Rebasa a México crisis migratoria, recibe más de 3 mil nuevas solicitudes de refugio entre octubre y noviembre

Las solicitudes para obtener refugio en México comenzaron a triplicarse a partir de 2016 y con la entrada de 11 mil centroamericanos de la caravana migrante la situación se agrava.
30 Noviembre, 2018 Actualizado el 30 de Noviembre, a las 11:00
Las familias que solicitan refugio en México se topan con un organismo rebasado por más de 12 mil solicitudes pendientes.
Las familias que solicitan refugio en México se topan con un organismo rebasado por más de 12 mil solicitudes pendientes.
Arena Pública

Más de 7 mil centroamericanos se encuentran en la frontera norte de México y otros 2 mil se dirigen a este punto en caravanas.

Se trata de familias enteras –en su mayoría- que huyeron de la pobreza, el desempleo y la violencia sistémica a la que están expuestos en sus países de origen: Honduras, Guatemala y El Salvador.

Migraron con la esperanza de rehacer su vida como refugiados en Estados Unidos, pero algunos lo han hecho en México y la cifras se ha disparado en 3 mil 200 nuevas solicitudes, han rebasado a las autoridades.

2018 arrancó con un rezago de casi tres mil solicitudes de refugio; hasta agosto la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) registró más de 14 mil 500, de las cuales el 86%, que equivalen a 12 mil 452, están pendientes de resolución y solo 5.0% o 796 han obtenido el estatus de refugiado.

Estas cifras no contemplan las más de 3 mil 200 solicitudes que se han recibido entre octubre y noviembre por el éxodo centroamericano.

Obtener refugio en México es muy complicado por dos razones: primero, la Comar admite muy pocas solicitudes respecto del total que recibe, entre 2013 y 2017 admitió únicamente a 26% de las personas que iniciaron el trámite en promedio.

Segundo, porque las solicitudes comenzaron a triplicarse a partir de 2016 y la Comar, organismo que opera con alrededor de 60 personas y un presupuesto anual promedio de 26 millones de pesos, fue rebasada.

Además, miles de solicitantes abandonan o desisten el proceso porque es muy tardado y aún no existen mecanismos para que lo sigan en libertad, los solicitantes de refugio son detenidos en una estación migratoria del Instituto Nacional de Migración en tanto se dicta una resolución.

El abandono implica una negación de facto a la protección por parte del Estado Mexicano, ya que los solicitantes lo hacen “como respuesta a los largos plazos de resolución y a la poca información que se proporciona a los interesados”, asegura la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

 

Fuente: elaboración propia con datos de la Comar.

 

El éxodo no es ninguna novedad, 500 mil centroamericanos atraviesan anualmente el país con la intención de llegar a Estados Unidos de acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).

La diferencia con los más de 11 mil que han entrado a México desde el 19 de octubre es que decidieron migrar fuera de la clandestinidad, a la luz pública y en caravanas masivas.

Por su condición de vulnerabilidad los miles de desplazados necesitan protección internacional, sin embargo, la respuesta de México ha sido tibia frente a la crisis humanitaria, revelando así su falta de voluntad política y su limitada capacidad para responder al llamado de auxilio.

Más de un centenar de organizaciones que trabajan en pro de los derechos humanos de los migrantes han insistido al gobierno mexicano que otorgue a los desplazados centroamericanos la protección internacional Prima Facie que ya contempla la legislación del país.

Esta protección implica reconocer que los miembros del colectivo califican “a primera vista” como refugiados, dadas las situaciones de las que huyen y por razones meramente prácticas, ya que se vuelve urgente prestarles asistencia y por su magnitud resulta imposible analizar individualmente cada caso, explica la Acnur.

México ha desoído la petición y en su lugar implementó “Estás en tu casa”, un programa que encierra una trampa, por una parte promete a los desplazados atención médica, educación básica para sus hijos, acceso al programa de empleo temporal, entre otros beneficios, siempre y cuando sean reconocidos como refugiados, un requisito que lo vuelve casi inaccesible.

 

¿Estados Unidos detrás de la tibia respuesta de México?

Estados Unidos, el principal socio comercial de México, lleva por lo menos una década presionando al gobierno para que asuma una tarea de contención de migrantes centroamericanos.

Desde 2008 Estados Unidos ha financiado “generosamente” programas de seguridad fronteriza y control migratorio en México, como la Iniciativa Mérida; a partir de 2014, en respuesta a la creciente migración de menores no acompañados, incrementó la asignación de recursos y la presión para que el país interceptara el flujo migratorio, asegura Human Right Watch.

“Bajo la presión de Estados Unidos […] México dio un paso excepcional en las últimas semanas para detener la afluencia de emigrantes, bajándolos de los trenes, estableciendo más retenes en los caminos y haciendo redadas en hoteles y albergues para indigentes donde se congregan en su viaje hacia el norte”, informó The New York Times en septiembre de 2014.

 

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México expulsó a 436 mil 125 centroamericanos provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras entre enero de 2015 y septiembre de 2018, 48% más que Estados Unidos en el mismo periodo con 293 mil 813.

Los datos revelan entre líneas que la tibia acogida de México a los desplazados podría explicarse por la influencia de Estados Unidos en sus políticas migratorias, al respecto, Ana Saiz Valenzuela, directora general de Sin Fronteras, señaló:

Uno puede intuir que puede haber este tipo de acuerdos con Estados Unidos a través del Plan Mérida o el fallido Plan Puebla-Panamá, pero no tenemos la certeza, lo que si podemos medir es que la reacción [de México] fue solo con el uso de la fuerza para tratar de contener, ese es un dato objetivo

Con la llegada de Donald Trump a Estados Unidos las presiones se acentuaron, recientemente el Presidente solicitó a México que se convierta en “tercer país seguro”, lo que implicaría que los solicitantes de refugio en Estados Unidos que hayan transitado anteriormente por territorio mexicano sean deportadas al país para que Comar procese su solicitud.

