La piedra en el zapato de Don Antonio

Hace poco Antonio del Valle apostó por el Banco Popular que parecía salir de su postración y que lucía como una buena plataforma para crecer fusionando a bancos mexicanos pequeños. Pero las cosas no le han salido bien y ahora debe tomar uno de dos caminos
29 Noviembre, 2016
El Observador

Hay empresarios a los que les va, con todo y sus altibajos, generalmente bien en los negocios. Sin embargo, a la primera oportunidad, muestran un dejo de insatisfacción porque no han logrado concretar el negocio más cercano a sus pasiones y ambiciones.

Es el caso de Antonio del Valle, uno de los hombres más ricos del país cuya fortuna neta ronda los 2 mil 800 millones de dólares según la revista Forbes y que en unos cuantos años se convirtió en el ‘rey mundial del PVC’ a través de las grandes zancadas de su firma petroquímica Mexichem expandiéndose no solo por México, sino principalmente por Estados Unidos, Europa, Canadá y Sudamérica, con ventas anuales que superan los 5 mil 700 millones de dólares, si bien este año ha sido complicado para el grupo.

Pero si bien Mexichem es la joya de la corona de Kaluz, el conglomerado empresarial de Del Valle, también posee Grupo Pochteca, una empresa química y papelera, así como la cementera Elementia, una sociedad compartida con su contemporáneo Carlos Slim y que recientemente incursionó fuerte en la costa oeste de los Estados Unidos adquiriendo el 55% de Giant Cement, la cuarta cementera de esa próspera región norteamericana.

Así que a sus 78 años Don Antonio –como se le conoce en los medios empresariales del país- se puede sentir satisfecho con lo logrado en sus exitosos negocios, máxime si él y su hijos poseen más de la mitad de Mexichem, una empresa valorada en poco más de 8 mil millones de dólares.

Pero el prietito en el arroz de los negocios que posee Antonio del Valle sigue siendo el negocio bancario. Una piedra en el zapato para Don Antonio a pesar de repetir, una y otra vez, que está al borde del retiro y que son sus hijos quienes toman las decisiones.

No hay que olvidar que el empresario de 78 años y de origen asturiano fue presidente de los banqueros del país y siendo aún joven (34 años) fundó Bancrecer, uno de los bancos privados que estatizó el presidente José López Portillo al final de su mandato y que marcó al sistema financiero del país. Tiempo después Del Valle, junto con la familia Berrondo, regresaría a la banca por la puerta grande convirtiendo a Banco Internacional (Bital) en uno de los mayores del país y en un apetitoso bocado para que el gigante inglés HSBC entrara al mercado mexicano.

Pero Don Antonio –más allá de sus éxitos en la industria petroquímica y química, de los golpes de suerte y de su buen sentido de oportunidad para los negocios- es banquero. Originalmente no quiso vender Bital a HSBC, pero la oferta era irrechazable para sus socios y también para él.

Hace 12 años, y por tercera vez, Don Antonio regresó como banquero fundando ‘Ve por Más’ (VX+) un pequeño banco que busca competir en el segmento premium, de los micronegocios y de los agronegocios en México. En el ánimo de ir más rápido en su expansión y aprovechando los graves problemas de capitalización de la banca española, hace más de dos años sumaron al Banco Popular a su accionariado.

Pero a pesar de sus esfuerzos y de un crecimiento relativo importante en cuotas de ciertos segmentos de mercado, el crecimiento orgánico luce muy complicado en un mercado bancario altamente concentrado como el mexicano. Ve por Más es el banco veinte del sistema bancario del país y representa 0.55% de los activos de la banca asentada en México. Si bien su cartera de créditos ha crecido fuertemente en los últimos años solo significa 0.64% del total del sistema y su tasa de rentabilidad es baja (3.6%) en relación al promedio del sistema (12.4%). Un promedio, por cierto, muy distorsionado dado que BBVA Bancomer, el mayor banco del país, supera el 22% de rentabilidad (ROE)

Don Antonio cree que el futuro de su negocio bancario está en las fusiones, pero no ha encontrado respuesta. Hace cuatro años y medio me dijo que había tratado de hacerlo con bancos pequeños y medianos pero no hubo respuesta.

“Se trata de hacer bancos más grandes, sólidos y manejados por profesionales, pero esa filosofía en México desafortunadamente todavía no la veo. Qué más quisiera que este banco (Ve X Más) se fusionara con cualquier otro, con Banregio, con Banco del Bajío o con los que hemos tratado, pero no hemos podido. Lo haremos en algún momento dado porque la gente va a entender. Y no me interesa tener mayoría, sino crear instituciones sólidas que puedan competir con ventaja con los bancos extranjeros”, me decía en aquel entonces.

Hace poco Don Antonio apostó por el Banco Popular que parecía salir de su postración y que lucía como una buena plataforma para crecer fusionando a bancos mexicanos pequeños, como me lo había dicho en aquella ocasión.

Pero las cosas no le han salido bien. Su inversión inicial de 450 millones de euros por el 6% del capital del banco español se ha hecho añicos con los mínimos a los que se cotiza la acción de un banco que- por sus lastres hipotecarios- requiere una capitalización de 2 mil 500 millones de euros según aprobaron los accionistas en el verano.

La acción del Popular se cotiza a 0.83 euros y su caída de 71% en los últimos doce meses mete una presión brutal para que Don Antonio y sus gestores decidan qué hacer con su apuesta española: O invierten mucho más o simplemente asumen sus pérdidas. La piedra en el zapato de Don Antonio allí sigue.

 

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.