Obispos renuncian por caso de abuso sexual en Chile ¿Y el Poder Judicial?
En Chile fue Fernando Karadima; en México fue Marcial Maciel. En ambos casos, la justicia civil no procedió y la Iglesia dictaminó la sentencia por el cargo de abuso sexual.
“Una vida de oración y penitencia”. Fue el castigo que pagó Maciel los últimos años de su vida y el mismo que ahora cumple Karadima.
Después de las investigaciones realizadas por el Vaticano en torno al caso Karadima y sus involucrados, todos los obispos chilenos presentaron su renuncia ante el Papa -algo insólito para la iglesia católica- y que tiene al país sudamericano en una crisis religiosa sin precedente.
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Sin embargo, la justicia chilena jamás encontró culpable a Karadima, de la misma manera que en México jamás se culpó a Maciel, dejando en manos del derecho eclesiástico la tarea de ejercer justicia por los casos de abuso sexual.
En 1997, nueve ex miembros de la Legión de Cristo enviaron una carta al Papa Juan Pablo segundo acusando al sacerdote Marcial Maciel de abuso sexual. Fue 19 años después, en 2006, que el Vaticano encontró culpable a Maciel de pederastia y lo condenó a “una vida de oración y penitencia”. Murió dos años después.
En Chile, el caso de Karadima no es muy distinto. En 2003 el seminarista Juan Andrés Murillo presentó ante el Arzobispado de Santiago una denuncia por abuso sexual contra el sacerdote Fernando Karadima, párroco de la iglesia del Bosque en Providencia, una de las comunas (municipios) más acaudaladas de la capital.
Iglesia del Bosque, Providencia. Vía Google Street View.
Fue hasta el 2010, tras la aparición de las víctimas en un programa televisivo de alcance nacional que la Santa Sede tomó cartas en el asunto y en enero del 2011 encontró a Karadima culpable de abusos sexuales violentos a menores, sentenciándolo a “una vida de oración y penitencia”.
En 2013, las víctimas de Karadima interpusieron una demanda civil contra el Arzobispado de Santiago por la “negligencia sistemática e ignorancia deliberada de las autoridades eclesiásticas” al momento de enfrentar casos de abuso. Sin embargo, en 2017 el ministro Juan Muñoz Pardo rechazó la demanda civil al argumentar que no había pruebas suficientes para probar el encubrimiento de los abusos sexuales de Karadima por parte del Arzobispado.
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Desgraciadamente para los chilenos, la polémica no terminó ahí. En 2015 Juan Barros asumió el cargo de la diócesis de Osorno -al sur del país- en medio de protestas, pues de acuerdo con los testimonios de las víctimas de Karadima, fue Baros quien recibió las primeras denuncias sobre él desde 1984 y este “simplemente las rompía”.
Durante su visita a Chile en enero del 2018 el mismo Papa defendió a Barros al decir que: “El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia”.
Declaración del Papa Francisco en torno a las acusaciones al obispo Barros
Pocas semanas después la Santa Sede comunicó que había surgido “información nueva” sobre Juan Barros por lo que envió a Charles J. Scicluna, arzobispo de Malta y experto en crímenes sexuales en el interior de la Iglesia católica a investigar más a fondo.
El 8 de abril, el Papa envió una carta a todos los obispos de Chile y los invitó al Vaticano para comunicarles sus conclusiones sobre la investigación de Scicluna, en la que escribió:
“En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada. Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente”
Después de la reunión, los 34 obispos del país ofrecieron su renuncia al Papa sumiendo a Chile en su mayor crisis religiosa en la era moderna.
La desconfianza en la iglesia en mínimos históricos en Chile
La confianza que la ciudadanía chilena tiene a la institución de la Iglesia se encuentra en un mínimo histórico y la desconfianza solo ha aumentado durante los últimos años. Mientras que 9% de la población declara confiar mucho en la Iglesia, 31% contesta no tener ninguna confianza en la institución, de acuerdo con los últimos datos recabados por el Latinobarómetro.
Destaca que tan solo 15 años atrás, en el año 2002, la gente que respondía tener mucha confianza en la Iglesia era el 37%, mientras que la que no le generaba ninguna confianza representaba el 13%. Hoy esas cifras se han invertido.
A pesar de estos escándalos, a nivel Latinoamérica sigue siendo la Iglesia la institución en quién más confían los ciudadanos y México no es la excepción. En ella confían 58% de los entrevistados, colocándola por encima del ejército con 51% de confianza.
Más aún, mientras que en 1995 la Iglesia contaba con 36% de confianza, en 2017 fue de 31%, una disminución de tan solo cinco puntos.
Pero si algo comparten Chile y México es su desconfianza en el poder judicial, en el primero es de 20% y en el segundo de 23%. Y es que el sistema judicial le ha quedado mal a la ciudadanía de ambos países y en el caso de los delitos cometidos de abuso sexual por parte de sacerdotes la historia es similar.
MÁS INFORMACIÓN: Carta del Santo Padre Francisco a los señores obispos de Chile
tras el informe de S.E. Mons. Charles J. Scicluna, 8 de abril del 2018
MÁS INFORMACIÓN: Todos los obispos católicos de Chile ofrecen su renuncia por escándalo de abuso sexual, New York Times, 18 de mayo del 2018
MÁS INFORMACIÓN: Latinobarómetro Database, 1995- 2017
