Linchar a ladrones, pase automático a la impunidad… cuando sobreviven

“Las autoridades pueden decir que no actúan porque no hay denuncia y la gente dice que no denuncia porque no confía, entonces se vuelve un círculo vicioso” señaló el fiscal de Derechos Humanos de Jalisco, Dante Jaime Haro Reyes a El Informador.
31 Julio, 2017 Actualizado el 1 de Agosto, a las 10:56
La libertad a los detenidos en flagrancia genera frustración e indignación en los habitantes de las comunidades con alta incidencia de justicia por mano propia.
La libertad a los detenidos en flagrancia genera frustración e indignación en los habitantes de las comunidades con alta incidencia de justicia por mano propia.
Arena Pública

Linchar a un ladrón es hacerle un favor, si sobrevive.

El diseño del sistema de justicia penal permite que los ladrones o secuestradores que los ciudadanos aprehenden en flagrancia y después linchan queden en libertad cuando llegan a manos de las autoridades.

Ya sea porque los ciudadanos no interponen una denuncia formal, porque el linchamiento viola los derechos humanos del detenido o porque tratándose de delitos menores como el robo, los ladrones pueden optar por un método alternativo de justicia que repare el daño.

La libertad a los detenidos en flagrancia genera frustración e indignación en los habitantes de las comunidades con alta incidencia de justicia por mano propia y se convierte en un círculo vicioso porque incremente la desconfianza en las autoridades que las lleva al linchamiento.

“Las autoridades pueden decir que no actúan porque no hay denuncia y la gente dice que no denuncia porque no confía, entonces se vuelve un círculo vicioso” señaló el fiscal de Derechos Humanos de Jalisco, Dante Jaime Haro Reyes a El Informador.

 

Ante la ineficiencia de las autoridades, los ciudadanos hacen justicia por su propia mano.

 

En el estado de Puebla, por ejemplo, se han presentado alrededor de 300 casos de personas que los ciudadanos presentan a las autoridades y que han salido en libertad de manera inmediata, dijo el diputado local por el municipio de Ajalpan, Puebla, Rosalío Zanatta Vidaurri, entrevistado por un diario local llamado el mundo de Tehuacán.

Es el caso de dos adultos y un menor que fueron golpeados por habitantes del fraccionamiento La Cantera, en Tehuacán, Puebla, municipio con un amplio historial por hacer justicia por propia mano, pos supuestamente ser ladrones de casas en el lugar.

 

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Cuando el doctor los dio de alta quedaron en libertado porque no hubo una denuncia en su contra, es decir, la víctima del robo realizó la denuncia sin hacer un señalamiento directo, de tal forma que la averiguación quedó abierta a quien resulte responsable.

No existió ninguna orden de aprehensión en su contra, explicó el subdirector de Seguridad Pública de Tehuacán, Alberto García Hernández al diario e-consulta. La denuncia es el primer paso del sistema de justicia penal actual.

Por la alta incidencia de linchamientos en municipios como Tehuacán el diseño del sistema de justicia se posicionó en la agenda mediática, incluso personajes de la vida pública como el diputado Zanatta, aseguran que contribuye a incrementar los linchamientos.

“Me uno a las voces que dicen que el nuevo sistema penal acusatorio no está funcionando”, dijo a La Jornada de Oriente.

 

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Los delitos más comunes en Puebla como el robo de gasolina, el asalto en sus diferentes modalidades y el robo de vehículos no se encuentran dentro de la lista de delitos que ameritan la detención preventiva, explicó.

Otro caso fue el de dos asaltantes que estuvieron a punto de ser linchados por una muchedumbre de 50 personas armadas con palos y piedras, quienes fueron rescatados y quedaron en libertad un día después de cometer el delito en Tehuacán.

 

El nuevo sistema de justicia penal ofrece soluciones cuando se trata de delitos menores.

 

Los familiares de los asaltantes llegaron a un acuerdo con el menor de edad asaltado y además pagaron una fianza. Aunque “la muchedumbre seguía molesta porque no se hizo una buena justicia”, señaló el diario Central.

El sistema de justicia penal ofrece la posibilidad de que los delitos menores, como los asaltos, se resuelvan mediante métodos alternativos al juicio penal como la conciliación, es decir, en un diálogo frente a frente entre víctima y victimario donde medie una autoridad y se llegue a un acuerdo que repare el daño del primero.

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