Óscares 2022: La corrección y la incertidumbre
Ha llegado la fecha de una nueva ceremonia de los Óscares, la 94 edición, y a seis años del centenario llega esta ceremonia envuelta en la polémica y la desazón.
Nunca ha habido unos Óscares tan deslucidos –bueno, los del año pasado deslucieron muchísimo- pero estos no prometen nada mejor. En una decisión insólita, la Academia decidió entregar el Óscar de las siguientes categorías antes de la Ceremonia televisada: mejor documental, mejor edición, mejor maquillaje y peluquería, mejor diseño de producción, mejor sonido, mejor corto, mejor corto animado y mejor banda sonora.
El menosprecio a los cortometrajes es histórico, no es nada nuevo. No sería raro que un buen día los dejaran de premiar. Bueno, en cuanto a los documentales se entiende, todavía hay gente que se pregunta si son “cine”. Este ninguneo de la Academia es el escupitajo final a un género siempre incómodo, y que migró al video y a la digitalidad antes que la industria. La Academia simplemente se quita una máscara y le resta reflectores al género que vio nacer al cine. Porque el cine nació documental.
Ese del “documental” era un tiro cantando, pero dejar fuera el premio a la “edición”, sí sorprende. La “edición” ha sido considerada por muchos cineastas como la “quintaescencia” del cine: ¿Cuántas veces no ha sido el editor el verdadero autor de una película? El maestro del cine soviético Sergei Einsestein, de hecho consideraba que el cine en su conjunto no era más que “edición”, él la llamaba “montaje” y tenía implicaciones desde el guion hasta el armado final. ¡Ah, pero es un ruso! Mejor no hablar de ciertas cosas.
Robert Flaherty filmaba kilómetros y kilómetros de película, luego le entregaba ese kilometraje a un editor o editora, junto a un “boceto de guion” o “idea general” y se iba a disfrutar de la vida. ¿Quién hacía la película? Obviamente el editor. Quitar méritos a este oficio cinematográfico, es poco menos que deleznable.
Y una vez dicho esto de la “edición” no es menos importante el sonido. Estos académicos deberían ver las películas sin sonido o con el sonido de filmación para que entendieran todo lo que aporta el sonido al film. Y no contentos con el sonido le quitan reflectores a la Banda Sonora, al músico de la película. ¿Qué pensarían si vivieran Ennio Morricone y Nino Rota? Se debe estar revolcando en sus tumbas. Y ¿Qué pensarán John Williams, Danny Elfman, Hans Zimmer? ¡Que desgraciados esos que dirigen la Academia!
Ya dejaron la película sin edición, sin sonido, sin música, y luego también… sin arte. También sacaron al que diseña el concepto visual de la película completa, desde complejos escenarios, diseño de vehículos, hasta el decorado de las uñas, de los efectos especiales a los efectos digitales: imaginen Star Wars 1, 2 y 3, todo en pantalla azul –blue screen- y los actores y actrices sin vestuario, interpretando sus personajes con su chongo y lagañas, así como llegaron al set, simplemente no habría película.
Crear toda esa imagen, el espacio cinematográfico y a los personajes en su aspecto visual, y las acciones ficticias por medio de fx, es labor del que llaman “diseñador de producción”. Sin él habría un tiburón sin tiburón, un alien sin alien, y así etcétera. El alien de hecho es un mecanismo robótico cuyo aspecto lo da solamente su genial maquillaje, creado por Carlo Rambaldi, trabajo que le ganó un Óscar. Pero ahora las personas de “maquillaje y peinados” verán la ceremonia por televisión como todos nosotros.
Es decir, la Academia dejo de premiar a los que hacen algunas de las partes más importantes de las películas, dejando solo a los actores… y al fotógrafo, al menos dejaron al que toma la película, ya sería mucho que también lo marginaran. Cine sin película, pues no, ¿verdad? Pero les faltó poco. Y el pretexto es el “espectáculo de televisión”, los chistes malos y los números musicales. Con el fin, dicen, de que haya más audiencia. Ese es el objetivo, supuestamente, pero todo lo que hacen parece ir en el sentido contrario.
Los Óscares surgieron para fomentar la competencia y la calidad en la producción de las películas, es un premio de la industria para la industria cinematográfica. Nada de esto justifica que los premios se sometan al rating, se pongan de rodillas frente a la mediocracia. Es una falta de respeto al gremio, y al espíritu mismo de los premios de la Academia. Ojalá en un futuro próximo rectifiquen.
No he visto protestas realmente importantes del gremio, solo declaraciones, quejas, pero no acción política. Solamente la actriz Jessica Chastain ha manifestado que no pasará por la alfombra roja en protesta: ¿Será la única? Si solo los actores se pusieran de acuerdo y todos juntos evadieran la alfombra roja, sería una protesta efectiva y memorable, y quizá forzaría un cambio de rumbo en la dirección de la Academia, que la verdad ha sido desastrosa.
