Les pasó de noche
El 10 de febrero del 2014 se reformó el artículo 102 de la Constitución Política con el fin de crear la Fiscalía General de la República. El texto dice: “El Ministerio Público se organizará en una Fiscalía General de la República como órgano público autónomo, dotado de personalidad jurídica y de patrimonio propios.”
En los artículos transitorios, se estableció que dicha reforma entraría en vigor en la misma fecha en que lo hicieran las normas secundarias necesarias que expidiera el Congreso de la Unión, es decir, la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República. Adicionalmente, el Congreso de la Unión debía hacer la declaratoria expresa del nacimiento y entrada en vigor de la autonomía constitucional de la Fiscalía General de la República.
Tuvieron que pasar cuatro largos años para que lo anterior sucediera, en medio de debates y jaloneos políticos. La institución mientras tanto, a la deriva.
Finalmente, el 14 de diciembre del 2018 fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República.
En su transitorio primero se lee: “El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Una vez publicado, el Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, deberá emitir la declaratoria expresa de la entrada en vigor de la autonomía constitucional de la Fiscalía General de la República.”
El 20 de diciembre del 2018, es decir, hace una semana, se emitió mediante publicación en el Diario Oficial, la declaratoria de entrada en vigor de la autonomía Constitucional de la Fiscalía General de la República.
En otras palabras, la PGR dejó de existir después de cien años y, lo que tenemos hoy, es una Fiscalía General.
Pues bien, tras los lamentables hechos ocurridos el 24 de diciembre en Puebla, el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Alfonso Durazo, así como Roberto Ochoa, han salido ante los medios refiriéndose reiteradamente a la institución ministerial como “Procuraduría General de la República.” Este último, ostentándose aún como subprocurador.
Es lamentable que funcionarios de primer nivel, por ignorancia o descuido, no sean capaces de percatarse de la enorme transformación que acaba de sufrir la institución. Al grado, de no conocer siquiera su nombre, pues les pasó de noche.
Si además sumamos el hecho de que el presupuesto asignado a la Fiscalía General para el 2019 será recortado un 9.1%, no podemos abrigar muchas esperanzas respecto a su eficacia en el futuro. El nuevo sistema de justicia penal, exige que las Fiscalías reciban incrementos significativos en sus presupuestos, no disminuciones. Lo hemos dicho en muchas ocasiones.
Es lamentable que funcionarios de primer nivel, por ignorancia o descuido, no sean capaces de percatarse de la enorme transformación que acaba de sufrir la institución. Al grado, de no conocer siquiera su nombre, pues les pasó de noche.
Sin servidores públicos que asuman conscientemente su responsabilidad y sin dinero, seguiremos estando muy lejos del modelo de procuración de justicia como nos propusimos.
No permitamos que la Fiscalía General herede los vicios endémicos de la extinta PGR, pues de consentirlo, habría nacido muerta.
El colectivo y los funcionarios públicos creen que, mientras no se designe al nuevo Fiscal General, la Fiscalía no existe aún. De ese tamaño es la ignorancia respecto de una de las instituciones más importantes del país. ¡Qué pena!
@borozco16