“Lávate las manos” ante el Covid-19, ¿y la carencia de agua?

Desde que inició la epidemia por COVID-19, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió sobre su gravedad e hizo algunas recomendaciones generales a los gobiernos para contener su propagación:

1. Preparar al sistema de salud para atender los casos, 2. Contar con mecanismos para monitorear, 3. Aislar, 4. Hacer pruebas y analizarlas, 5. Exhortar a la población de no visitar espacios donde existan concentraciones de personas y 6. Recomendó hacer campañas de cuidado sanitario como lavarse las manos, estornudar o toser tapándose con el brazo, entre otras.

Sin embargo, siempre subrayó que las medidas tempranas y agresivas era lo que podía detener la propagación del virus y salvar vidas, siendo que cada país debía adoptar las estrategias que mejor pudieran servir a su población.

En México, a finales de febrero cuando se empezaron a presentar los primeros casos, se tomó la medida de “sana distancia” y se hicieron campañas de lavado de manos continuo, poco después se suspendieron las clases de educación básica, pero incluso se exhortó a los ciudadanos a hacer su vida normal.

Fue apenas, el 28 de marzo, con 848 casos y 16 defunciones por coronavirus, cuando el Subsecretario de Salud López-Gatell dijo de manera enérgica y contundente que para reducir la velocidad de transmisión era necesario quedarnos en casa, pero no de manera obligada. 

De esta manera, el eje principal de la estrategia del gobierno mexicano para contener la epidemia fue el lavado de manos y la “sana distancia”.  De hecho, lavarse las manos con agua y jabón -constantemente- resulta ser actualmente, el mejor método para evitar el contagio.

El agua es una fuente de vida y es de suma importancia para nuestra vida diaria, pero es aún más significativa en situaciones como la que estamos padeciendo con la epidemia del coronavirus.

Cuando hay escases de agua y no se accede a ella de forma continua y oportuna, en una situación “normal”, la población se enfrenta a desventajas de todo tipo: contaminación; enfermedades; falta de higiene; entre otras. En una pandemia como la que estamos atravesando, el no contar con agua eleva las probabilidades de infección.   

Así, para poder llevar a cabo la recomendación de lavarse las manos constantemente con agua y jabón, toda la población debiera tener un acceso suficiente y continuo al agua, cosa que en México resulta imposible.

De acuerdo con datos del Naciones Unidas (UN-Water), en este país únicamente el 43% de la población cuenta con un servicio de agua potable administrado de manera segura, el 50% tiene servicio de saneamiento seguro y el 88% tiene acceso a un servicio básico de lavado de manos.

Considerando que México tiene una población de 129 millones de personas (INEGI, 2017), todavía hay 15.5 millones de personas que no cuentan con un servicio básico de lavado de manos. 

Fuente: Elaboración propia con base en United Natios (UN-Water)

https://www.sdg6data.org/country-or-area/Mexico

En cuanto al acceso a agua diaria, en México en 2016, únicamente el 68% de los hogares contaba con agua diaria y todavía había 10 millones 500 mil hogares que no disponían de este importante liquido de manera oportuna (INEGI, 2016).

Gráfica 1. Número de hogares que no disponen de agua potable diaria. México, 2016

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI. Comunicado de prensa, 20 de marzo de 2018.

https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2018/agua2018_Nal.pdf

Asimismo, las entidades que registraron un mayor número de hogares con agua diaria son Estado de México, Ciudad de México y Jalisco. Por el contrario, los que tienen más hogares sin agua son Baja California Sur, Tlaxcala y Guerrero.

Hablando especificamente de la Ciudad de México, todavía existen alcaldías como Milpa Alta (12.8%), Xochimilco (6.5%) o Tláhuac (2.4%)  en donde un importante número de viviendas no disponen de agua entubada a la red pública y que tienen que conseguirla a tarvés de pipas, acerreo y otros, lo que las posiciona en una gran desvetaja para enfrentar la crisis sanitaria.

Gráfica 2. Viviendas que no disponen de agua entubada de la red pública. Ciudad de México, 2015

Fuente: Elaboración propia con base en Coneval. Indicadores de Rezago Social, municipal. 2015.

En este contexto, todos los niveles de gobierno debieran estar implementando acciones para garantizar el acceso a agua diaria, sobre todo en las poblaciones más vulnerables donde no se tiene acceso oportuno a este vital liquido, se deben evitar los cortes de agua y garantizar la provisión continua, ya sea a través de proveedores públicos o privados. No se ve que ningún gobierno mexicano este redoblando esfuerzos para garantizar su acceso.

Hay que tener coherencia en las acciones, estrategias y recomendaciones, e implentar medidas integrales, de otra manera solo se desperdician recursos, tiempo y esfuerzo sin obtener los resultados deseados.