Tanto el canciller mexicano Luis Videgaray como la secretaria de Gobernación que entrará en funciones el 1° de diciembre, Olga Sánchez Cordero, han rechazado tajantemente la petición de Trump. Es obligación de Estados Unidos acoger a las personas en tanto se resuelva el trámite, lo contrario resulta en un incumplimiento de los acuerdos internacionales.

 

Gobierno mexicano rebasado, mexicanos solidarios

Las cuatro caravanas con alrededor de 11 mil personas que han ingresado a México desde el 19 de octubre han revelado que más allá de la voluntad política, el país ha sido rebasado en su capacidad para asistirlos.

“La cantidad de personas es mucho mayor de lo que el sistema de asilo y los albergues existentes pueden atender”, advirtió Mark Manly, representante de Acnur en México.

En la ciudad fronteriza de Tijuana, donde se encuentra el mayor número de desplazados, el albergue habilitado por el ayuntamiento para atender a dos mil personas ahora asiste a más de seis mil.

Las autoridades locales informaron el 27 de noviembre que el albergue solo tendría capacidad para dos días más, pues su operación cuesta 600 mil pesos diarios solo en alimentación.

Para la directora de Sin Fronteras, la emergencia humanitaria a la que se enfrenta el país se debe a la ausencia de una política pública de reconocimiento e integración del flujo migratorio y a que las autoridades han tratado a la migración como un tema de seguridad pública.


Te puede interesar: Para Trump Caravana de Migrantes es asunto de Seguridad Nacional ¿Y en México?, 22 de octubre de 2018.

 

“El tema se tiene que abordar de una forma distinta en la que se refleje el interés de una política de Estado de alto nivel […] A la caravana tendrían que haberse acercado autoridades de migración […] de salud, desarrollo social, de la Secretaría del Trabajo, abordarse de una manera más integral para no generar recarga en comunidades de acogida”, señala, ya que el apoyo a las caravanas se ha recargado en autoridades municipales y estatales.

Las caravanas han sido sostenidas en gran medida por la solidaridad de los mexicanos: grupos de ciudadanos, asociaciones religiosas, organizaciones civiles e instituciones gubernamentales se han movilizado para proveerles un techo, apoyo legal, alimentos, ropa, medicamentos, entre otros apoyos.

“Ha sido más difícil de lo que imaginé, especialmente para mi niño, por fortuna tenemos el apoyo de mucha gente que ha salido de sus casas para brindarnos una fruta, una torta, un vaso de agua. Eso no tiene precio”, dijo Josué, un hondureño entrevistado por personal de la ONU.

Desde el ingreso de las caravanas a Chiapas hasta la Ciudad de México, “la respuesta fue más bien por parte de la sociedad civil y de las defensorías institucionales”, enfatizó Jan Jarab, representante en México de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

 

Actuación incierta de AMLO

El éxodo centroamericano ocurre en un momento de incertidumbre política para México, justo en medio de una transición política.

Es incierta la actuación del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, que entrará en funciones el 1° de diciembre, pues su postura se ha desdibujado con el transcurrir del tiempo.

A mediados de octubre se comprometió a otorgar visas de trabajo a los desplazados una vez que tomara posesión, tiempo después declaró a la prensa que ya negocia con los presidentes de Estados Unidos y Canadá para realizar inversiones conjuntas en Centroamérica que detendrán la migración.

Los desplazados recorrieron más de 4 mil kilómetros para llegar a la frontera norte de México.

 

“Nosotros estamos a la expectativa, se hablado mucho y los mensajes son contradictorias […] lo que solicitamos claramente es que México tenga en cuenta que no debe funcionar como un filtro de Estados Unidos y que cualquier acuerdo debe ser transparente y encaminarse al respeto de las obligaciones internacionales de cada país.” De ninguna manera sería aceptable que el plan de desarrollo que está por firmarse sea un acuerdo de inversión en el cual se oculte un acuerdo de contención migratoria, asegura Ana Saiz Valenzuela, directora general de Sin Fronteras. 

Los migrantes continúan llegando a la frontera y luchando por atravesarla, un grupo minoritario de los desplazados comenzó una huelga de hambre el 29 de noviembre para presionar a México y Estados Unidos a agilizar sus trámites migratorios.

No obstante los problemas, ambos países ofrecen mejores condiciones de vida que el Triángulo Norte de Centroamérica, la región del mundo con el mayor número de muertes civiles asociadas a la violencia, solo con excepción de Siria, de acuerdo con la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito.

La mayoría de los centroamericanos desplazados pertenecen a municipios rurales: 76% de los hondureños, 70% de los salvadoreños y 61% de los guatemaltecos, según datos de la ONU.

 

MÁS INFORMACIÓN: Directrices sobre protección internacional: reconocimiento prima facie de la condición de refugiado, Acnur, junio de 2015.

MÁS INFORMACIÓN: México está obligado a brindar protección a personas desplazadas centroamericanas; no presenciamos una caravana de migrantes sino un desplazamiento forzado, Sin Fronteras, 22 de octubre de 2018.

MÁS INFORMACIÓN: Puertas cerradas, informe Human Right Watch, 2016.

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