Reventa de gasolina deja ganancia de 77% a expendedores

¿En serio no es rentable invertir en refinerías para producir gasolinas? Los números demuestran lo contrario.

Nuestro lector, Carlos Dávila, experto en planeación estratégica, considera que cualquier institución financiera estaría dispuesta a financiar un proyecto para ampliar la capacidad instalada con la que cuenta el país para la producción de gasolinas.

Para empezar, los rendimientos serían muy buenos y la fuente de pago – con clientes cautivos al menos durante los dos próximos, estaría asegurada.

Pero en México, al menos en las prioridades del Poder Ejecutivo y Legislativo, la lógica de negocios se presenta en sentido contrario. La soberanía económica, además, parece un tema que no les preocupa.

El Presidente de PMI Comercio Internacional, la empresa de Pemex, responsable de las importaciones y exportaciones de la empresa productiva del Estado mexicano, José Manuel Carrera, me dijo en entrevista  cuando le pregunté si no era preocupante que la importación de gasolinas estuviera al alza: “¡Qué importa si importamos! ¿Le importa – acaso al consumidor – comprar gasolina fabricada en Tula o en Texas?”. Quizás no – pensé – pero lo que sí le importa al consumidor es pagar gasolinas caras mientras el precio del petróleo baja y baja para tocar el temido nivel de 20 dólares.

Pero volviendo al análisis de Carlos Dávila, se demuestra una tendencia preocupante en la producción de gasolinas baratas y las que consumen la mayoría de los mexicanos mientras las caras aumentan su producción. Pareciera una política regresiva en donde pagan más los que menos tiene o, en el peor de los casos, la importación de petrolíferos – cuyo abasto  podría no estar asegurado – se deja para los consumidores que compran gasolinas más baratas.

 
Los números del negocio
 
Entre 2004 y 2014,  la producción de gasolinas pasó de 466 mil 700 barriles diarios a 412 mil 600 barriles por día. Así, tan sólo entre 2013 y 2014 la producción total de gasolinas cayó 3.6 por ciento.

Fue 2009 el único año en el que la producción de gasolinas aumentó con un incremento en la producción promedio anual en 471,500 barriles diarios. Pero también en ese año, la mayor caída en la producción de gasolinas ha sido en el tipo Magna. Entre 2003 y 2014 el ajuste fue de 19.3 por ciento. Respecto a 2004, la caída en la producción fue de 30 por ciento.  Así, sólo aumentó la producción de gasolinas como Premium, de acuerdo con datos de Pemex.

 
 
¿Y el negocio en dónde está?
 
Con estos datos y tomando en cuenta el precio de las gasolinas, el diferencia entre el costo de producir en el país estos petrolíferos y el costo de importarlos , representa un monto total de 42 mil millones de dólares. La cifra contempla el diferencial acumulado durante más de 11 años.

La Secretaría de Hacienda, Pemex y los distribuidores han participado en la distribución de un negocio por más de 3,818 millones de dólares por año, más que suficiente para construir refinerías y sustituir la importación.  Ahora, con precios bajos, la paradoja es la compra de gasolina barata para venderle cara en el mercado interno. Sin sentido y el destino nos alcanzó. Con este monto, agrega nuestro lector y analista Carlos Dávila, se justificaría la inversión en refinerías, lo que permitiría a México recobrar la autonomía en la producción de petrolíferos.

Sin embargo, hasta ahora el negocio de Pemex, pero sobre todo de la SHCP, parece ser como lo demuestran los números público de este sector,  la venta de gasolina cara que se compra barata en el extranjero a un gran mercado cautivo, en el cual el margen promedio anual por estación de servicio – según los cálculo de Carlos Dávila – han pasado de 215, 867 dólares en el 2003 a 381,640 dólares en el 2014, un incremento de 77 por ciento.

 
Las coberturas, otro gasto
 
En 2013, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) hizo algunas observaciones a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público respecto al manejo de las coberturas petroleras.  Sugirió, por ejemplo, mayor transparencia en el proceso de contratación a través del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros (FEIP). La ASF evaluó la actuación del Subcomité de Coberturas  Petroleras del FEIP porque es en esa instancia en donde se diseña y ejecuta la estrategia de coberturas petroleras.  Desde 2011, el gasto en coberturas ha estado presente en el FEIP y por año se han gastado en promedio en contratos más de 850 millones de dólares y el monto total erogado casi alcanza los 6,000 millones de dólares. Pero ahora, la SHCP nos asegura que gracias a la contratación de coberturas las arcas públicas recibirán poco más de 6,000 millones de dólares. Muy bien pero nada más tenemos que restar los  5,000 millones que se han pasado desde el 2011.