Banco Azteca y Bombardier tendrían adjudicaciones directas con Obrador ¿Y las licitaciones?

En varios proyectos propuestos por AMLO, el presidente electo ha enviados señales de que serán entregados por adjudicación directa, no con licitación de por medio.
24 Octubre, 2018 Actualizado el 24 de Octubre, a las 11:08
Tarjetas del bienestar, vagones de tren, refinerías y hasta un aeropuerto son algunas de las obras que se podrían construir en el gobierno de Obrador sin licitación.
Tarjetas del bienestar, vagones de tren, refinerías y hasta un aeropuerto son algunas de las obras que se podrían construir en el gobierno de Obrador sin licitación.
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Si hay algo que se le puede cuestionar a Obrador en su etapa de jefe de gobierno del Distrito Federal, es la adjudicación directa a grupo Riobóo del proyecto del segundo piso del periférico.

La falta de licitación pública en el proyecto de más de 150 millones adjudicado en 2002 es algo que, más de 15 años después, se le sigue recordando a Obrador quien se encuentra a poco más de un mes de ser el nuevo presidente de la República. 

Estando en la antesala del poder ejecutivo federal, Obrador da señales que reproducirá el mismo comportamiento de adjudicaciones directas en varios de los proyectos prioritarios de su administración: la refinería en Tabasco, el Tren Transpeninsular (Maya), el posible aeropuerto en Santa Lucía e incluso en la entrega de apoyos sociales. 

 

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En su gira de agradecimiento en el estado de Hidalgo, a finales de septiembre, el presidente electo detalló que para la construcción de los vagones del Tren Maya “se está pensando que se construyan en Ciudad Sahagún, en Hidalgo, con la empresa Bombardier, para que haya trabajo en Hidalgo”.

Sin concurso público, es probable que la decisión de qué empresa construya los trenes del proyecto -que se calcula costará en su totalidad alrededor de 150 mil millones de pesos- haya quedado pactada de antemano.  

No sería la primera vez que Bombardier realice un trabajo para Obrador, durante su tiempo como jefe de gobierno del Distrito Federal, la empresa canadiense construyó 40 trenes y 400 vagones para rehabilitar el Sistema de Transporte Colectivo Metro. 

Tren Construido por Bombardier Foto: Bombardier 

A menos de una semana de las declaraciones de Obrador sobre Bombardier, en primera plana del 6 de octubre, el periódico Reforma dio a conocer que en Tabasco, donde se pretende construir la nueva refinería – y donde Morena es mayoría en el Congreso local- se modificaron las leyes locales de obras públicas y de adquisiciones con el fin de dispensar licitaciones en obras estratégicas, lo cual en opinión de especialistas, se realiza con el fin de adjudicar directamente la nueva refinería.

Alejandra Palacios Prieto presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) calificó como preocupantes las reformas que hizo el Congreso de Tabasco; por su parte Max Kaiser especialista en combate a la corrupción por parte del Instituto Mexicano de la Competitividad, criticó en redes sociales la medida.

 

Otro proyecto más que sería adjudicado de manera directa sería el de la entrega de apoyos sociales. Tras un mitin en Durango, al cuestionarle al futuro presidente sobre si Banco Azteca lo apoyaría con el reparto de programas sociales, Obrador respondió “sí, ya estamos en eso”. 

La buena relación entre Obrador y Ricardo Salinas Piego -fundador y presidente de Grupo Salinas, compañía dueña de Banco Azteca- es conocida en el ámbito público. El presidente electo se ha referido al empresario como alguien con “dimensión social”, mientras que el apoyo del presidente de Televisión Azteca al candidato de Morena siempre fue público. 

Más aún, el futuro secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, se desempeñó por 17 años como el presidente ejecutivo de Fundación Azteca -organización de Grupo Salinas-, por lo que un posible conflicto de interés se asoma por la ventana. 

 

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La cereza del pastel en este torbellino de adjudicaciones directas sería el aún probable aeropuerto Internacional en Santa Lucía. 

Obrador planteó durante campaña que construir un aeropuerto en lo que hoy es la Base Área Militar de Santa Lucía era una mejor idea que seguir con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco. Después de haber ganado las elecciones, en el sitio de internet del presidente electo se publicó el plan maestro del nuevo aeropuerto en Santa Lucía. 

Sin embargo, sin explicación de por medio, el proyecto estaba firmado por grupo Riobóo, mismo al que por adjudicación directa (ADJ/FIMEVIC-001/2002) el gobierno del Distrito Federal, en manos de López Obrador, le otorgó un contrato por cerca de 188 millones de pesos (de los cuales solo se ejercieron 152 millones) por la realización de los proyectos de preinversión del segundo piso de periférico. 

Grupo Riobóo, a través de un comunicado, aclaró que, tras una invitación de Obrador y en un “esfuerzo meramente científico”, realizaron los estudios necesarios para encontrar una alternativa más barata y menos compleja al NAIM, que sirviera como centro aeroportuario del país. 

El esfuerzo “meramente científico” parece haberse cristalizado en el plan maestro del AISL, el cual, como los segundos pisos del periférico, se le encargaron a Riobóo sin concurso alguno. 

 

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