Peña Nieto despierta al activismo a cristianos y católicos del país
Texto actualizado, tras la manifestación del 1 de septiembre en San Lázaro
No recuerdo haber visto ese ambiente, organización y activismo en iglesias cristianas evangélicas, mucho más renuentes que la Iglesia Católica a involucrarse en temas de política y opinión pública coyuntural. Pero tampoco en los católicos de a pie (más allá de los jerarcas) ha sido frecuente el nivel de activismo como el que estamos viendo.
De hecho, tradicionalmente, hay únicamente dos marchas o manifestaciones cívicas que los cristianos evangélicos suelen o solían realizar históricamente en México: la del 21 de marzo en el Hemiciclo a Juárez, conmemorando la Reforma y la separación iglesia - Estado y, en los años más recientes, la "marcha por Jesús", una manifestación más de corte festivo con el simple propósito de compartir en conjunto alabanzas a Jesús.
Pero, ahora, el anuncio de las cuatro iniciativas que Peña Nieto anunció el pasado 17 de mayo (fecha en que se celebra el Día vs la Homofobia porque fue el día en que la Organización Mundial de Salud acordó quitar de su lista de condiciones mentales la homosexualidad) parece haber despertado algo inédito en las últimas décadas entre muchos cristianos evangélicos y entre muchos católicos del país que no son parte de la jerarquía de su iglesia.
Dos iniciativas paralelas, muy parecidas, aunque, por lo visto, no necesariamente coordinadas, han surgido nacionalmente como respuesta a las iniciativas que sorpresivamente Peña Nieto decidió anunciar ese día, días antes de las elecciones del 5 de junio: una, más desde las filas cristiano evangélicas, "Por la Vida y la Familia"; y otra, más desde las filas cristiano católicas, el "Frente Nacional por la Familia".
Aunque la prensa, en general, se ha enfocado más en las declaraciones (esas sí nada inusuales) de algunos miembros de la jerarquía católica, y mucho más, particularmente, en los comentarios del siempre polémico y amante de los reflectores Norberto Rivera (por ejemplo con el texto de su Arquidiócesis sobre el ano), muchos medios parecen no haber registrado del todo que algo parece estarse moviendo también en otras iglesias, y sobre todo, en ciudadanos comunes con esas convicciones.
En la iglesia católica no solo ha sido ahora Rivera (regañado, según parecía, por el papa en los discursos de su último viaje y bastante lejano a él) sino prácticamente todo el Episcopado quien, de alguna manera u otra, ha tomado el tema y entre los cristianos, varios grupos pentecostales y neopentecostales e incluso varias de las grandes denominaciones evangélicas históricas, como la Iglesia Bautista y la Iglesia Presbiteriana, han adoptado prácticamente de manera institucional la difusión de la iniciativa “Por la vida y la Familia” entre sus feligreses, para que quien guste involucrarse en las manifestaciones, pueda tener la información.
Nota de Grupo Reforma de manifestación de ciudadanos y asociaciones civiles y religiosas en Monterrey el 13 de agosto.
En tanto, en ciudades como Monterrey, donde, a diferencia de la Ciudad de México, la cultura de las marchas y la protesta social es escasa y frecuentemente mal vista, la manifestación de “Por la Vida y la Familia” reunió a cerca de 10 mil personas, según los medios.
Las fotos de El Norte, Milenio, ABC y los diferentes medios mostraron la reunión de "cientos de familias" - como lo resumió El Norte - incluyendo papás, mamás, niños, jóvenes, convocados por varias ONG y organizaciones religiosas cristianas. En el mismo acto multitudinario, estuvieron presentes dos diputados federales, uno del PRI y uno del PAN, manifestando su apoyo.
Días antes, en el Senado de la República, se realizó un foro, que tuvo mucho impulso de Encuentro Social, partido muy cercano a grupos cristianos evangélicos, pero que contó también, con significativa presencia y apoyo de varios diputados y senadores del PAN, PRI y PVEM, como reseñó la prensa, que manifestaron su oposición a las iniciativas de Peña Nieto.
Marcha de ciudadanos y organizaciones cristianas frente al Congreso en San Lázaro el pasado 1 de septiembre. Foto publicada en La Jornada.
Después, en la Ciudad de México también, este 1 de septiembre, además de los maestros de CNTE y manifestantes vs Ayotzinapa, miles de ciudadanos afines a organizaciones cristianas marcharon a San Lázaro para manifestarse también "Por la Vida y la Familia" y entregar su propia iniciativa de ley con más de 300 mil firmas, según dijeron a la prensa y legisladores.
El súbito e inédito activismo masivo de ciudadanos y organizaciones con este tipo de convicciones religiosas contrasta notablemente con el de organizaciones del movimiento LGBTTTI, sin duda más acostumbradas y con más experiencia en la movilización y activismo para impulsar sus demandas en la agenda política.
