Tres de los autos más excéntricos de la historia, ¿qué tan feo puede ser un auto?
Los autos han mejorado a través de los años en cuanto a la mecánica, los materiales, la seguridad y el diseño, aunque este último también ha tenido sus excepciones.
Más allá de la estética, que es la más importante en el diseño de un auto, lo aerodinámico y su uso práctico son aspectos que un diseñador automotriz debe pensar al darle forma a un auto nuevo.
Son los tres aspectos anteriores los que olvidaron al momento de crear los siguientes autos, que pueden ser descritos como feos, raros, extravagantes, excéntricos, entre otras.
Suzuki X90 1996
Aunque cueste trabajo creerlo, este auto fue catalogado como SUV para dos pasajeros con techo convertible y una cajuela prácticamente nula. Sus medidas eran 3.7 metros de largo y 1.7m de ancho, realmente pequeño.
En 2013 la revista Top Gear incluyó este modelo a su lista “Los peores 13 coches de los últimos 20 años”.
Smart ForTwo Brabus Ultimate 125 2018
Los tiempos actuales tampoco se salvan de hacer extraños diseños.
Este Smart fue tuneado por Brabus, la compañía que eleva el rendimiento de los autos de Mercedes Benz y sus filiales.
Las modificaciones hacen que sus caballos de fuerza aumenten de 89 a 123, dándole la posibilidad de correr de cero a 100 km/h en sólo 9.2 segundos y de ser convertible.
Sin embargo, su valor es de 445 mil pesos y para la versión convertible 477 mil pesos, un precio fuera del alcance de muchos.
Fiat Multipla 1999
Sabemos que Fiat tiene diseños peculiares pero en 1999 fueron más allá rozando los límites de lo desagradable.
Considerado uno de los autos más feos de todos los tiempos, la Multipla de 1999 fue una combinación entre auto y camioneta con luces en lugares extraños y un amplio parabrisas tipo acuario.
Este diseño duró hasta 2004 cuando fue rediseñado y dejar atrás las extravagancias.
A pesar de sus raros aspectos, estos autos han tenido ventas, aunque no muy buenas, en sus respectivos países. La lista podría continuar, como en todos los ámbitos de la vida, en gustos se rompen géneros.
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