¿Qué ha hecho distinto a Querétaro?

La gobernanza, la clase política y los gobiernos sí hacen la diferencia y Querétaro es un caso –quizá el más relevante- de consistencia en el desarrollo económico del país
9 Diciembre, 2016
El Observador

Querétaro se ha convertido en una potencia económica local.

El año pasado su economía creció a una tasa de 7.7 por ciento, un ritmo muy superior al 2.5 por ciento al que creció la economía nacional y solo comparable con las economías más dinámicas del mundo, principalmente ubicadas en Asia.

Y no se trata de creer que es verano por una golondrina. La economía de ese pequeño estado del centro del país, de solo 11 mil 699 kilómetros y dos millones de habitantes, viene creciendo a un ritmo endemoniado desde hace tiempo.

Se ha hecho costumbre que Querétaro registre cada año una de las tasas de crecimiento económico más altas del país y muy por encima del promedio nacional. En 2014 creció al 7.8 por ciento, en 2013 al 3.4 por ciento, en 2012 al 5.9 por ciento, en 2011 al 6.5 por ciento y en 2010 al 6.9 por ciento. Aquellas promesas truncas de los presidentes de la República en turno de hacer crecer al país a tasas sostenidamente elevadas, en Querétaro son ya una vieja realidad.

Solo en 2009 -el año de la crisis global y de una caída de la economía nacional de 4.7 por ciento- la economía de Querétaro vio una cifra negativa (-2.6 por ciento) en su récord reciente.

Sin embargo la tasa de crecimiento económico promedio entre 2003 y 2008 de Querétaro de Arteaga fue de 6.2 por ciento; la misma que ha mantenido el estado en los últimos 12 años (de 2003 a 2015). Un ritmo de crecimiento que más que duplica el ritmo de crecimiento económico del país. Así que estamos frente a un caso –entre otros pocos- al que bien vale la pena poner atención y analizar con cuidado.

Estos resultados económicos no son obra de la casualidad ni producto de un proyecto político monolítico. Querétaro es un caso de alternancia en el poder, de bipartidismo en los últimos 19 años, con gobernadores que han seguido un proyecto económico consistente, con una fuerte planeación de desarrollo manufacturero de largo plazo y con niveles de seguridad pública que han atraído importantes capitales extranjeros y nacionales a la entidad.

Ciertamente el gobierno del estado aún enfrenta fuerte retos en materia de transparencia para generar aún mayor confianza en los capitales, como lo dio a conocer recientemente el informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Pero, con todo, Querétaro ha destacado en el desarrollo de sus instituciones, como en el ámbito económico.

Y ello se ha traducido en mejores niveles de bienestar para su población en los últimos años. El producto por habitante de Querétaro es el de mayor crecimiento promedio anual del país en casi dos décadas con 3.6 por ciento, una tasa muy superior al 1.4 por ciento de la media nacional para el mismo periodo.

Y este crecimiento de la economía muy superior al crecimiento poblacional también se ha traducido en una reducción de las tasas de pobreza según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Entre 2010 y 2014 la población en pobreza cayó de 41.4 a 34.2 por ciento y la población en pobreza extrema se redujo de 7.4 a 3.9 por ciento. Cifras que no se han visto a nivel nacional.

Pero esto es resultado, entre otros factores, de una planeación económica de largo plazo y de fuertes incentivos a los sectores estratégicos de desarrollo del estado, desde el gobierno local en conjunto con el sector privado organizado.

Querétaro se enfocó en la fabricación de maquinaria y equipo, de cómputo, de comunicaciones, de medición, accesorios y aparatos electrónicos, generación de energía eléctrica y fabricación de equipo de transporte, a lo que se sumó la construcción de infraestructura de comunicaciones para hacer del estado un centro logístico que –por su ubicación geográfica- le daba una ventaja competitiva frente a sus vecinos.

Estos subsectores manufactureros mencionados crecieron a una tasa promedio anual de 6 por ciento en los últimos 19 años, representan la mitad del PIB manufacturero estatal y su crecimiento ha colocado a Querétaro como el quinto estado con mayor participación manufacturera en su PIB local. Cuestión de enfoque que se traduce en una fuerte ventaja competitiva.

Así que la herencia del actual gobernador panista Francisco Domínguez Servién es continuar con el plan estratégico de atracción de inversiones basado en la certidumbre y estabilidad de las políticas económicas, en la inversión educativa y de capacitación, en los incentivos para los subsectores manufactureros estratégicos y en las inversiones pública-privadas en la infraestructura logística del estado.

La gobernanza, la clase política y los gobiernos sí hacen la diferencia y Querétaro es un caso –quizá el más relevante- de consistencia en el desarrollo económico del país. Un caso a replicar a nivel federal.

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.