"Ellos tienen apenas unos meses movilizándose. Nosotros tenemos más de 30 años en el activismo (...) Tenemos más de 16 años marchando por (sic) más de 10 mil (personas) (…) Ellos apenas se acaban de enterar del tema. Nosotros vamos a seguir haciendo nuestro trabajo, vamos a seguir apoyando la propuesta del presidente”, expresó, por ejemplo, Angélica Hernández, integrante del colectivo Litiga, de apoyo a la diversidad sexual, a Milenio Monterrey, tras la manifestación en esa ciudad.
Nota en Milenio de la manifestación de ciudadanos y asociaciones civiles y religiosas en Monterrey el 13 de agosto.
Y sí, organizaciones y ciudadanos con convicciones religiosas no parecen haber reaccionado así, ni siquiera el año pasado, con el fallo de la Suprema Corte en el que manifestó su opinión y criterio de que la Constitución actual sí permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, y que, de facto, lo avala ya para cualquiera que pueda recurrir a instancias judiciales, aun en estados donde se prohíbe.
De ahí que, a pesar de que la mayoría de los medios han centrado el debate en el matrimonio gay, parece ahora haber, más bien, otro factor adicional para el activismo que hemos estado viendo en los últimos meses.
Se trata de otra de las medidas anunciadas por el presidente Peña Nieto el 17 de mayo: la de la educación sobre diversidad sexual y perspectiva de género, que inculcaría a los niños, según los ciudadanos y organizaciones inconformes, la enseñanza de que un niño puede ser en realidad niña, o viceversa; es decir, el concepto de que la transexualidad es natural.
Por eso, en ambos movimientos se ha expresado que las movilizaciones son por el derecho a la enseñanza de sus hijos y que, tal como no es permisible que haya educación ideológica religiosa en las escuelas (algo con lo que la mayor parte de los grupos evangélicos coincide, pero que los sectores católicos sí han buscado), tampoco la debe haber de otro tipo de ideologías.
La frase textual del presidente Peña Nieto, anunciando que incorporará sugerencias de contenidos de organizaciones LGBTTTI dadas en Los Pinos en la Reforma Educativa.
El presidente Peña no mencionó explícitamente a las personas transgénero en su discurso, más que para decir que había ordenado que México entrara al “Grupo Núcleo sobre las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgénero o intersexuales de las Naciones Unidas”. Sin embargo, varios de los activistas LGBTTTI invitados en Los Pinos sí hicieron referencia al tema.
Fue el caso de Ari Vera, líder de la asociación Almas Cautivas, quien pidió políticas de estado de no discriminación a las personas trans y recordó que la transexualidad aún es considerada mundialmente enfermedad mental en los manuales psiquiátricos: hace 26 años, la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad del catálogo de enfermedades mentales. No así es el caso de la transexualidad, que hasta hoy en día, es considerada por dicho organismo como disforia de género, tal como lo marca el Manual de Enfermedades Mentales, el DSM-5, elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría”.
Peña Nieto lo que señaló es que mandaba una iniciativa de reforma al Código Civil para que los cónsules, como jueces de registro civil, pudieran ahora expedir una nueva Acta de Nacimiento para reconocer la identidad de género.
El Vaticano (inclusive el actual papa Francisco), desde hace años, ha catalogado a las teorías de perspectiva de género (que iniciaron con el feminismo pero han abarcado ya la transexualidad) como “ideología de género” y de esa concepción parece haber salido uno de los slogans que sí comparten ambas iniciativas de movilización nacional: “Biología, no ideología”.
"Hoy en las escuelas les están enseñando esto a los niños, ¡a los niños!, que cualquiera puede elegir su género", dijo el papa Francisco a principios de agosto ante obispos, hablando de este tema.
Un video que ha circulado mucho en redes sociales como Facebook y Whatsapp, elaborado por ConParticipación, una de las organizaciones de inspiración católica que forma parte del “Frente Nacional por la Familia”, parece ser un perfecto ejemplo de esta inquietud y mostrar de manera clara y muy didáctica esta postura.
El video de una de las organizaciones del Frente Nacional de la Familia que alerta a sus simpatizantes sobre implicaciones potenciales de los anuncios de Peña Nieto.
El video contrasta las teorías de género con la diferenciación biológica de sexo y enfatiza que Peña Nieto instruyó a Osorio Chong, a Aurelio Nuño y a la CONAPRED a revisar los contenidos educativos “para asegurarse que todos los niños del país aprendan ideología de género”.