El otro problema que aqueja hoy día a la Academia es su cartilla moral. Una especie de check list que toda película que aspire a algunos premios debe cumplir, cuestiones de género, etnia, minorías, etc. Hable sobre ello a fondo en un artículo de Arena Pública que sigue en línea. Como explico en dicho artículo las normas no me parecen realmente negativas, pero sí han sido muy criticadas. Si ganan películas que representen estos principios se fortalecería la cartilla moral de la Academia, y se fortalecería su actual dirección. Aquí entonces hay una encrucijada para la Academia.
Los votantes o los electores de la Academia, deberían votar libremente por las películas y por los colegas que consideren ganadores, según cada categoría. Como se ha ampliado la base de votantes, se vuelve imposible predecir los resultados, esto quiere decir que los resultados deberían ser aleatorios y no predecibles. Pero si ganan las películas que expresen los valores de la cartilla moral de la Academia, sería no menos que sospechoso. Sin embargo, yo pienso que eso es precisamente lo que va a ocurrir.
Aquí mis predicciones, de acuerdo a la cartilla moral de la Academia: el premio a mejor película sería para Jane Campion por “El Poder del Perro”, dirigida y producida mayormente por mujeres. Sería la tercera mujer en ganar el gran premio y la segunda de manera consecutiva, lanzando un mensaje contundente respecto al cambio de rumbo de Hollywood. Es un western introspectivo, psicológico, que resulta anfibológico, oscuro. La presencia luminosa de Benedict Cumberbatch y Kirsten Dunst levantan la película de ritmo semi lento y falto de progresión dramática. Este triunfo femenino se completaría con el premio a mejor director, ídem de lo anterior, la tercera de la historia, y la segunda consecutiva.
A mejor actor muy seguramente será por supuesto Benedict Cumberbatch, con merecimiento de sobra, es un actorazo. Tan lo es, que vuelve interesante una película francamente muy poco interesante, per se. En mi cuenta sería el tercer Óscar de la película. Su principal contendiente es Will Smith, por su trabajo espléndido en “King Richard” un magnífico biopic financiado por las hermanas Williams sobre la personalidad compleja y límite de su padre. Su rol es magnífico, pero es poco probable que gane.
A mejor actriz está muy disputado, es una categoría muy difícil de predecir, hay muy buenos trabajos. Quién lo va a ganar, si las predicciones de la cartilla moral de la Academia son buenas, es Kristen Stewart por su papel como Diana de Gales en “Spencer”, el último biopic del magnífico director chileno Ricardo Larraín. La Bella vampiresa, se transmuta en una atormentada Diana, en un momento crucial de su vida. La interpretación dramática de Kristen está a la altura, y tiene a su favor que interpreta a Diana, y que la familia real es muy de gusto del público americano, y que además sería un premio a la inclusión. Todas son razones de peso.
Lo merecería Olivia Colman, quién está magnifica en “La hija oscura” –Olivia Colman siempre está magnífica- una película que se hace preguntas realmente importantes sobre la complejidad femenina, basada en una novela de Elena Ferrante y que marca el debut de Maggie Gyllenhaal como directora. Un debut promisorio de una carrera que esperamos sea larga y fructífera. Una de las joyas cinematográficas del año.
Otra que podría ganarlo sería Penélope Cruz, por “Madres Paralelas” la última película estrenada de Almodóvar. Penélope siempre está bien en sus películas, es una buena actriz. Pero sería sorpresa. Nicole Kidman, en mi opinión, hace buen papel en un tête à tête con Javier Bardem en “Being the Ricardos” pero a los americanos no les gustó nada. No les gustó su manera de representar a un ícono de su cultura, la actriz Lucille Ball, y el voto americano pesa mucho. Jessica Chastain va a ganar el Óscar seguramente o varios, porque es una actriz soberbia, pero no este año. Aunque su papel en “Los ojos de Tommy Faye” es muy bueno, la película es bastante mediana.
A mejor actor de reparto, podría ganarlo alguno de los actores secundarios de “El Poder del Perro”, los dos con buen papel, Jesse Plemons –a quién siempre recordaré por su papel en Fargo, la serie- cumple y sobresale. El joven Kodi Smith-McPhee, destaca en su interpretación de un joven famélico y afeminado, cuasi un lady boy, un friki estudiante de medicina de nuevo ingreso, personalidad que contrasta con el ambiente machorril del salvaje oeste, y que es la fuente del conflicto de la película. Si esto fuera, se sumaría un Óscar más para la favorita. Pero yo le apostaría dinero a Troy Kotsur, un actor con discapacidad auditiva, por su papel en la película CODA.
CODA es el caballo negro de la cartilla moral de la Academia y podría dar sorpresas en las categorías en las que está inscrita. A mí me parece una película mediana, de drama adolescente, al estilo de “Bajo la misma estrella” (2014), con toques del género del maestro que cambia la vida, papel que interpreta sin mucho lucimiento Eugenio Derbez. CODA ganó el premio a mejor película del Sindicato de Productores (PGA). Pienso que este Óscar sería la opción correcta de la cartilla moral de la Academia y será uno de los que gane CODA.
