Voto de GM Silao, estudio de caso del “nuevo” mercado laboral
Con la nueva votación en la planta de General Motors (GM) en Silao, se pone a prueba un nuevo mercado laboral mexicano.
Este jueves en la madrugada, el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL) certificó la victoria del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA) como el grupo que representará a los trabajadores de la planta en Guanajuato para la firma de su nuevo contrato colectivo. Cuatro mil 192 empleados votaron a favor de esta organización, equivalente a cuatro veces más sufragios que el segundo lugar y 76.5% de todos los votos que participaron en el proceso.
El caso es emblemático porque permitirá poner a prueba un nuevo andamiaje legislativo. “Se trata de uno de los primeros casos donde los nuevos elementos de nuestra ley laboral, como los aspectos de democracia sindical y los cambios en materia de justicia laboral, van a empezar a ponerse a prueba de manera práctica, empírica”, afirma Kenneth Smith Ramos, socio del despacho de asesoría Agon y experto en comercio internacional.
La reforma laboral en cuestión, de acuerdo con la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), incorpora tres grandes pilares: un nuevo sistema de justicia laboral, que obliga a pasar por una fase de conciliación antes de iniciar litigios y demandas; nuevas garantías de libertad y democracia sindical, con particular énfasis en la transparencia y la representatividad; así como la creación de un organismo público responsable de velar por la adecuada implementación de los otros pilares.
Estos mismos mecanismos de transparencia y representatividad laboral, apunta Kenneth Smith, exjefe de la negociación técnica del T-MEC para el Gobierno de México, también están incluidos en la nueva encarnación del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, por lo que el voto de GM Silao es una de las primeras implementaciones prácticas de estas normas.
Y tanto esta votación como la que se llevó a cabo en agosto pasado para rechazar el contrato colectivo que tenían antes los trabajadores de GM Silao también está marcando un precedente en las condiciones de transparencia y vigilancia que futuros procesos deberán llevar a cabo.
“No fue un proceso cerrado […]. Participó el Instituto Nacional Electoral (INE), la STPS, estuvieron ahí presentes, y eso es algo que sí está marcando precedente”, dice Ricardo Partida Islas, docente del Departamento de Finanzas de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Incluso para otras compañías internacionales, dentro y fuera del sector automotriz, la votación de GM Silao es un caso al que se debe prestar atención. “Todo el mundo está muy curioso para ver qué van a votar los trabajadores, qué van a querer, qué van a opinar. Eso hace que este precedente sea tan relevante”, asegura Guillermo Abdel, director del Centro de Estudios de Competitividad del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Con espacio de mejora salarial
Además de ser un estudio de caso relevante en cómo se seguirá aplicando el nuevo andamiaje legislativo que ahora enmarca al mercado laboral mexicano, la votación de GM Silao es también una oportunidad para empezar a reparar algunos de los desequilibrios salariales que han existido desde hace años en la industria automotriz mexicana.
“La teoría económica clásica para comercio internacional dice que, cuando hay libre comercio entre países, debería haber una convergencia en el costo de los factores”, explica Guillermo Abdel. “Es decir, desde que hubo un tratado de libre comercio en América del Norte, los precios de la mano de obra […] debían haber tendido a [ser más similares entre los países]. La realidad es que no se ha dado”, agrega el especialista.
El fenómeno es reconocido por varios medios internacionales y se explica, en parte, porque muchos de los sindicatos en México “han sido figuras de papel. Las figuras sindicales y sus elecciones son pura simulación, a favor de ciertos grupos […].Tienen cooptados a los trabajadores, beneficiando a ciertos grupos”, de acuerdo con Ricardo Partida Islas.
También tiene mucho que ver, dice Guillermo Abdel, con la dinámica de oferta y demanda laboral en México. Apunta que en el país “hay un exceso de mano de obra. Las oportunidades laborales crecen mucho más lento de lo que crece el número de personas que tienen que entrar al mercado laboral. Es un exceso de oferta versus poca demanda de mano de obra calificada por puestos bien pagados”.
Estos factores, según el experto del ITAM, han mantenido los precios de la mano de obra comparativamente bajos en México frente a los niveles que perciben trabajadores en el resto de América del Norte: “Los sueldos en una armadora de Estados Unidos es de 31.6 dólares la hora. Y en empresas de autopartes está entre 21.19 y 24.59 dólares en promedio. Pero el costo promedio de la mano de obra en México es de 73.85 pesos la hora. Es decir, más o menos 3.40 dólares. La diferencia de la mano de obra es de entre siete y nueve veces”, dice Abdel.
Por años, desde la época del viejo TLCAN, se ha reconocido el bajo nivel de costo de la mano de obra mexicana como uno de los factores que han contribuido a atraer las inversiones de armadoras internacionales interesadas en vender sus vehículos en América del Norte. Es decir, el actual nivel de salarios en México era una ventaja competitiva palpable. Pero debería haber espacio para ajustes salariales sin que eso lleve a una crisis de competitividad en México.
De acuerdo con el también ex negociador del TLCAN, Kenneth Smith, “el hecho que los trabajadores puedan negociar colectivamente sus contratos no significa que los sectores productivos de nuestro país perderán competitividad. Nuestra industria es una economía más compleja de lo que era hace unos años […]. En México ahora competimos con otros atributos: la cercanía a Estados Unidos, la especialización técnica, la capacitación de nuestra fuerza laboral, procesos de manufactura avanzada”.
Esta idea parece respaldarse con las decisiones de negocio que varias empresas automotrices han tomado en años anteriores, prefiriendo mejorar los salarios de empleados en México que salir del país a instalarse en otras latitudes. Y a eso se debe sumar que, con una brecha tan grande entre los salarios de Estados Unidos y los de México, incluso duplicando la remuneración de la mano de obra en Silao y plantas similares, México seguiría teniendo un mercado laboral más asequible.
¿Será GM Silao un precedente para el mercado?
Pero los especialistas advierten que la hasta ahora victoria de GM Silao no necesariamente se replicará en otras empresas, industrias y sectores.
De acuerdo con Ricardo Partida Islas, “podemos ser algo optimistas, pero puede caber algo de duda. Espero que en el largo plazo pueda funcionar […]. Hay que vigilar los procesos y que los próximos mecanismos que vayan a ejecutarse […] realmente se realicen con los mismos estándares del precedente que estamos marcando ahora”.
Por su lado, Kenneth Smith señala que “en cada estado, en cada sector, habrá diferencias en la fuerza de los sindicatos, su participación en la vida de los trabajadores, la relación de la empresa con el sindicato”. Y lo anterior, apunta, hace que sea muy variado el ecosistema, por lo que sería difícil determinar si GM Silao puede considerarse realmente un precedente para próximos procesos en el mercado laboral mexicano.
Y en lo que se refiere a la situación salarial de los trabajadores, Guillermo Abdel también tiene sus dudas sobre qué tanto la victoria sindical de GM Silao represente un paso adelante hacia una verdadera convergencia de precios de la mano de obra en toda América Latina.
“En la medida que las empresas no están invirtiendo, cada vez habrá menos demanda de mano de obra. Si no tenemos crecimiento, si no invierten las empresas, el desequilibrio seguirá siendo mayor. Mientras las personas quieran seguir entrando a trabajar, pero las empresas no aumenten su demanda de mano de obra, no [veremos que reduzca la brecha salarial en América del Norte]", responde Abdel.
"En Estados Unidos están aumentando los salarios dramáticamente y en México no ha pasado nada porque no estamos creciendo […]. Como van las cosas, menos convergencia va a haber”, lamenta el director del Centro de Estudios de Competitivad del ITAM.