¡Cuidado! ¿Dicen la verdad los empaques de los alimentos envasados que comemos?
Cuando un cliente compra una lata de atún ¿cuánto de atún realmente está comprando o acaso la lata que acaba de adquirir contiene más soya que atún? ¿Será efectivamente lomo de atún lo que está comprando?
Lo cierto es que los consumidores no lo sabemos porque la información detallada al reverso de la etiqueta no lo especifica; en lugar de lomo de atún, dice “atún aleta amarilla en trozo”, además de soya y otros ingredientes. Sin embargo una gran fotografía en el frente de la lata muestra deliciosos trozos de lomo de atún y un gran letrero que dice: “Lomo de Atún, aleta amarilla”.
Pero los envases de atún no son los únicos que muestran información parcial o confusa. Una gran cantidad de alimentos envasados que se venden en México muestran información distorsionada, parcial o incluso falsa en el frente de sus empaques. Una cosa es lo que se muestra gráficamente en el frente y otra la que se lee en letra chiquita (o muy chiquita) en el reverso o en el costado de los alimentos empacados.
Arena Pública realizó un muestreo de 40 productos alimenticios envasados que se expenden en supermercados de la Ciudad de México. En el ejercicio se pudo comprobar lo anterior y, además, una gran cantidad de alimentos empacados no detallan la cantidad o porcentaje de cada uno de sus ingredientes, ni la información nutrimental es suficientemente clara y sencilla para la comprensión del consumidor.
¿Atún con soya o soya con atún?
Se observaron tres marcas distintas de atún en lata: Herdez, Dolores y Aurrera. En las dos primeras se lee al frente que el producto es de “lomo de atún aleta amarilla”. Sin embargo en todas ellas se muestra al reverso de la etiqueta en letra pequeña que el producto contiene soya, además de pescado, sin indicar el porcentaje de atún que realmente contiene. En ningún caso se menciona a la soya en el frente de la lata, como exigiría la Profeco.
En el caso de la marca Aurrera se detalla al reverso de la etiqueta, también en letra chica, que es atún desmenuzado, aunque no es lo que presentan en la ilustración del frente.
¿Contiene gluten? ¡Averígualo!
Productos de harinas preparadas envasadas no advierten en la parte frontal de sus envases sobre la presencia de gluten entre sus ingredientes. En todo caso el consumidor tiene que leer la letra chiquita al reverso de las etiquetas para averiguarlo.
El gluten puede provocar afectaciones a la salud de personas alérgicas a éste o a quienes padecen la enfermedad celíaca. Esta enfermedad se caracteriza por una lesión en el intestino delgado provocando un atrofiamiento en las vellosidades del mismo intestino que genera incapacidad para procesar ciertos nutrientes.
Algunas harinas para preparar hot cakes como Harina San Blas solo lo advierten al reverso de sus empaques.
Las hojuelas de avena Quaker Oats tampoco advierten que contienen gluten en el frente de su empaque. Lo hacen en letras pequeñas en el reverso del empaque.
Lo mismo ocurre con la harina para preparar pastel sabor jarabe de chocolate marca Betty Crocker, en las conchas marca Tía Rosa...
...Y en la parte frontal del empaque del cereal Zucaritas de Kellog’s tampoco se advierte el contenido de gluten. Lo hacen en letra chica al reverso del empaque.
De los escasos cereales que especifica que no contiene gluten en la parte frontal de su envase es Corn Flakes de Nestlé.
La ‘saludable’ granola empacada
En el frente del empaque de la granola Gran Día se lee: Cereal con frutas; con miel de abeja 100% natural.
Sin embargo en la lista de ingredientes al reverso del empaque, además de las hojuelas de avena y de trigo, la única fruta que se encuentra es ‘papaya deshidratada’ con saborizantes artificiales (canela y vainilla), colorantes artificiales (amarillo 5 y 6, tartrazina, rojo 40, azul 2 y azul 1), además de margarina, aceite vegetal de cártamo y/o soya, azúcar, acido cítrico, gluten, glicerina y BHT, como antioxidante.
Una larga lista de ingredientes que cuestionan a la saludable granola que se promueve en el frente del empaque.
Pan ¿con ’leche’ reconstituida?
¿Pan elaborado con leche? El pan blanco Bimbo en la parte frontal de su envoltura muestra una etiqueta sobresaliente que dice: “Crecimiento. Actileche” destacando la palabra “leche” en letras blancas. Allí mismo en letras muy pequeñas se alcanza a leer: “Leche Reconstituida”.
Evidentemente que la empresa busca con esta etiqueta frontal que el consumidor asocie la idea de que este pan contiene leche.
¿Pero qué es la leche reconstituida? Según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ésta se define como la que se obtiene a partir de la combinación de grasa vegetal, leche descremada en polvo y agua potable. Así que no es exactamente leche.
En el reverso de la envoltura se alcanza a leer en letras muy (pero muy) pequeñas la larga lista de ingredientes que contiene este pan blanco. Allí vuelve a aparecer el ingrediente ‘leche reconstituida’ y –otra vez- la palabra ‘leche’ se destaca en letras mas gruesas. Evidentemente que el consumidor es confundido con este tipo de información en la envoltura del pan.
Otros ingredientes del pan blanco Bimbo, que no se señalan en la parte frontal de la envoltura, es que contiene gluten y jarabe de maíz alto en fructuosa; ingredientes que para ciertos consumidores son relevantes para su salud.
Jamón ¿de pavo?, pero… ¿cuánto es carne de pavo o almidón o soya o carragenina?
En el empaque resellable del jamón virginia de pavo Fud se ve un delicioso sandwich con algunas rebanadas de jamón, pero ¿cuánto efectivamente de este jamón es carne de pavo?
Al dar a conocer los ingredientes que se anotan en el empaque –por cierto con una letra de tal tamaño que requiere de lupa para leerse- se dice que el ‘jamón de pavo comercial’ incluye: muslo de pavo, proteína concentrada de soya (2%), almidón modificado, carragenina (una alga usada como espesante y gelizante), entre muchos otros ingredientes como sodio, azúcar, saborizantes y colorantes artificiales.
Pero lo cierto es que el consumidor, por la nula información que ofrece el empaque, no sabe bien a bien cuánta carne de pavo tiene esa rebanada que se muestra en la fotografía del empaque.
¿Salchichas de pavo o de soya?
Un caso parecido son las salchichas que comemos. La salchicha de pavo frankfort de Bafar muestra en su empaque la imagen de un clásico hotdog preparado enfatizando que la salchicha viene adicionada con vitamina B12. Sin embargo, los consumidores no saben cuánta carne de pavo contienen efectivamente esas salchichas de pavo.
En los ingredientes (impresos con letra muy pequeña) se lee: carne de pavo, almidón modificado, proteína de soya, entre otros ingredientes. Pero en este caso, como en el jamón de pavo, tampoco los consumidores saben cuánta soya y cuánto almidón contienen esas salchichas de supuesto pavo porque los empaques no lo informan.
(Arena Pública, 2015 Derechos Reservados)