Me preocupan más los riesgos desde EU, que el triunfo de López Obrador: Oscar Vera
¿Qué pasará con la economía si el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, gana las elecciones como lo muestran todas las encuestas? Es la pregunta central que flota en el ambiente, dentro y fuera del país.
Para algunos economistas independientes su preocupación sobre el rumbo económico inmediato de México no está allí. "Me preocupa más el escenario externo, que un escenario de López Obrador", por lo menos para 2019. Así responde Oscar Vera, un experimentado economista que dirigió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado -entre 1991 y 1996- durante los años de la mayor crisis económica y política que ha vivido México en las últimas cuatro décadas.
Sus frases son contudentes y su argumentación bien informada. Cuando se le pregunta por su valoración sobre los planes económicos que ha presentado López Obrador, su respuesta no deja paso sin huarache: "Creo que es totalmente inviable". Y sus cuestionamientos, que se suceden uno tras otro, se resumen en una frase: "Si lo tomamos al pie de la letra, las cifras no cuadran... llevarlo a la práctica literalmente significaría un incremento del déficit público... o un incremento de la deuda pública", cuestiones -ambas- que López Obrador prometió no aumentar.
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Pero el doctor en economía, experto en finanzas públicas, por la Universidad de York, en Inglaterra, matiza su aseveración y concede el beneficio de la duda a López Obrador y a su equipo de asesores. En todo caso, esto es una campaña electoral y los buenos deseos económicos del candidato de Morena no son muy distintos a los miles de documentos llenos de buenos deseos en los planes nacionales de desarrollo que cada sexenio acumulan los presidentes en turno.
"Hay que ser cauteloso porque podríamos hacer una crítica similar a los Planes Nacionales de Desarrollo, que son letra muerta... Es una expresión de buenos deseos; se presenta, se hace un evento en Los Pinos y se archiva. Criticar que el proyecto, que tiene mucho de campaña política, no cuadra, se me hace un poco injusto. Y no digo que esté de acuerdo con muchas de las cosas que dice, pero esos documentos tienen otro fin, son documentos políticos".
Vera ha visto y oído mucho más allá de los libros y su conversación a lo largo de los poco más de 40 minutos que duró la entrevista en las oficinas de Arena Pública, destila más pragmatismo que teoría económica. Como consultor de empresas y de organismos públicos, además de consejero de varias transnacionales asentadas en el país, sugiere cautela. Observar paso a paso cada una de las medidas que López Obrador tomará de ganar la presidencia de la República.
Se define como neoliberal. Estudió economía en el ITAM -la universidad que más economistas con esta visión ha producido para el gobierno federal en los últimos años- antes de marcharse a Inglaterra a cursar el doctorado; un destino académico no muy aplaudido por los eméritos de esa casa de estudios, tan ligada a la Universidad de Chicago. Quizá de allí -y desde su ya larga trayectoria profesional en la desaparecida Secretaria de Programación y Presupuesto y su paso por el Deutsche Bank como economista en jefe para América Latina- provenga esa visión crítica no muy común en los economistas más jóvenes en boga.
"Yo me considero neoliberal, pero es evidente que no se ha llevado bien el modelo actual, que tiene fallas; la política social es asistencialista y clientelar; nada nos garantiza que con un gobierno de López Obrador no suceda lo mismo, pero de lo que hay, hay cosas que no han funcionado. La forma de hacerlo es donde va a estar el detalle y vamos a ver qué tanto puede hacer".
Para Vera, no mucho. Lo inverosímil de su propuesta de recorte al gasto por corrupción e ineficiencias, las ocurrencias que muy pronto se toparán de frente con la realidad, las trabas institucionales, legales y políticas para implementar sus propuestas, y -sobre todo- el contexto externo; serán restricciones para su tan anunciada transformación de la vida económica del país. Por lo menos en el corto plazo; de aquí hacia el 2020.
