Aún con las Reformas, México Necesitará Más Reformas

9 Mayo, 2014

La economía mexicana continuó funcionando por abajo de su capacidad potencial durante el primer trimestre del año, después de la prolongada desaceleración del año pasado.

A pesar de la euforia desmedida de los mercados en torno a la aprobación de las reformas, la economía continúa mandando señales de que casi nada ha cambiado en la estructura productiva durante la última década. Por lo que la economía se ha estado moviendo a tasas de crecimiento bajas, básicamente determinadas por la limitada capacidad productiva del país.

Ciertamente, la economía se ha desempeñado en territorio positivo al inicio del año pero todavía con movimientos convalecientes. El impacto económico de las reformas solo se verá en el mediano y largo plazo. Dado el lento avance de la economía, el crecimiento en el año estará por debajo del ya optimista estimado oficial de 3.9%.

De acuerdo al IGAE, la economía solo creció 1.3% durante el primer bimestre. Dado que la actividad económica en marzo fue beneficiada por la estacionalidad de la Semana Santa, el crecimiento anual en el mes resultará ser mayor. Aún considerando este efecto estacional positivo, el PIB solo reportará un crecimiento alrededor de 2% en el primer trimestre.

Por otro lado, dado que el efecto estacional contrario afectará al PIB del segundo trimestre, es de esperarse que la economía reporte un crecimiento de alrededor de 2% durante la primera mitad del año. Así, para que se alcance el 3.9% oficial para el año, la economía tendría que crecer a una tasa cercana a 6% en la segunda mitad del año, lo cual se ve bastante ilusorio.

Nuestros estimados basados en el supuesto de que las nuevas reformas importantes (energía, telecomunicaciones, financiera y fiscal) incrementan el acervo de capital a niveles suficientes para que el PIB crezca 4% en el 2015 y 4.5% en el 2016, indican que la economía incrementaría su crecimiento potencial del actual 2.8% a 3.3% para el 2016.

Esto señala que a pesar de la puesta en marcha de las reformas ya aprobadas, el país necesitará profundizar los cambios estructurales en el futuro para poder alcanzar y consolidar una trayectoria de crecimiento más alto, sostenido y más estable. Es decir, la tarea apenas empieza.

Últimamente ha renacido el debate de si la economía entró o no en recesión. Por un lado está el gobierno que rechaza la idea de recesión y por el otro hay analistas que afirman lo contrario. Para el grueso de los mexicanos este es un debate estéril, puesto que con recesión o sin recesión el 90% de la población ya sufrió el golpe. El aceptar que hubo recesión en nada cambia la realidad, ni va a hacer más pobres a los pobres ni menos ricos a los ricos. La verdad es que todo parece que “apenas nos damos cuenta que teníamos roña cuando ya pasó la comezón”. ¿Valdrá la pena seguirnos rascando?

Alfredo Coutiño Alfredo Coutiño Economista por la UNAM, maestro en Economía por el ITAM y doctor en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Madrid. Es director para América Latina de Moody's Analytics, subsidiaria de la calificadora Moody's Corporation, desde 2005 en donde lidera el análisis, modelos y pronósticos para América Latina. Fue director de Ciemex-Wharton Econometrics.