Urgen a mejorar atención médica en población LGBT+ y eliminar estigmas

En la atención de la salud de la población LGBT+, la educación es fundamental para lograr un cambio estructural.
27 Junio, 2022 Actualizado el 27 de Junio, a las 19:12
El 38.5% de la población LGBTQ+ no recibió el servicio o tratamiento adecuado. (Foto:UNAM)
El 38.5% de la población LGBTQ+ no recibió el servicio o tratamiento adecuado. (Foto:UNAM)
Arena Pública

Ante la discriminación y violencia que viven personas de la población LGBTQ+ en la atención de su salud, especialistas apuestan por la educación y el impulsar cambios en el sistema promovidos por los integrantes de esta comunidad del sector de salud.

“La falta de políticas inclusivas y antiestigma impactan en la salud a nivel individual y público, realmente tenemos muchísimas deficiencias en la educación en estos aspectos desde la universidad hasta fases posteriores”, dice Juan Sierra Madero, infectólogo y jefe de la Clínica de VIH del  Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán durante el primer foro “Diversidad sexual y salud LGBT: visibilizar para sensibilizar”.

Y es que, a pesar que la salud es un derecho constitucional, la comunidad LGBTQ+ aún batalla para recibir atención en el sistema de salud públicos por la discriminación y estigma por parte del personal médico. El 76.7% de las 12 mil 331 personas que participaron en la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018, mencionan que los hicieron sentir incómodos durante la atención médica.

Además, el 49.4% tuvo que ocultar su orientación o identidad de género y el 38.5% no recibió el servicio o tratamiento adecuado. Si se quiere lograr ambientes realmente inclusivos hay que “incluir a personas de la comunidad LGBT en grupos de asesores, de toma de decisiones en las políticas institucionales”, advierte Sierra Madero.

Aunque “falta mucha incidencia por parte de las comunidades, la verdad es que más allá del tema de VIH, no nos movilizamos tanto como para exigir otras cuestiones, y creo que hace falta esa ciudadanía de la salud", comenta Ricardo Baruch Domínguez, maestro en salud pública y doctor en ciencias por el Instituto Nacional de Salud Pública de México en entrevista vía WhatsApp. 

Así mismo, los especialistas apuestan por la educación. “Otro de los esfuerzos tiene que ser en personas que están en proceso de formación, realmente es como evitamos que salgan al campo ya discriminando”, dijo durante el foro Juan Carlos Mendoza Pérez, profesor asociado en el Departamento de salud pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Y es que las bases de la medicina requieren de una reforma más profunda. “En los mecanismos para formarse en medicina y en la atención médica todavía hay muchos sesgos de género y muchos sesgos cisheteronormados que atraviesan a la medicina, entonces hay que reformarla por completo porque hay una dimensión cisheteropatriarcal”, dice en entrevista César Torres Cruz, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Y agrega, “la medicina no provee de insumos a las personas formadas en esta disciplina para atender características específicas que afectan la salud de las personas LGBTQ+”.

 

Protocolos, buen avance, pero es problema cultural

En México existe un avance normativo con la implementación del Protocolo para el Acceso sin Discriminación a la Prestación de Servicios de Atención Médica de las personas LGBTTTI durante el sexenio anterior y la Ley para el Reconocimiento y la Atención de las Personas LGBT+ de la Ciudad de México aprobada el año pasado.

Sin embargo, la creación de estos protocolos se convierte en "acciones estériles", según Daniela Muñoz Jiménez, maestra en filosofía social por la Universidad la Salle y miembro de la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Trans, ya que "no basta con eso". "Está muy bien que institucionalmente los hagamos, pero se necesita un esquema de comunicación integral”, añade la especialista.

En este mismo sentido Baruch Domínguez reconoció que “si bien (el protocolo) no es de aplicación obligatoria, por lo menos da cierta guía de por dónde deberíamos ir en cuanto algunas acciones y estrategias específicas”, pero en entrevista enfatiza que los cambios normativos y el presupuesto asignado no son suficientes. "Nos hace falta seguimiento del tema presupuestal", dice Domínguez. "Muy bonitas las banderas afuera del IMSS y de la secretaría, pero en realidad poco significan”, agrega.

Ahora, “hace falta ver si ya llegó a sectores que se dedican a atender a personas LGBTQ+ y hace falta analizar la información de este protocolo”, añade Torres Cruz.

A nivel de la infraestructura existente destacan la Clínica Especializada Condesa y el Centro de Atención Transgénero Integral, donde “el modelo ha servido como un ejemplo para toda América Latina y es algo que idealmente se debería replicar en otros estados del país”, dice Baruch Domínguez.

 

Hace falta reconocer la diversidad de identidades

No obstante, aún existe una confusión entre las diferentes identidades y, por ende, una falta de reconocimiento de las necesidades en salud de cada una de estas. "Pareciera que toda la salud de la población LGBTQ+ se reducía exclusivamente a la salud sexual, cuando sabemos que tenemos muchos otros aspectos por los cuales podemos enfermar, por los cuales podemos tener alguna accidente, por los cuales podemos tener mayor resiliencia”, comenta Baruch Domínguez.

Por su parte, el investigador del CIEG menciona, por ejemplo, que “no hay campañas de atención médica para infecciones de transmisión sexual entre ellas, porque hay un prejuicio de que para que haya una infección de transmisión sexual es necesaria la penetración vía un pene”.

Sin embargo, este problema no tiene su origen per se a nivel político, sino que tiene un origen más cultural: “desembaracémonos de que el estado nos tiene que resolver absolutamente todo [...] este es más que nada un problema cultural, porque no se trata de hacer leyes coercitivas que nos estén protegiendo, ahí no hay un cambio de fondo”, dijo Muñoz Jiménez.

En este mismo sentido, Mendoza Pérez, quien imparte la primera asignatura en la UNAM para la atención a la salud de personas LGBT, apunta que “lo que tenemos que hacer es cambiar estos contextos hostiles que vivimos por el hecho de ser personas LGBT para mejorar nuestra salud. La clave es eliminar la discriminación y, por tanto, estas desigualdades se reducirían o se eliminarían. No el hecho de dejar de ser gay para eliminar estas desigualdades”.

Sin embargo, para hacer visible esta problemática es necesario fomentar la denuncia de la discriminación. Incluso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha atraído algunos casos y declarado la invalidez de por lo menos tres artículos de la Ley General de Salud para reconocer los derechos de este sector de la población.

En este sentido “me parece que esto es muy relevante porque es un reconocimiento real de que no es un capricho, no estoy pidiendo un privilegio o que se me trate diferente por el hecho de ser gay o lesbiana, sino más bien que se me trate como a todas las demás personas o como en teoría todas las demás personas deberían ser tratadas”, sentencia Baruch Domínguez.

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