El costo de cancelar el NAIM (las estimaciones de Meade)
José Antonio Meade levantó un revuelo con su estimación de que cancelar el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM) en Texcoco implicaría un costo de 145 mil millones de dólares.
La cifra suena por completo desorbitada, considerando que el PIB de 2018 será de aproximadamente 1,200 miles de millones de dólares. Esto es, el costo que estima el otro candidato presidencial es alrededor de 8.2% del año que recién terminó.
Las respuestas oficiales, o con cierto carácter oficial, no entraron a las cifras, simplemente las rechazaron. El titular de Comunicaciones y Transportes dijo eran “las cuentas alegres de un hombre triste”. El de Turismo insinuó que Meade era corrupto.
Impacto por pasajeros y gasto
Meade Kuribreña hace números serios porque proyecta los pasajeros, con sus respectivos gastos, que traería el NAIM ya en plena capacidad operativa. Una de las variables clave es la mayor conectividad que implicaría el nuevo aeropuerto en un país que ya es una potencia turística como lo es México.
Las estimaciones no se centran en los costos ya conocidos: lo que se ha invertido hasta el momento en la construcción del NAIM, y que por ende sería tirado a la basura, más el costo de las alternativas presentadas por el presidente López Obrador. Esas estimaciones no son parte del cálculo. Los números de Meade se centran, en cambio, en el impacto económico que tendría el nuevo aeropuerto comparado con el AICM, ya saturado y que por ello no puede crecer en número de pasajeros.
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En el caso del AICM, Meade establece que pasan por sus terminales un total de 120 mil pasajeros al día, con cada uno de ellos gastando 415 dólares en promedio. Esta cifra significa el equivalente de 1.6% del PIB. La proyección es que por el NAIM pasarían 342 mil pasajeros diarios, esto es, casi el triple, y que el gasto respectivo aumentaría a un promedio de 555 dólares, lo que sería equivalente a 6.0% del PIB.
Estas estimaciones evidencian más, si cabe, el capricho presidencial que es cancelar Texcoco –dando la credibilidad que merece (ninguna) a la farsa disfrazada de consulta popular y que sirvió para justificar la decisión del entonces Presidente electo.
Meade no menciona Santa Lucía, ni tampoco a Toluca. Esto no es para sorprender, primero dado que no se sabe cómo podría operar en el futuro lo que pretenciosamente se denomina Sistema Aeroportuario Metropolitano (SAM).
Estas estimaciones evidencian más, si cabe, el capricho presidencial que es cancelar Texcoco [...]
Organizaciones especializadas, destacadamente MITRE, han establecido que operar en forma simultánea los tres aeropuertos sería muy complicado dada la altura y orografía del Valle de México. A menos que uno crea, como los asesores en materia aeronáutica del Presidente, que los aviones se repelen, es difícil esperar que esos tres aeropuertos se acerquen remotamente a la capacidad que tendría el NAIM.
México, sin “hub”
Casi tan ridícula como la noción de aviones repeliéndose es la suma de pistas aeroportuarias que ha presentado López Obrador.
El NAIM tendría tres pistas, mientras que el AICM tiene dos. La oferta presidencial es que Santa Lucía tendría tres, sumadas a las dos del actual aeropuerto, más Toluca. Se oye bien duplicar con el SAM lo que ofrecería Texcoco, pero asume equivocadamente que se pueden operar los tres aeropuertos en forma simultánea. Más no es más cuando se habla de pistas y tráfico aéreo, al menos no en el caso del Valle de México.
Pero además está la conectividad tan destacada por Meade, y que un SAM nunca podría ofrecer. Porque aterrizar en el AICM para luego tener que conectar en Santa Lucía o Toluca sería una pesadilla. A la falta de planes y estimaciones de costos sobre el SAM se agrega que no hay nada acerca de las conexiones terrestres entre los aeropuertos, nada que permita esperar remotamente un cambio relativamente rápido y sin contratiempos.
El NAIM sería un “hub” internacional, un aeropuerto que atrae no solo por el destino, sino por la facilidad de conectar a otros puntos en el país o incluso el extranjero. ¿Alguien festejó sinceramente la decisión de AMLO? Por lo menos ciudades como Panamá, Miami y Houston, con sus respectivos “hub”.
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Es por eso que la estimación de José Antonio Meade es relevante: dimensiona (con datos duros) la importancia del NAIM para la economía de México, y por tanto lo que implicará realmente la decisión de cancelarlo. ¿Hay alguna posibilidad de que esas cifras puedan motivar al Presidente a modificar su parecer? Tantas como las hay de que los aviones se repelen.