
Una serie de circunstancias que de hecho están ocurriendo.
Durante la primera quincena de diciembre los precios de productos energéticos –gas y gasolina- siguieron una tendencia al alza con un aumento de 0.44% respecto de la segunda mitad de noviembre, que superó ocho veces las expectativas de Citibanamex que pronosticaban un aumento de solo 0.05% quincenal.
Lo que “sugiere variaciones regionales en los ahora precios liberados de la gasolina que podrían generar cierto ruido, como ha sido el caso con los precios del gas doméstico” señaló el análisis de ese banco.
Por su parte el tipo de cambio, que entre julio y septiembre de 2017 comenzó a estabilizarse con un nivel promedio de 17.6 pesos por dólar, retomó su tendencia a la depreciación en octubre por la incertidumbre que tienen los inversionistas respecto a si los resultados de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte serán beneficiosos para México.
Y en diciembre se agregó otra presión al peso, la aprobación de la reforma fiscal en Estados Unidos que, con la disminución de impuestos corporativos, restará competitividad al país e interés a los inversionistas.
De tal forma que en el último mes del año la moneda volvió a depreciarse hasta 19.7 pesos por dólar y amenaza con romper la barrera de los 20 pesos por dólar, el precio al que se vendía el 27 de diciembre en el mercado de futuros de Chicago para marzo de 2018.
Por las diversas circunstancias que presionan a que haya un alza de precios en el corto plazo los analistas prevén que la Junta de Gobierno del Banco de México incremente también la tasa de interés de referencia durante el primer trimestre de 2018.
Una medida que tiene por objetivo frenar el consumo y la inversión para reducir los riesgos de que siga creciendo la tasa de inflación. En su última reunión del año la Junta la incrementó a 7.25% desde el 7% que prevaleció desde junio.
“A pesar de reconocer el impacto que las altas tasas de interés tienen sobre el crecimiento económico, [el banco central] percibe un costo aún mayor si no se anclan las expectativas de inflación”, aseguraron las analistas de Monex Janneth Quiroz y Alessandra Ortiz.
Más le valdrá a los mexicanos ahorrar una parte de su aguinaldo, pues a decir de las presiones que rodean a los precios se avecina un 2018 complicado.
MÁS INFORMACIÓN: Otra sorpresa al alza en la inflación, Citibanamex, 21 de diciembre de 2017.
MÁS INFORMACIÓN: Índice Nacional de Precios al Consumidor, primera quincena de diciembre de 2017, Inegi, 21 de diciembre de 2017.
MÁS INFORMACIÓN: Rumbo económico, México, inflación anual en 6.69%, 21 de diciembre de 2017.