L.R. Klein: Su Poder Predictivo e Interés Hacia México

1 Junio, 2015

Alfredo Coutiño*

 

En honor a todo su legado y contribución tanto a la teoría económica como a la econometría aplicada, un grupo selecto de alumnos y colaboradores cercanos de Lawrence R. Klein (Premio Nobel de Economía 1980) hemos preparado una serie de artículos que expresan tanto sus enseñanzas como su gran interés en temas relevantes para los propios países de quienes tuvimos el privilegio y honor de trabajar con él. La presente nota constituye un extracto del artículo correspondiente a México y que será publicado en una edición especial en España. 


Mucho antes de que recibiera el Premio Nobel de Economía en 1980, uno de los primeros países en vías de desarrollo que despertó el interés del profesor Klein fue México, quizá por su cercanía con los Estados Unidos o bien por representar una nación con las característica mínimas para poder modelarse. A principios de los 70s y ante los éxitos que ya acumulaba Klein con el modelo econométrico para los Estados Unidos, algunas empresas privadas se le acercan para solicitar sus servicios y asistencia para aplicar su metodología econométrica en mercados con un nivel menor de desarrollo, sobre todo en América Latina. Se le encarga construir un modelo de predicción para México, una economía que venía de toda una década de crecimiento sostenido con estabilidad de precios: el desarrollo estabilizador. Klein recluta a Abel Beltrán del Río, un estudiante del doctorado en economía y le encarga la misión de construir el modelo mexicano. El modelo se termina en 1972 y se pone en marcha el proyecto macroeconométrico para México en donde se presenta el primer modelo econométrico para un país en vías de desarrollo bajo la supervisión del Dr. Klein. El modelo de naturaleza estructural tomó tanta relevancia que incluso el mismo gobierno mexicano era un consumidor de las predicciones del modelo Ciemex-Wharton, como popularmente se le conocería. El modelo tuvo la capacidad de anticipar algunas de las tradicionales “crisis de fin de sexenio” que se presentaban en el último año de cada gobierno. Precisamente, en 1994 ante la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el modelo Ciemex se modificó para incorporar un sector externo más amplio que permitía capturar los beneficios del comercio exterior sobre la economía mexicana. La mente de Klein siempre estuvo, de una u otra manera, detrás de la precisión de las predicciones económicas para México elaboradas con el modelo Ciemex.


Hacia finales de 1994, coincidiendo con el cambio de gobierno, México sufre una vez más una profunda crisis económica-financiera. La llamada “crisis del peso mexicano” de 1994 marcó el inicio de un nuevo ciclo de crisis internacionales durante toda la década de los 90s y principios de la del 2000 y que dió como resultado el colapso de los sistemas de tipo de cambio fijos y semifijos que en ese entonces proliferaban. El abandono del sistema de bandas cambiarias en diciembre de 1994 precipitó la crisis mexicana que incluso introdujo ciertos riesgos en el recientemente inaugurado acuerdo comercial de norteamérica. Nuevamente, la mente brillante de Klein apareció al inicio de la crisis (Enero de 1995) para sostener la hipótesis de que esa –a diferencia de las crisis crónicas del pasado– iba a ser una crisis de corta duración y que la economía mexicana iba a salir fortalecida. Klein y Coutiño prepararon un estudio econométrico que demostraba que gracias a los beneficios del acuerdo comercial México saldría de la crisis rápidamente. El vaticinio de Klein no tardó en cumplirse y antes de que terminara 1995, la economía mexicana estaba fuera de la recesión y en trayectoria de recuperación, la cual se sostuvo hasta el año 2000. La argumentación de Klein para sostener su hipótesis era que los cambios estructurales y los ajustes de política introducidos iban a producir un ajuste más rápido en la balanza comercial mexicana, la cual adicionalmente recibiría los beneficios del acuerdo comercial. El estudio de Klein y Coutiño re-especificó las ecuaciones del sector externo mexicano y las hizo depender de información de más alta frecuencia, lo cual se enlazó con el modelo trimestral de Ciemex para simular el impacto del ajuste sobre el PIB y determinar la trayectoria de la recuperación mexicana. Este fue el primer ensayo de aplicación parcial de un modelo de alta frecuencia para calibrar el modelo de menor frecuencia para el caso mexicano.


Pocos años después, en 1999 Klein le encarga a Coutiño construir el primer modelo formal de predicción de alta frecuencia para la economía mexicana (High-Frequency Forecasting Model: HFFM), como parte de su tesis doctoral. El modelo se terminó en el 2001 y se mantuvo funcionando a prueba hasta el 2004, cuando se presenta como tesis doctoral. A partir de entonces el modelo comienza usarse de manera más extendida como un instrumento para anticipar el PIB trimestral a través del uso de información de alta frecuencia. El modelo mexicano produce el estimado del PIB trimestral a través de tres enfoques: gasto, producción y, componentes principales. Cada enfoque utiliza series de indicadores mensuales relacionados con actividad económica, mercados financieros y monetarios, precios y mercado de futuros. A través de ecuaciones puente se generan los agregados trimestrales. Así, el estimado del PIB trimestral se genera como el promedio aritmético de los tres estimados generados por los enfoques anteriores. A pesar de que este modelo HFFM no anticipa ninguna crisis, precisamente porque solo genera pronósticos de corto plazo, si sirve como instrumento de calibración para el modelo trimestral (construido por Coutiño) que produce los pronósticos de México que se entregan a las Naciones Unidas como insumo para el Proyecto LINK. El modelo ha estado funcionando sin interrupción desde 2001 y mantiene un record de precisión bastante bueno para anticipar el crecimiento del PIB del trimestre corriente. La bondad del modelo está en que el grado de precisión aumenta significativamente conforme se incorpora información más oportuna y relevante, como es de esperarse. 


A raíz de la puesta en marcha del modelo de alta frecuencia para México, el profesor Klein extendió su metodología hacia otros países de economías emergentes como Rusia, India, China, Turquía y Brasil, entre otros. Así como también proliferaron proyectos similares en España, Alemania e Italia. La mayoría de los modelos HFF supervisados directamente por el Dr. Klein quedaron plasmados en una de sus últimas obras publicadas en el 2009 bajo el título “The Making of National Economic Forecasts”.
Evitar la manipulación de modelos y pronósticos fue siempre una preocupación del Dr. Klein. Una de sus grandes enseñanzas fue que un buen modelo es aquel que tiene capacidad de predecir con precisión por si solo y sin ser forzado a decir lo que el economista quiere escuchar. Klein siempre fue un crítico de aquellos pronosticadores que constantemente cambian sus pronósticos ignorando la consistencia de sus modelos. A este respecto, la filosofía del profesor Klein detrás de los modelos de alta frecuencia puede ser resumida en la siguiente expresión: “el viento no debe ser una variable explicativa en los modelos econométricos, por lo que los pronósticos no deben cambiar con la dirección del viento”.

 

*Resumen del artículo titulado: “Acerca del Poder Predictivo de Klein”, Estudios de Economía Aplicada, Vol 33-2, Madrid, España.

 

Twitter: @AlfredoCoutino

 

Alfredo Coutiño Alfredo Coutiño Economista por la UNAM, maestro en Economía por el ITAM y doctor en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Madrid. Es director para América Latina de Moody's Analytics, subsidiaria de la calificadora Moody's Corporation, desde 2005 en donde lidera el análisis, modelos y pronósticos para América Latina. Fue director de Ciemex-Wharton Econometrics.