En realidad, Peña Nieto no lo dijo así, pero el vocero en el video parece estar interpretando esta declaración en su discurso del 17 de mayo: “hoy le doy instrucción al Secretario de Gobernación, a la Secretaría de Educación Pública, a su titular… y CONAPRED para que (…) se considere el planteamiento de algunos de ustedes, para que en todo este espacio que hemos dado a la Reforma Educativa para elevar la calidad de la educación (…) este tema que ustedes han señalado (…) del respeto a la diversidad, sea considerado, por cierto, en la parte que aún resta por revisar (…) que son los contenidos educativos”.
El video, no obstante, alerta del tema también con una leyenda textual que aparece sobre la pantalla que dice: "El Presidente obligará a difundir la ideología de género en niños de pre-escolar, primaria y secundaria".
En el mismo video, por cierto, se menciona que, precisamente, el hecho de que la transexualidad aún es considerada actualmente enfermedad mental en la OMS y aparece en el DSM-5 como "disforia de género", hace que una educación que se diera de esto en las escuelas no sería biológica, ni científica, sino ideológica.
Además, se dice en el material audiovisual que esta educación ya ha comenzado incluso antes de Peña Nieto y muestra como prueba una material oficial (que se puede encontrar en línea en la página de la SEP) editado en el sexenio de Calderón, donde se invita a los niños a jugar y disfrazarse de diferentes roles sin importar que socialmente unos sean considerados masculinos o femeninos.
Portada e imágenes de interior del libro ya editado por la SEP en el sexenio de Calderón y que las organizaciones activistas ponen como un ejemplo de "ideología de género" que, según su interpretación, busca que niños jueguen a ser niñas y viceversa.
En la presentación también se advierte que el presidente recibió, en el mismo evento, una propuesta que señalaba que si los padres de familia se opusieran a esta educación a sus hijos, deberían ser considerados “violentos” y que Peña Nieto se comprometió a que su gobierno revisaría todas las propuestas recibidas ese día, para su posible implementación.
La propuesta a la que se hace referencia parece ser la siguiente, una más ambigua, del sexólogo educador Luis Perelman, quien, según la transcripción de presidencia propuso a Peña Nieto que: “Los padres que rechacen a sus hijos por su orientación o preferencia sexual, o identidad y expresión de género, deben ser considerados violentos e incluidos en la atención y apoyo por estas mismas instituciones”.
Una de las sugerencias hecha en Los Pinos a Peña Nieto, que parece ser la que generó el temor señalado en varios videos y materiales de las organizaciones que defienden su derecho a educar su familia.
Así, pues, más que la decisión del matrimonio de adultos del mismo sexo, parece ser el temor (fundado o no) a que “ideología” y estilos de sexualidad diferentes a lo tradicional sean enseñados obligatoriamente a los hijos en las propias escuelas oficiales, un factor importante que parece haber detonado este nivel de activismo.
Por lo pronto, en un cálculo político a todas luces diferente del que habría hecho Peña Nieto antes del 5 de junio, el PRI ha mandado ya señales de que la iniciativa del matrimonio entre personas del mismo sexo del presidente “no es prioridad”, pero la iniciativa “Por la Vida y la Familia” mantuvo su marcha masiva al Congreso del 1 de septiembre y el “Frente Nacional por la Familia” promueve sus marchas los sábados 3 y 10 de septiembre en varios estados y el 24 de septiembre una marcha nacional en la Ciudad de México.
Aunque la jerarquía católica se ha deslindado de su organización, ha evidenciado ser un peso político real en esta discusión, aunque, insisto, ahora parece haber más apoyo de otras organizaciones y también, digamos, las bases de los grupos religiosos, y no solo de las cúpulas, por decirlo en términos políticos.
Cabe señalar que este es, evidentemente, un debate mundial y no solo mexicano. Tal como hay presiones de movimientos políticos y peticiones internacionales para que la OMS quite ya de su lista de enfermedades mentales la transexualidad y para que más países adopten la enseñanza y concientización de perspectiva de género, también en muchos lugares se han dado movimientos en respuesta, como los que están detonando en México.
En Colombia, por ejemplo, este mismo agosto, tras marchas multidudinarias en varias ciudades de ciudadanos y organizaciones religiosas que afirmaban que la Ministra de Educación, Gina Parody, quien es gay, intentaba meter la "ideología de género" en las escuelas, el presidente Manuel Santos afirmó que no sucedería así. "Ni el Ministerio de Educación ni el Gobierno nacional han implementado, ni promovido, ni van a promover la llamada ideología de género", prometió.
Difícil predecir qué pasará con estos movimientos en México, pero este activismo de ciudadanos y organizaciones de trasfondo religioso es un elemento que se añade ahora al coctel político social que vive el país en esta segunda mitad de sexenio y contribuye a calentar más el ambiente rumbo al 2018.