Servicio médico único universal, una solución a las limitaciones del Seguro Popular
Los sistemas de salud pública en México están tan fragmentados que ponen en riesgo a la población más pobre, únicamente atendida por el Seguro Popular.
El 84% de los afiliados al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el 63% del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pertenecen a hogares con ingresos que van de los 11 mil 600 pesos mensuales a más de 56 mil 280 pesos.
Un nivel de ingresos que ubica a las familias en la clase media de acuerdo con la clasificación internacional que utiliza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El enfoque en la clase media no es una cuestión de elitismo, sino un problema estructural. Los servicios médicos del IMSS e ISSSTE son para trabajadores insertos en la formalidad, quienes tienen mayores ingresos que los informales, es decir, que aquellos sin seguridad social y/o que no pagan impuestos.
72% de los mexicanos ocupados en el sector formal tienen ingresos mayores a 9 mil pesos, mientras que solo 28% de los informales cuentan con esas percepciones; el 65% de los informales recibe un salario mensual menor a 8 mil pesos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.
De ahí que tanto el IMSS como el ISSSTE tengan fuera de su enfoque a las familias con ingresos mensuales de entre 2 mil 700 y menos de 9 mil pesos, considerados pobres dentro de la clasificación internacional.
El Seguro Popular es el único servicio público que se enfoca en la atención médica a personas pobres. Casi 7 de cada 10 afiliados son integrantes de familias cuyos ingresos no superan los 9 mil pesos, De acuerdo con el análisis de la Distribución del pago de impuestos y recepción del gasto público por deciles de hogares elaborado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en febrero de 2018.
Pero a diferencia del IMSS o el ISSSTE la cobertura del Seguro Popular es limitada, se trata de un paquete de servicios médicos predominantemente curativos. El IMSS, por ejemplo, atiende 12 mil 487 diagnósticos frente al Seguro Popular que diagnostica y trata aproximadamente mil 553 enfermedades.
La limitada oferta de servicios del Seguro Popular frente a las otras instituciones de salud pública hace que se destinen menos recursos públicos -por persona- para atender a los pobres, frente a lo que se gasta para atender a la clase media.
Al IMSS e ISSSTE se destinan tres veces más recursos que al Seguro Popular. Cada uno de los 75.5 millones de beneficiario del IMSS, por ejemplo, cuesta al erario público 3 mil 510 pesos.
En contraste, cada uno de los 58.5 millones de beneficiarios del Seguro Popular cuesta al erario mil 168 pesos de acuerdo con Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Lo que significa que México gasta poco en salud y lo poco lo enfoca en la clase media. Es el tercer país de la OCDE que menos invierte en salud con un gasto que equivale a 5.8% del PIB, un porcentaje muy por debajo del promedio de 9% entre los países que integran el organismo.
Para contrarrestar la fragmentación de los servicios de salud la OCDE ha propuesto a México la creación un seguro único universal que elimine las actuales desigualdades en materia de salud. Un seguro de esta clase permitiría el intercambio de servicios entre instituciones lo que aumentaría la eficacia y la seguridad en la atención.
MÁS INFORMACIÓN: Distribución del pago de impuestos y recepción del gasto público por deciles de hogares y personas, resultados para 2016, SHCP, 7 de febrero de 2018.
MÁS INFORMACIÓN: Gasto en salud: propuesta 2017, CIEP, noviembre de 2016.
MÁS INFORMACIÓN: Prioridades estratégicas para México, OCDE, 2018.