AMLO promete anular importación de gasolina, pero ¿conviene a México producirla?
Hacer jugo de naranja en lugar de comprarlo no necesariamente es mejor.
En 2021 México dejará de importar gasolina, es el compromiso público de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), líder del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y su próximo candidato a la presidencia.
El tabasqueño asegura que si triunfa en las elecciones de 2018 mejorará la capacidad de las seis refinerías en operación y construirá dos más, pero la dimensión del reto es tan grande como el tamaño de las importaciones.
En septiembre de 2017 Petróleos Mexicanos importó 74 de cada 100 litros de gasolina consumida en el país, un crecimiento de 12 litros respecto de los 62 de cada 100 que se importaban el año pasado.
La compra de combustible para satisfacer la demanda interna se agudizó principalmente por los procesos de mantenimiento y paros en las refinerías Salina Cruz en Oaxaca y Madero en Tamaulipas, que disminuyeron 24% anual la refinación de petróleo crudo en el tercer trimestre de 2017.
Más allá de la odisea en la que Andrés Manuel López Obrador tendría que incursionar para resucitar al Sistema Nacional de Refinación en México, un atinado paso anterior sería sopesar si producir es lo más conveniente para lograr que los mexicanos tengan gasolina de mejor calidad y precio.
“Parece profundamente ineficiente invertir en refinación de petróleo, incluso si Pemex es capaz de asegurar socios para este negocio”, aseguró Roberto Velasco Álvarez, maestro en políticas públicas por la Universidad de Chicago, un estudioso del comercio e integración en América del Norte.
Andres Manuel López Obrador, presidente nacional de Morena.
La rentabilidad de una refinería está determinada por los precios del petróleo crudo, los costos operativos y de regulación, así como los precios de la gasolina, entre septiembre de 2015 y agosto de 2016, por ejemplo, el margen de ganancia global de las refinerías fue de 13.72 dólares por barril.
Te puede interesar: Presiones al alza en precio de gasolina desafían las promesas de Meade y González Anaya, 29 de noviembre del 2017.
Aunque el negocio es rentable, las refinerías de Pemex difícilmente podrían competir con sus pares en Estados Unidos, ya que cada vez producen menos petróleo crudo y sus presiones financieras le impiden invertir para reactivar la producción, dice Velasco.
Actualmente México es el principal importador de gasolina de Estados Unidos, le compra cinco de cada 10 litros que produce. Norteamérica es el país con la mayor capacidad refinadora a nivel global, alberga a 22% de las refinerías que existen en el mundo, alrededor de 150.
Pemex alcanzó ya niveles de producción tan bajos como no se veía desde hace casi cuatro décadas, en julio de 2017 extrajo 1.99 millones de barriles diarios de petróleo crudo, el menor nivel desde 1980 cuando promedio 1.94 millones de barriles diarios.
La petrolera de Estado lleva cuatro años consecutivos con pérdidas netas, de 2012 a 2016, a finales del año pasado comenzó a recuperarse pero volvió a tropesar durante el tercer trimestre de 2017, cuando registró una pérdida neta de 101 mil 808 millones de pesos, además de cargar con un pasivo laboral que supera los 1.25 billones de pesos.
Te puede interesar: #Propuestas2018: Becas universitarias de AMLO costarían más que mantener Prospera, 6 de diciembre del 2017.
La importación de gasolina que se avecina luego de que la Secretaría de Hacienda liberara el precio hará que se integre más el mercado regional con Canadá y Estados Unidos, lo que reducirá la diferencia de precios entre México y sus vecinos y enfrentaría al país a una dura competencia, explica.
Para Velasco, Pemex debería concentrar sus esfuerzos en resolver su situación financiera y elevar la producción de petróleo crudo antes de invertir en refinación, pues cada vez los niveles son de mayor riesgo.