La polémica sobre el incremento a 88.36 pesos del Salario Mínimo General
El debate respecto al establecimiento del Salario Mínimo General (SMG) se divide entre la recuperación del salario mínimo en México y el incremento en la productividad.
Con un incremento de cinco pesos sobre el Monto Independiente de Recuperación (MIR) y 3.9% para 2018, el SMG se coloca en 88.36 pesos diarios para el 1 de diciembre de 2018.
En su boletín de este martes 21 de noviembre, la Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), dio a conocer el monto actualizado del SMG, situación señalada como “limitada” por parte de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Enrique Peña Nieto anunciando el incremento al salario mínimo.
La crítica respecto al incremento de 80.04 a 88.36 pesos que sostuvo la Coparmex, se basó en la cobertura del 92.76% del monto necesario para alcanzar la Línea de Bienestar establecida por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que debió de establecerse en 95.24 pesos diarios.
La Coparmex recalcó la necesidad de México por alcanzar un Acuerdo Nacional por una Nueva Cultura Salarial (ANNCS) el cual pudiera desplazar a México de los países con los salarios más bajos de América Latina y la OCDE.
La Confederación agregó que el objetivo del país no tendría que orientarse en la generación de empleos que es de 1 millón 200 mil al año, sino en la calidad de los mismos.
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Se mencionó que solo el 61% de los empleos generados en 2017 son de tiempo completo y permiten al trabajador cubrir sus necesidades básicas de acuerdo con Coneval.
De tal situación, destaca el cuestionamiento respecto a los elementos que los distintos participantes consideran para subir en mayor o menor porcentaje el SMG en el país.
En principio, hay que tomar en cuenta que otorgar mayor o menor ingreso a un trabajador se traduce en el nivel de consumo que tendrá, esto como una relación positiva que plantea a mayor ingreso, mayor consumo.
El incremento al salario mínimo es insuficiente para alcanzar la Línea de Bienestar, según Coneval.
Por otro lado, el aumento provoca el “efecto-faro” que implica que el incremento del salario mínimo el resto también tiene que aumentar.
El consumo por su cuenta incrementa la demanda de ciertos productos que en primera instancia se relacionan a la cobertura de las necesidades básicas.
Aumentar la demanda de ciertos productos genera presiones en el mercado, pues de no existir condiciones propicias para cubrir la demanda con la oferta, los precios tienden a sufrir un aumento generalizado de precios o lo que es lo mismo, inflación.
El debate se centra en considerar este proceso, en donde sobresale el incremento real o nominal de los salarios -considerando o no la inflación-.
La función del salario mínimo en una economía es la de garantizar el acceso a un trabajador con baja calificación un ingreso mínimo que asegure su bienestar.
Considerando este proceso, algunos expertos establecen que un aumento deliberado del SMG, además de traer inflación, detiene la dinámica económica por lo que se declaran completamente en desacuerdo.
Tal situación podría traducirse en obstáculos sobre la productividad de un país, razón que los ha llevado a concluir en atender las variables reales que implican mayor empleo y productividad.
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Bajo esta postura en una aportación para la revista Forbes, Luis Foncerrada, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) resalta que “lo relevante es el salario real, no el nominal, y el real sólo mejora con una combinación de mayor empleo y productividad: para esto se requiere inversión. Salario real sólo si hay inversión. Ese es el reto: inversión”.
El proceso que explica este argumento se basa en centrar los esfuerzos sobre el poder adquisitivo de quienes perciben el salario mínimo y no del volumen situación que, según Foncerrada, se soluciona por medio de la creación de más empleos y el incremento en la productividad que tendrían que elevar el poder de compra de los trabajadores.
El aumento en la productividad requiere de mayor nivel de inversión, que eventualmente demanda de más fuerza laboral creando un círculo de crecimiento que termina por beneficiar al salario de los trabajadores.
Por su cuenta, el casi ex gobernador del Banco de México, Agustín Carstens explica que un aumento arbitrario de los salarios podría implicar un impacto sobre las empresas.
El incremento en los salarios se traduce en un aumento para los costos de producción, situación que se reflejaría en el precio de los bienes. Por el contrario, si el aumento en los salarios resulta insostenible para una empresa una opción podría ser el despido de trabajadores.
Por último, esta variación positiva podría promover la evasión del salario mínimo lo que concluiría por fomentar la informalidad.
Los factores que explican el mantenimiento del SMG o el aumento moderado, se explican a través de su impacto por medio de efectos en el poder adquisitivo.
Frente a esta postura, se encuentra la posición que promueve un proceso a favor del incremento del SMG.
Al respecto, Juan Carlos Moreno Brid, director adjunto de la sede subregional de la Cepal y profesor en la Facultad de Economía de la UNAM, se declara con una postura a favor de una subida en los salarios mínimos, esto se debe a la necesidad de un proceso sostenido en la recuperación del SMG.
Para Gerardo Esquivel, profesor e investigador del Tecnológico de Monterrey no existen riesgos en términos de empleo o impacto inflacionario de presentarse un aumento en el SMG, pero quizá habría que definir una trayectoria que hiciera coincidir al salario mínimo del medio, apuntando hacia una etapa de recuperación sostenida en la capacidad de compra del grupo de trabajadores que perciben el SMG.
En contraste con quienes consideran el incremento del poder adquisitivo por medio de variables alternas que lo propicien, Esquivel explica que el objetivo tendría que encaminarse en reducir la diferencia del salario medio en México sobre el salario mínimo del 19%, para de esta forma entrar en una etapa de recuperación sostenida del poder de compra de la población.
Ambas visiones toman en consideración tanto el poder adquisitivo de los trabajadores como la brecha entre sus posibilidades de cubrir sus necesidades básicas y el conjunto de factores que determinan el monto que perciben para estos efectos.
MÁS INFORMACIÓN: Nuevo Salario Mínimo General, Comisión Nacional de Salarios Mínimos, 2017