Periferia ofrece casas en venta baratas pero en constante devaluación
Las casas en venta fuera de la ciudad podrán ser baratas, pero son como sacar un tiro por la culata.
Como pocos espacios en la ciudad, la periferia ofrece a las familias de escasos recursos la posibilidad de adquirir una vivienda de interés social para formar un patrimonio, esto es, las zonas ubicadas a un radio de entre 10 y 15 kilómetros del centro de una ciudad.
Las casas en venta por la periferia pueden costar hasta la mitad que otras ubicadas a un radio de cinco kilómetros o menos del centro de la ciudad, de acuerdo con una comparación realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Colombia, Brasil y México con base en viviendas de interés social de similar tamaño.
En Puebla la diferencia de valor es de casi 80%. El precio de venta por metro cuadrado de una casa cercana al centro es de 950 dólares –casi 18 mil pesos- frente a los 530 dólares promedio que se necesitan en la periferia, cerca de 10 mil pesos, de acuerdo con el muestreo del BID.
La lejanía de la ciudad y la falta de servicios alrededor devalúa el precio de las casas. Foto: Lord Red Dragon / algunos derechos reservados.
De ahí que 90% de los habitantes de la periferia en la ciudad de Puebla aseguraron que por primera vez eran dueños de la propiedad contra 30% de los habitantes del centro de acuerdo con una encuesta que aplicó el organismo.
Pero en los tres países lo barato sale caro. Las casas en venta de la periferia se devalúan en lugar de apreciarse, restando valor al patrimonio que está al alcance de las familias de bajos recursos.
“La gente no considera que las viviendas periféricas sean una buena inversión por una buena razón: en un periodo de un año mientras las unidades centrales registraron algún incremento de precio, el valor de las periféricas permaneció igual o disminuyó,” señaló el documento del BID.
Puebla fue la única de las tres ciudades consideradas donde el precio promedio de las casas en venta en la periferia disminuyó 3%, el mismo porcentaje en que creció el valor de las casas cercanas al centro, en las otras dos ciudades el valor permaneció igual luego de un año.
Diferencias en las tarifas del transporte público y la oferta de servicios en la ciudad mexicana frente a sus pares en Colombia y Brasil podrían explicar la devaluación patrimonial.
En Goiânia, Brasil los proyectos de vivienda de interés social ubicados en la periferia están equipados con escuelas, los estudiantes en esa ciudad tardan 24 minutos en promedio en llegar a un centro escolar, en la periferia de Puebla 172.
Te puede interesar: Mudarse a Tecámac: vivienda accesible, a cambio de un viacrucis diario, 8 de mayo de 2017.
El costo del transporte público es la segunda gran diferencia. En Barranquilla, Colombia y Goiânia, Brasil el transporte público tiene tarifas fijas, así, las familias que residen en la periferia gastan lo mismo que quienes viven cerca del centro.
Pero los residentes de la periferia en Puebla gastan casi el doble en transporte que quienes viven en lugares más céntricos, pues los autobuses tienen tarifas variables que dependen de la distancia recorrida y, por lo general, los ciudadanos toman más de un autobús para llegar al trabajo o hacer compras.
“Yo trabajo en una tienda en el centro de Puebla, para llegar ahí camino casi 20 minutos hasta una parada de autobús, espero por el camión alrededor de 15 minutos, entonces viajo por 40 minutos, luego camino 10 minutos más y llego a mi trabajo. Todo eso en un día normal, cuando no hay atrasos especiales,” señala un testimonio.
Una familia en la periferia de Puebla destina 34% de sus ingresos totales a transporte, el doble que las familias que viven más cerca del centro quienes destinan solo 16%.
En México la proliferación de casas en venta construidas en la periferia sin servicios básicos como escuelas, hospitales o sin transporte público eficiente ya ha cobrado la factura a instituciones crediticias como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
A nivel nacional hay más de 100 mil casas abandonadas que se pagaron con un crédito del Infonavit según David Penchyna Grub, director del organismo, aunque la organización El Barzón asegura que en realidad son más de 250 mil.
El propio Penchyna acepta que la falta de servicios y la lejanía con el área conurbada son dos de las razones del abandono que se concentra principalmente en el Estado de México; Reynosa, Tamaulipas; Ciudad Juárez, Chihuahua y Tijuana, Baja California.
A nivel nacional hay más de 100 mil casas abandonadas que se pagaron con un crédito del Infonavit
Más allá de los gastos económicos, la lejanía de la periferia también tiene costos sociales cuyo impacto en la vida de sus habitantes es difícil de estimar, por ejemplo, el debilitamiento de los lazos familiares, asegura el documento del BID.
Solo 30% de los hogares en la periferia visitan a sus familiares más de una vez al mes, mientras que en los hogares cercanos al centro la proporción es de 75%, más del doble. El traslado promedio para hacer visitas familiares es casi tres veces mayor en la periferia que en las zonas cercanas al centro: entre 45 y 75 minutos cada trayecto.
Los habitantes de la periferia pierden beneficios derivados de los lazos familiares como el apoyo emocional o el uso compartido de recursos, que son más críticos precisamente para los grupos vulnerables especialmente si se trata de encontrar mejores oportunidades de empleo.
“Nosotros solíamos vivir con mi mamá y a una cuadra de mi madrina. Ellas me ayudaban a cuidar a mi bebé cuando nació y también cuando regresé a trabajar. Ahora tenemos nuestra propia casa. Eso es bueno, pero tengo que pagarle a una vecina para que cuide a mi hijo y visitar a mi mamá es mucho más complicado,” señaló una de las encuestadas.
Para aliviar el impacto negativo de la lejanía hay que devolverle valor a las casas de la periferia facilitando la presencia de oferta laboral con incentivos para que los empleadores se establezcan ahí; incluir usos comerciales en los códigos de ordenamiento territorial; invertir en la calidad del diseño urbano y en los servicios; proveer de transporte público accesible y de bajo costo, establecer un sistema de tarifa fija independientemente de la distancia ayudaría, dice el documento.
Las casas de interés social en la periferia se construyen con el propósito explícito de mejorar las condiciones materiales de las familias de bajos ingresos, por ello son receptoras de gran parte de los subsidios de vivienda en los tres países, pero para que realmente beneficien a esos hogares se requiere concebir a la vivienda como un conjunto de servicios y no como un bien de consumo, concluye el BID.