A mejor actriz de reparto la favorita de la categoría es Ariana DeBose, por su papel en “West Side Story” (2021) la gran película de Steven Spielberg, que quizá en otras condiciones, debería ser una de las ganadoras de la noche. Este al menos es uno de los premios que puede ganar. Ariana ha arrasado con los premios de la temporada, y culminaría con un Óscar. A mí me gustaría que lo ganara Aunjanue Ellis, que interpreta el papel de la mamá de las Williams en “King Richard”, quien debe hacer frente a un esposo con un carácter muy dominante, y tics machistas. En la película tiene momentos realmente brillantes. Podría hacerles sombra Kirsten Dunst, la otra luz de “El Poder del Perro” con grandísimo papel. Pero la cartilla moral se inclinaría por una opción étnicamente diversa.
Guion original debería ser para Kenneth Branagh por “Belfast”, sería un reconocimiento a su magnífica trayectoria cinematográfica, y a una bella película nostálgica, llamada la “Roma” de Branagh, por sus vasos comunicantes con la película de Cuarón. Sería justicia. Otra buena opción sería “La peor persona en el mundo” la película noruega escrita por el guionista Eskil Vogt y el director Joachim Trier. “King Richard” que como se ha visto en este artículo, es de mi preferencia, escrita por Zach Baylin, podría ganarlo también.
Guion adaptado es otra categoría que puede ganar “El Poder del Perro”, el guion fue escrito por la directora Jane Campion. Otra buena opción sería “La hija oscura” escrito también por su directora, Maggie Gyllenhaal, aunque pondría en segundo lugar y con fuerte probabilidad de ganar a CODA, sería su segundo Óscar, y la justificación sería poner en pantalla este universo de pescadores con discapacidad auditiva.
Mejor película de animación debe ser para “Encanto”, encantadora película de los estudios Disney, bajo la influencia total de Pixar. Aunque la mejor película de la categoría es “Los Mitchells contra las máquinas” del Estudio de Animación de Sony, que está haciendo películas memorables. Sería sorpresa, aunque sería también justicia.
Mejor película internacional será para la japonesa “Drive My Car” de Ryūsuke Hamaguchi, que adapta el cuento homónimo de Haruki Murakami, de su cuentario “Hombres sin mujeres”. De hecho, es la mejor película de las nominadas, y en un mundo justo debería ganar todas sus categorías, compartiendo con West Side Story, la noche. Pero veremos.
Finalmente, a mejor fotografía estoy completamente seguro que también la gana “El poder del perro”, ya que se trata de una directora de fotografía, la australiana Ari Wegner, sería la primer mujer cinefotógrafa en ganar la estatuilla. La primera en 94 años. Si eso no es simbólico no sé qué lo sería. Aunque en un mundo justo el Óscar debería ser para Janusz Kaminski, por su trabajo magistral en West Side Story.
El resto de las categorías, son las que no le importan a la Academia, por qué habría de importarnos a nosotros. Creo que en ellas habrá Óscares para Dune, y para Cruella. Podría traerse un premio “Sin tiempo para morir”, aparentemente la última película Bond de Daniel Craig. Este domingo al iniciar la ceremonia televisada de los Óscar ya conoceremos todos estos premios, otorgados off the record.
La gran ausente de la noche “Spider-Man: No way home” podría ganar el de efectos visuales. Me dicen que no hay un prejuicio contra las películas de superhéroes, pero yo lo confirmo día con día. La de efectos visuales es la única categoría en la que hay dos películas de superhéroes, las dos de Marvel. Pienso que “Spider-Man: no way home” es una película que, por su impacto mundial y trascendencia, debería haber sido contemplada en muchas más categorías. En otros años del Óscar, hubiera estado. Sin embargo, la necesidad de audiencia televisiva de la Academia los llevó a crear “un premio del público”, y otro premio a la “escena cinematográfica memorable”.
Lo más probable es que ambos sean ganados por Spider-Man, así el público enmendará dos problemas de la Academia, su incongruencia, y su falta de audiencia, pues la expectativa de estos “premios” adicionales, elevará el rating. ¿Hasta que punto? Está por verse. Pero es otra mala estrategia de la Academia, si querían medir su fuerza mediática, no sabrán si esa fuerza surgió de sus decisiones o de los fans de Spider-Man.
Al final de estas reflexiones concluyo: si los resultados no se parecen a éstos que he predicho, éstos que apoyan y solapan la cartilla moral de la Academia, si los resultados son aleatorios, quiere decir que la estrategia de incrementar el número de votantes y los métodos de votación ha funcionado. Y éste sería el mejor de los mundos posibles, me encantaría que así fuera. El domingo lo sabremos.