Muertes por desesperanza, de acuerdo a Casse y Deaton
Como comenté en mi entrega pasada, del 3 al 5 de enero pasado se llevó a cabo una reunión más de la Asociación de Economistas de EU, la que conjuntamente con muchas asociaciones más, constituyen la conferencia de economistas más concurrida del orbe.
Hace quince días relaté la intervención de Ben Bernanke sobre los nuevos instrumentos de política monetaria. Quisiera dedicar esta contribución a la otra conferencia que me pareció importante relatar.
La mesa en cuestión se intituló el Futuro del Capitalismo. Esta mesa en realidad fue una discusión del libro que verá la luz en marzo de este año Muertes por desesperanza y el futuro del capitalismo (Deaths of despair and the future of capitalism) de Anne Case y Angus Deaton (premio nobel de economía, 2017). Hubo intervenciones de estos autores, R. Rajan de la U de Chicago y de Robert Putnam y Ken Roggoff de la U. de Harvard.
El debate inició con una serie de hechos que ha provocado presumiblemente el tipo de modelo de capitalismo que ha seguido los EU en las últimas décadas.
La esperanza de vida en los EU ha presentado un declive del 2015 al 2019, una reversión no vista desde 1918, es decir, en 100 años. Esto tampoco se ha observado en ningún otro país avanzado, particularmente Europa. Esto se debe a muertes por desesperanza, de acuerdo a Casse y Deaton, como se ve en la gráfica que ellos presentan.
Vayamos por partes. Este tipo de muertes se deben a un gran aumento de abuso de drogas, alcoholismo y de suicidios. Ellos argumentan que esto se explica en parte por las fuerzas económicas, típicas del capitalismo norteamericano actual, que hace la vida más complicada para la clase trabajadora.
Pero la caracterización de este fenómeno requiere diferenciar la esperanza de vida, por una parte, y la mortalidad a cierta edad, por otra, a pesar de que existe una relación cercana entre ambos conceptos.
En el primer caso, la esperanza de vida es aquélla que se tiene al nacer. Suponga ud. amable lector, que si la esperanza al nacer es de 77 años y ud. tiene 50 años, le quedan, de acuerdo al primer concepto, 27 años de vida. Por su parte, utilizando el segundo concepto -mortalidad de aquellos que tienen 50 años- los años promedio que restan de vida puede alterarse (la esperanza de vida de los mayores de 50). Es decir que contabilizando solamente aquellos que tienen 50 años, la esperanza de vida puede ser, digamos, 20 años (y no 27). Y esta distinción es importantísima para lo que ellos llaman muertes por desesperanza.
Este último concepto es el que se ha visto en EU. Y los más afectados son los blancos (no hispanos) con educación media superior o menos. En contraste, los blancos (no hispanos) con educación superior o más, han incrementado su esperanza de vida cuando cumplen 50. Ver la gráfica de abajo.
Para esta población, con niveles bajos de educación, el panorama luce desolador a partir de los 50. La automatización los desplazó, el acceso a la educación resultó más difícil porque las colegiaturas de las escuelas a nivel superior se incrementaron de una manera rampante, el acceso a la salud también registró un aumento en precios brutal (¿escuchará Trump?), entre otros fenómenos.
Encima de eso, la crisis del 2007-08, terminó por arruinarlos. Observe en la gráfica que si bien la tasa de mortalidad para las personas de entre 50 y 54 años (desplazados del mercado laboral) empieza a aumentar a partir del presente milenio, la crisis del 2007 la vuelve a encender.
El resultado es lo que ellos llaman muerte por desesperanza en el sistema. No hay de otra, se recurre al abuso de drogas, al alcoholismo y eventualmente al suicidio. Por falta de espacio no presento las gráficas donde se observa de manera alarmante la evolución de estos tres indicadores.
El resultado de acuerdo a ellos es una descomposición familiar, con perspectivas de vida muy limitadas para esos individuos (blancos, no hispanos, con niveles de educación bajo). El sistema, concluyen, les ha fallado.