Estados Unidos: El gran freno
Se toma su tiempo para explicar con detalle que su principal preocupación como economista reside en la economía estadounidense y en el presidente Trump, sin dejar de lado la propia toma de decisiones de López Obrador, de llegar a la presidencia. Y es que su lectura es precisa: "La mayor restricción está en que los extranjeros poseen 100 mil millones de dólares en bonos del gobierno mexicano", así que "cualquier señal heterodoxa en el manejo de las finanzas públicas va a ser inmediatamente castigado por el mercado con la salida de capital", advierte.
Dicho eso, su mirada se dirige al norte del Río Bravo. Allí encuentra suficientes motivos para preocuparse hacia el próximo año y más aún cuando en los últimos meses el raquítico crecimiento económico mexicano ha estado supeditado a la favorable evolución de las exportaciones hacia EU, ante la desaceleración del consumo en el mercado interno.
"El mayor cambio que veo para el año que entra está en el entorno externo, que se puede complicar mucho. Estados Unidos va muy bien en términos de crecimiento pero, diría, que va demasiado bien. Ya hay muchas voces de alerta que están al tope; con el desempleo más bajo de la historia, o por lo menos de la posguerra. Están a plena capacidad y eso ya va a motivar un alza más acelerada en las tasas de interés que, como vimos la semana pasada, el Banco de México tiene que subir las tasas también aquí.
Hay un alza en el costo financiero a nivel global, que en México le pega a las finanzas públicas por el lado de la deuda externa y "jala" las tasas internas para arriba. Eventualmente eso va a llevar a un crecimiento más moderado de Estados Unidos -no este año, el año que entra- y eso nos puede afectar en la parte de las exportaciones.
Además tenemos algo que no hemos mencionado: Al señor Trump y su proteccionismo comercial. Creo que hay un riesgo muy real de que Estados Unidos se salga del TLC, y un riesgo muy real de que siga poniéndole aranceles a productos mexicanos, precisamente en represalias por no ceder a las condiciones que él quiere en la renegociación.
Ya amenazó con aranceles a los autos, no sólo a México sino también a Europa. Pero nos puede poner un arancel al aguacate mexicano, a las naranjas mexicanas, a los berries (que han crecido mucho). Porque uno de los puntos que está trabando el TLC es la negativa de México, con toda razón, de aceptar la cláusula que ellos quieren para sus productos agropecuarios, que México no pueda exportarlos cuando sea temporada de cosecha allá, lo cual va totalmente en contra del libre comercio.
No me sorprendería que como represalia, un día se despierte y mande el tuit de que va a poner aranceles a los aguacates. Hay un riesgo ahí de la parte comercial externa muy grande". Con un escenario así, la incertidumbre se escribiría con mayúsculas desde la óptica de Vera, quien espera un crecimiento en un rango de 1.5% a 2.0% para 2019, menor a lo estimado para este año.
La herencia de una inversión estancada
El gobierno de Enrique Peña Nieto dejará una economía lenta, con crecimiento inercial, con el único palmarés de no haber entrado en crisis, como ocurrió en sexenios anteriores. Incluso -advierte- en este año se tendrá un déficit público que será del doble del año pasado, como porcentaje del PIB; por lo que Vera no está convencido de la solidez de las finanzas públicas como se ha pregonado, incluso por colegas suyos. Pero la mayor preocupación del economista se dirije al estancamiento de la inversión.
"Ningún país, ninguna economía puede crecer si la inversión no crece. No solo tenemos una tasa de inversión baja como porcentaje del PIB, sino que además no ha crecido." Incluso, recuerda, que la inversión extranjera tampoco lo ha hecho. "Si aspiramos a crecer rápido con las reformas que se han hecho, se esperaría que con la inversión se tiene que crecer. Si no, estamos condenados a una trayectoria de crecimiento lento, con todas las consecuencias para el empleo, para la mejora del poder adquisitivo y de los salarios".
El escenario que viene está nublado. "Si se toman malas decisiones en los últimos meses de este gobierno o en los primeros del próximo, se podría complicar mucho la situación". La advertencia viene de quien vivió en primera fila la última gran crisis económica mexicana. Quizá por eso aquel refrán de 'al buen entendedor, pocas palabras', adquiere otra dimensión.
MÁS INFORMACIÓN: Lea la entrevista completa aquí: Los grandes cambios económicos de AMLO llegarán hasta 2020