Las remesas que palian la pobreza en México y las amenazas de Trump de gravarlas
Frente a la amenaza de posibles políticas anti migratorias y la suspensión del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), las remesas mantienen su crecimiento con cifras históricas.
En 16 años, la tasa de crecimiento de las remesas creció 9.2%, colocando a México como la cuarta economía receptora de remesas.
A nivel nacional en los últimos años, las remesas han superado a la Inversión Extranjera Directa, el turismo y las exportaciones petroleras, ganando además el segundo puesto como fuente de divisas de las exportaciones automotrices.
De acuerdo con el Anuario de migración y Remesas México 2017, del total del monto de remesas contabilizadas 95.4% provinieron de Estados Unidos, 1.1% de Canadá y 3.5% de otros países, situación que compromete este importante ingreso ante el escenario político.
El crecimiento acelerado de estos recursos, frente a los efectos negativos del riesgo de políticas anti migratorias por parte del presidente Donald Trump, se deben principalmente al incremento en el empleo y la masa salarial de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
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Una de las principales amenazas que podría enfrentar el envío de remesas está en las iniciativas por gravar el envío de dinero de los trabajadores mexicanos a sus familias.
Durante su campaña presidencial, y una vez tomando posesión de la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump reiteró sus intenciones de la construcción de un muro fronterizo, financiado con los recursos que miles de mexicanos envían a sus familias.
Ante esta presión, el vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Mario Correa Martínez, indicó que la posibilidad se vuelve inviable para el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
No contar con mecanismos suficientemente certeros, que identifiquen el tipo de envío, puede significar algún tipo de retraso en la actividad comercial o empresarial que ambos países sostienen, pues los envíos interferidos podrían involucrar este rubro, o transferencias personales, distintas al destino y origen de las remesas.
Por otro lado, de llevarse a cabo tal acción frente a las transacciones de dinero a México, la determinación sería fácilmente impugnable pues tendrían que decidir si el impuesto incluiría las remesas destinadas a otros países.
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Tratados internacionales en materia económica, excluyen este tipo de acciones por tratarse de acciones xenofóbicas y discriminatorias, en este caso, contra México.
Determinar un gravamen sobre las remesas, generalizado involucraría en primer lugar, el deterioro de las relaciones políticas y comerciales con India y China, países que ocupan los primeros lugares como destino de estos recursos.
Dentro del discurso que promueve Trump, respecto al tema migratorio, la seguridad nacional de los Estados Unidos ha permanecido como foco de sus ideas, situación que sustenta sus intenciones en la construcción de un muro y el pago del mismo.
El 95.4% de las remesas provinieron de Estados Unidos, según el Anuario de migración y Remesas México 2017.
Dicha situación ha sido poco aceptada, pues el mismo argumento ha vertido sobre sus intenciones de prohibir temporalmente la entrada a ciudadanos de siete países con mayoría de población musulmana: Irak, Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.
Si bien en las últimas décadas, las remesas han contribuído al crecimiento económico regional de México, los rasgos culturales y sociales se han visto igualmente influenciados.
Uno de los casos más recientes que ha generado expectativa entre la población, fue el anuncio de la suspensión del programa DACA, el cual fue promovido por el ex presidente Barack Obama en 2012.
Dicho programa, tenía como fin otorgar residencia y empleo temporal por un plazo de dos años a unos 800 mil inmigrantes que llegaron a Estados Unidos como indocumentados siendo menores de edad.
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Por otro lado, en una nota publicada por Forbes, el Bank of America (BofA) advirtió del impacto que el gravamen a las remesas podría significar para México acompañado de un aumento en las exportaciones mexicanas, pues esta situación, indicaron, llevaría al país a una fuerte crisis económica.
En este sentido, en entrevista para Notimex, el gerente de Estadísticas Económicas del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), Jesús Alejandro Cervantes González, señaló que 8.5% de adultos en el país (De entre 18 y 70 años) reciben remesas, traduciendo este resultado en un efecto positivo sobre el ingreso familiar, el desarrollo económico regional y la producción bruta.
De igual manera, la dinámica que supone el envío de remesas favorece la superación de la pobreza, pues estos recursos generalmente se destinan a cubrir gastos básicos como la alimentación, salud y educación.
En 2016, el efecto indirecto sobre el ingreso de los hogares en el país fue del 1.05%, mientras que para la producción bruta se estimaron efectos positivos sobres las actividades primarias (0.07%), secundarias (0.6%) y terciarias (2%), de acuerdo con estimaciones del Banco de México.
El acelerado crecimiento en los últimos tres años de las remesas, y la recuperación de los montos desde la crisis financiera mundial de 2008, han obedecido a la recuperación y estabilidad del mercado laboral en Estados Unidos, pero se tambalea frente a la incertidumbre desde el discurso político de Donald Trump.
MÁS INFORMACIÓN: Reporte sobre las Economías Regionales, Banco de Mexico, Enero – Marzo 2017
MÁS INFORMACIÓN: ¿A quién benefician las remesas?, UNAM
MÁS INFORMACIÓN: Trump y la amenaza de crear un impuesto a las remesas: qué puede hacer y qué no, Animal Politico, 2017
