¿Quién ganó con el rescate de ICA?
La noticia ha corrido como pólvora: el Pensionissste, la Afore de los trabajadores del Estado, habría rescatado a la constructora ICA de uno de los momentos más graves de insolvencia.
La operación se realizó en septiembre de 2015 y el monto de la inversión en acciones de la constructora habría sumado al menos 20 millones de dólares, según información dada a conocer por la agencia Reuters.
La inversión en ICA se habría dado cuando el valor de sus acciones fluctuaban en niveles de 6 pesos en septiembre de 2015. En el corto plazo, parecía una buena inversión porque, en tan sólo un mes, llegó a niveles de 10 pesos.
El problema es que después de ese momento, las acciones de ICA iniciaron una carrera descendente entre los rumores de su suspensión de pagos y hasta de su quiebra.
Las acciones de ICA se suspendieron en menos de 1.6 pesos. La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) conoció de la inversión porque las Afores tienen obligación de reportar este tipo de inversiones tanto en renta fija como en renta variable. En teoría se cumplieron las formalidad para esta inversión.
Pero el rescate de ICA no sólo estuvo encabezado por la compra de acciones sino por la venta de activos y operaciones en las que el Pensionissste participó también activamente. En otras palabras, resulta que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) tendría que investigar los tiempos y el intercambio de información que caracterizó la peculiar incursión del Pensionissste en las finanzas de la constructora.
La compra de acciones de ICA se habría presentado antes de que Pensionissste apuntalara la compra de certificados en un fideicomiso que compró a la constructora ciertos activos carreteros.
La historia de esa compra la escribí y reporté también en septiembre pasado cuando si bien ICA había analizado la posibilidad de llegar al concurso mercantil para reducir la presión de sus acreedores, optó en aquel momento por una asociación con un importante administrador de fondos de pensiones canadiense y con los financieros de CKD Infraestructura (INFRACK) que encabezaba en ese momento Eduardo Ramos.
Aquella operación, le dio a ICA un poco de oxígeno para seguir en la espera de contratos y liberación de pagos pendientes en sus proyectos.
ICA, en ese momento, ya había consultado a algunos expertos en concursos mercantiles para analizar los escenarios que se presentarían de llegar la concurso mercantil.
Fue en junio de 2015, cuando ICA y CDPQ (Caisse de dépôt et placement du Québec), uno de los administradores de fondos más grandes de Canadá, anunciaron el cierre de la transacción para la creación de una plataforma operativa cuyo principal activo es la concesión de cuatro carreteras y autopistas en operación de ICA.
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La plataforma operativa, ICA Operadora de Vías Terrestres ("ICA OVT") fue un nuevo negocio conjunto mediante el cual la compañía mexicana transfiere su participación de las cuatro concesiones a ICA OVT.
Bajo los términos de la transacción, ICA controlaba el 51% de la plataforma y CDPQ el 49%. Por esta participación, CDPQ pagó ICA 3,014 millones de pesos los cuales se usaron para pagar deuda corporativa de corto plazo.
ICA seguía operando las carreteras El Mayab, Autopista Río Verde - Ciudad Valles, Libramiento La Piedad y Túnel Acapulco. La concesión de la carretera El Mayab, por cierto, ya había sido sujeto de otras negociaciones y de otras reestructuras.
Lo interesante de esta operación es que ICA, a diferencia de lo que sucedió hace dos décadas, no necesitaba – al menos no en esa ocasión - rescates del sector público para mantener la operación de estos activos carreteros y seguir con el pago de sus deudas. Recibía entonces recursos pero de un fondo privado. Al menos, así se escribió públicamente este nuevo capítulo pero tiene sus matices.
Historia de un nuevo salvavidas
Fue en octubre de 2012 cuando el Consorcio del Mayab – operado por ICA – colocó Certificados Bursátiles por 4,500 millones de pesos a un plazo de 22 años. Así, esta carretera se comprometió con inversionistas para darles rendimientos hasta el año 2044.
La autopista ahora forma parte de la coinversión de ICA con los canadienses de CDPQ que, como les decíamos ayer, están participando en inversiones estratégicas en el sector de infraestructura y energía. Así, ICA no tuvo que informarles a sus inversionistas que ante el menor crecimiento de la economía y ante la cancelación de algunos proyectos que esperaba con el Programa Nacional de Infraestructura (PNI), ya no podrá pagar sus deudas.
Fue a través del Fideicomiso de Apoyo para el Rescate de Autopistas Concesionadas (FARAC) que se compró a empresas como ICA su participación en carreteras de cuota para evitar la quiebra de las compañías constructoras que se convirtieron en operadoras y financieras.
En 1997 el gobierno mexicano rescató al menos 23 de las 52 autopistas que operaban en el país bajo la administración de concesionarios privados. En ese año ICA logró que el gobierno federal rescatara muchas de sus carreteras pero ni siquiera así se libró de una deuda por más de 2 mil 400 millones de dólares en la que se contemplaba una quita de al menos 70% en perjuicio de acreedores y bancos.
El rescate de sus autopistas fue clave para reconstruirse y modificar su esquema de financiamiento. Además fue clave para que durante los sexenios panistas ICA lograra que sus activos se elevaran casi 50% y que sus pérdidas se revirtieran para registrar utilidades por más de 1,203 millones de pesos.
Hasta el 2013, el 5% de sus ingresos ya se generaba en dólares y en países de varios continentes con la expectativa de llegar al 15% en 2014. Sin embargo, la crisis otra vez sorprendió a la constructora que se despidió de sus ingresos anuales por más de 3,000 millones de dólares. En menos de dos años, ICA – otra vez – se encuentra en la lona. Por ello, la única opción ha sido vender activos pero ahora a socios privados.
Lo interesante, sin embargo, es que antes de cerrar esta operación, el director del gigantesco fondo canadiense CDPQ, Michael Sabia, se reunió personalmente con Luis Videgaray en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Un dato interesante porque ahora sabemos que el gobierno federal participó con el 15 por ciento del total de la emisión de Certificados de Capital para el Desarrollo (CKD) por más de 3,443 millones de pesos.
¿Cómo lo hizo? Resulta que fueron las tesorerías del PensionISSSTE que encabezaba en ese momento José María de la Torre Verea y del Fonadin a cargo de Francisco Antonio González Ortiz Mena las que apuntalaron la colocación del CKD Infraestructura que ahora cotiza con INFRACK.
ICA ya recibió el pago de 3,140 millones de pesos mientras INFRACK analiza otros cinco proyectos cuyos nombres se mantienen bajo estricta confidencialidad.