La calificadora, los inversionistas y el ‘affaire Herrera’

¿Es razonable que Standard & Poor’s haya puesto en perspectiva negativa la calificación de la deuda soberana de México?
28 Marzo, 2019
El subsecretario Arturo Herrera y el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, en la pasada reunión anual de los banqueros celebrada en Acapulco (Foto: SHCP)
El subsecretario Arturo Herrera y el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, en la pasada reunión anual de los banqueros celebrada en Acapulco (Foto: SHCP)
México Evalúa

¿Por qué la calificadora crediticia Standard & Poor’s (S&P) puso en perspectiva negativa a la calificación de la deuda soberana de México?

La pregunta no es retórica: está en el ánimo de muchos mexicanos, que ven confrontadas abruptamente sus buenas expectativas en torno al desempeño del país y su confianza en los cambios positivos que el nuevo gobierno puede lograr.

S&P ve un panorama distinto, al menos en relación al desempeño de la economía y las finanzas públicas, al grado de que existe un tercio de probabilidades de que reduzca la calificación de la deuda de México en 2018 o 2019. Esto podría reducir las opciones de endeudamiento, encarecer el precio de la deuda pública y, por ende, frenar la generación de infraestructura pública. En suma, puede enviar la señal de que hay más riesgo en el país en el ámbito financiero.

Pero, ¿qué hace en sí una calificadora crediticia? Evalúa la capacidad de un gobierno para pagar sus deudas, por lo que continuamente analiza el perfil financiero del gobierno: la situación actual de sus ingresos y gastos y las perspectivas de evolución de los mismos. Revisemos esos dos aspectos por separado.

En 2019, 88% del ingreso del gobierno federal provendrá de los impuestos al consumo, siendo el IVA el más importante. También del Impuesto Sobre la Renta. Estos impuestos están directamente determinados por la actividad económica.

Se pensó que creceríamos 2%, pero los indicadores del comportamiento de los factores del crecimiento económico no exhiben una evolución positiva para lograrlo. Están cayendo la inversión, el consumo, las importaciones y el gasto del gobierno va lento –aunque las exportaciones sí han exhibido una evolución positiva–.

Hacienda ya anunció que los ingresos del gobierno por cobro de IVA sufrieron una caída en enero de 2019, en relación al mismo mes de 2018. La evolución negativa del IVA pone en evidencia que la desaceleración económica puede ser mayor a lo pensado, y rebasó ya al efecto de los incrementos en el salario mínimo.

En el gasto, la calificadora pone la lupa en los rubros que no pueden recortarse, como el pago de ciertas obligaciones: pensiones e intereses del endeudamiento público, entre otros. En México estos gastos crecen de manera acelerada. Durante el sexenio anterior aumentaron en conjunto 40%, y se espera que sigan aumentando.

Ahí no acaba la historia. El gobierno federal tiene empresas cuyo perfil financiero puede verse súbitamente beneficiado o afectado. Al parecer, el plan para lograr la ‘autosuficiencia energética’ no influye positivamente en la precaria situación financiera de Pemex.

 

Después de 10 años en quiebra técnica, el giro hacia la autosuficiencia de Pemex no parece tener lógica financiera. Es como pedirle a un corredor que nunca cumplió con sus entrenamientos –tiene sobrepeso, diabetes e hipertensión– que la próxima semana corra un maratón

 

Sí, las administraciones anteriores manejaron mal esta empresa, la dejaron al filo de la muerte, pero todavía viva y con la posibilidad de recibir inversión privada. Con todo, el gobierno actual suspendió las licitaciones para contratar inversión privada en actividades de exploración petrolera, y lanzó un plan en el que la prioridad es refinar más crudo para el consumo interno, aunque esto implique reducir sus exportaciones y también, al menos durante cierto tiempo, sus ingresos. Ése no luce como el tratamiento correcto para un moribundo.

Después de 10 años en quiebra técnica, el giro hacia la autosuficiencia no parece tener lógica financiera. Es pedirle a un corredor que nunca cumplió con sus entrenamientos –tiene sobrepeso, diabetes e hipertensión– que la próxima semana corra un maratón.

Los resultados operativos y financieros de Pemex en enero 2019 son preocupantes: desplome del volumen de exportación de crudo, ingresos negativos (pérdida) y aumento en el gasto de 18% en relación al mismo mes del año anterior.

Esto, claro, preocupa a las calificadoras y a los inversionistas, quienes continuamente le prestan dinero a la empresa –considerada la pretrolera más endeudada del mundo–.

Así, se ensombreció el panorama financiero del gobierno federal. Arturo Herrera, subsecretario de Hacienda, lo sabe de sobra y trató de poner en 'stand by' la construcción de la refinería de Dos Bocas, símbolo del plan de autosuficiencia.

Y es que la ecuación no es complicada: menos ingresos por impuestos, mayores gastos por aumento sostenido de obligaciones y una empresa entre la vida y la muerte –que no parece recibir la terapia correcta– equivalen a una perspectiva de la calificación de la deuda soberana que cambia de estable a negativa.

Hay tiempo, pero no mucho, para reconsiderar las políticas públicas y fortalecer el panorama financiero de Pemex y del gobierno federal.

 

@mariana_c_v

* Mariana Campos es coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa.

Mariana Campos Mariana Campos Es licenciada en Economía por el ITAM y graduada con honores como Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Carnegie Mellon. Es Coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa. Tiene una amplia trayectoria como consultora en el tema de diseño y evaluación de programas y políticas públicas. Destacan sus evaluaciones de programas federales en el marco del Sistema de Evaluación del Desempeño del Gobierno Federal. Al inicio de su carrera trabajó en el Gobierno Federal, en la Unidad de Planeación Económica de la Hacienda Pública de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.