La peste no se ha ido, registran brote en Arizona
La peste negra era, en la Edad Media, una sentencia de muerte segura.
La enfermedad, propagada desde Asia hacia el continente europeo por marineros mercantes cobró la vida de 60% de la población de esa región y, según algunos, propició uno de los cambios más grandes de la humanidad: el Renacimiento.
Pero aún no es una cosa del pasado. En los condados de Navajo y Coconino del estado de Arizona, Estados Unidos, encontraron en agosto de 2017 pulgas que resultaron portadoras de la bacteria Yersenia pestis, la causante de la enfermedad.
“El Departamento de Salud del Condado de Navajo le solicita al público tomar precauciones para reducir su riesgo de exposición a esta seria enfermedad”, anunciaron en su página de Facebook el 11 de agosto de 2017.
La peste negra comienza a tomar territorio en países de América, entre ellos Estados Unidos.
Desde su apogeo, hace más de seis siglos, los casos de peste no han desaparecido, pero sí disminuido. Sin embargo, en Estados Unidos desde el 2010 se han incrementado de manera gradual los casos y también las muertes por esta afección.
Si bien los medicamentos modernos son capaces de atacar a la bacteria que la produce, si esta no es detectada a tiempo la oportunidad de tener éxito con el tratamiento baja hasta llegar a ser del 40% o 60%.
Entre 1990 y 2012 el número de casos de peste entre humanos llegó a poco más de mil, 80% de los cuales son de plaga bubónica. En los meses de verano hay un pico natural de los contagios, de acuerdo con el centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Los casos confirmados de la enfermedad en el siglo XXI alcanzaron su pico en 2006, con 17. Pero desde 2010 se registra una tendencia a la alza, con 39 casos y 5 defunciones en ese país, uno de los que tiene la medicina más avanzada del mundo de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
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De hecho, de los países considerados por el Banco Mundial como de ingreso alto, Estados Unidos es el único en el que anualmente se registran casos de plaga en humanos..
El que hayan encontrado ratas portadoras de la enfermedad, por las pulgas que se han alimentado de ellas, en ese país confirma que los brotes seguirán sucediendo, aun con las precauciones del CDC. La zona suroeste es la que más brotes de la enfermedad, especialmente los estados desérticos y rurales de Nuevo México, Arizona y Colorado, mismos que colindan con los estados de Sonora y Chihuahua, en México.
Solo en Nuevo México, se registraron dos casos confirmados de personas infectadas con plaga en 2017.
En otros países la tienen peor
En otros países, como Madagascar la peste es casi imposible de erradicar. Debido al alto porcentaje de animales portadores en la isla, así como las condiciones sociales y económicas, el hacinamiento en el que viven las personas y la falta de higiene promueve la multiplicación de la plaga en ese país, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de EU.
Periódicamente, en Madagascar existen cerca de mil y dos mil casos. Casi todos ellos ocurren en personas que viven en pequeños pueblos y zonas agrícolas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
África es el continente que presenta más casos en el mundo, seguido de Asia y en menor medida América Latina.
En América Latina, solo se registraron 117 casos entre el 2000 y el 2012, 105 de ellos en Perú, 10 en Bolivia, 4 en Ecuador y 2 en Brasil, que son los únicos países de la región en los que existe la enfermedad.
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México no tiene casos de esta enfermedad en lo que va del siglo XXI, de acuerdo con la Secretaría de Salud, pero se encuentra preparado para atenderla y diagnosticarla en caso de que se presente, según una declaración del 2015 de Pablo Kuri, subsecretario de prevención y promoción de la Secretaría de Salud.
Estados Unidos tiene una brigada de “detectives de enfermedades”, encargados de encontrar a los primeros pacientes de una potencial plaga y aislarlos para evitar contagio. Sin embargo, realizar este tipo de esfuerzos en otras regiones que tienen conflictos o menos recursos es difícil, de acuerdo con la OMS.
La enfermedad que nunca se ha ido
Una de las maneras que hay de saber cuándo existe un brote de la enfermedad es observar a las poblaciones de roedores. Si estos animales sufren de una muerte repentina y en masa, probablemente haya sido a causa de un agente bacteriano como este y las autoridades de salud pueden actuar para detener el contagio.
Así eran los trajes que utilizaban los médicos en la edad media para protegerse de la peste negra.
La plaga tiene tres formas: la bubónica es la más peligrosa y común de ellas, se contagia a través de la manipulación de animales infectados, en general roedores pequeños o siendo mordido por una pulga infectada. Una vez que un humano está contagiado, otros humanos pueden contraer la enfermedad inhalando las partículas expulsadas al toser.
Las otras son la septicémica y la neumónica, todas causadas por la misma bacteria.
Se le llama bubónica o negra por los síntomas que produce. El más significativo son los bubos, inflamaciones redondas en la piel llenas de líquido infeccioso. La piel de los que la sufren se torna negra, debido a la falta de circulación en la zona –gangrena, en términos médicos-, de ahí el segundo adjetivo relacionado con esta enfermedad.
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Desde 1930, con la llegada de los antibióticos modernos, la amenaza clínica de la enfermedad disminuyó en la mayor parte del mundo y sobre todo en los países desarrollados. Sin embargo, países como Madagascar siguen siendo focos rojos para la comunidad médica internacional.
La peste que existe hoy en día es la misma que mató a dos tercios de la población europea, es decir, no es una bacteria que haya mutado en todo ese tiempo, por lo que los medicamentos actuales deberán seguir siendo efectivos para su tratamiento por mucho tiempo, de acuerdo con investigadores de la Universidad de McMaster, en Canadá.
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