Seguridad fronteriza, AS bajo la manga de México en renegociación TLCAN

Para cumplir sus promesas de contener la droga que pasa por la frontera así como la llegada de inmigrantes sin papeles, Trump necesita la cooperación de México más de lo que le gustaría admitir.
23 Noviembre, 2017 Actualizado el 23 de Noviembre, a las 19:34
"Estados Unidos nos necesita para cuidar su seguridad", aseguró Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores.
"Estados Unidos nos necesita para cuidar su seguridad", aseguró Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores.
Arena Pública

México sacó ya el AS que traía bajo la manga.

“La cooperación con Estados Unidos en materia de seguridad y migración es buena para México, pero es un hecho de vida y una realidad política que un mal resultado del TLCAN tendría un impacto" dijo Luis Videgaray el 11 de noviembre en entrevista con Bloomberg.

La advertencia del secretario de Relaciones Exteriores fue clara. El personaje más influyente del gabinete quería llegar fortalecido a la quinta renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

La seguridad fronteriza es un tema crucial para Estados Unidos y México lo sabe. En la última década ambos países estrecharon un fuerte vínculo de cooperación en la materia.

México ha servido como un muro de contención de centroamericanos sin papeles que buscan cruzar hacia Norteamérica, mientras que Estados Unidos ha apoyado al país en el combate al comercio ilegal de drogas.

Precisamente contener el paso de la droga y la inmigración de personas sin papeles fueron dos de las promesas de campaña del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también dos de sus argumentos para empecinarse en levantar un muro en la frontera con México.

Para cumplir sus promesas Trump necesita la cooperación de México más de lo que le gustaría admitir.

"Estados Unidos nos necesita para cuidar su seguridad. México paga las consecuencias del consumo [de drogas], de la disposición de armas, de los flujos de dinero sin control", aseguró Videgaray en marzo de 2017.

Más del 90% de la heroína que hay en Estados Unidos se produce o pasa por México, de acuerdo con The New York Times.

El consumo de heroína entre los estadounidenses creció cinco veces de 2006 a 2016 con énfasis en hombres blancos de bajos ingresos, ese último año mató a 35 mil personas.

 

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Para combatir el tráfico de drogas desde su origen, es decir, desde México, en diciembre de 2008 los presidentes Felipe Calderón y George Bush firmaron la Iniciativa Merida que continúo durante la administración de Enrique Peña y Barack Obama.

Estados Unidos ha entregado mil 600 millones de dólares en aeronaves y equipo, transferencia de tecnología y entrenamiento a la Secretaría de la Defensa Nacional, Marina Armada de México y Policía Federal, entre otras corporaciones, a través de la iniciativa.

Incluso el presidente Calderón permitió que se estableciera en la Ciudad de México un centro operativo de agencias de seguridad e inteligencia de Estados Unidos.

Al poner en peligro la cooperación en materia de combate al narcotráfico el presidente Trump se arriesga a escupir para arriba, pues ha declarado que la epidemia de opiáceos es una emergencia de salud pública y su estrategia desacertada de enfrentar el suministro requiere de la colaboración de México, asegura el diario estadounidense The New York Times.

Las autoridades han permitido que en territorio mexicano trabajen agentes antidrogas y migratorios de Estados Unidos.

 

El flujo de inmigrantes sin papeles es otra de las piedras en el zapato del gobierno de Estados Unidos.

Desde hace nueve años la migración de mexicanos bajó prácticamente a cero según el centro de análisis Pew. Actualmente la mayoría de los inmigrantes que cruzan la frontera provienen de países centroamericanos con fuertes problemas de violencia como El Salvador, Guatemala y Honduras.

En 2014 México arrancó Frontera Sur, una estrategia para contener la migración de centroamericanos en situación irregular que implicó el despliegue de cientos de soldados, marinos, policías federales y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).

El resultado de Frontera Sur fue un crecimiento de 85% en la detención de inmigrantes en dos años a partir de su implementación, pasaron de 97 mil 245 detenidos en 2014 a 179 mil 644 en 2016.

México ha sido el muro de contención de inmigrantes centroamericanos sin papeles de Estados Unidos.

 

México es responsable de más del 40% de los arrestos de las personas que buscan ingresar a Estados Unidos según The New York Times.

El objetivo de la política estadounidense es interceptar el flujo de migrantes centroamericanos transfiriendo la responsabilidad del control inmigratorio a las autoridades mexicanas, así lo sugieren las declaraciones del secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jeh Johnson y otros funcionarios de ese país, asegura un informe Human Rights Watch.

Las autoridades mexicanas restringen el paso de los inmigrantes para evitarle el problema a Estados Unidos incluso de formas cuestionadas por organizaciones de derechos humanos.

Los agentes del INM utilizan pistolas de descargas eléctricas y con balas de goma, así como escopetas de perdigones para detener a los inmigrantes en la frontera de Tabasco con Guatemala, por ejemplo, documentó la organización WOLA en junio de 2017.

Además del programa Frontera Sur, desde 2008 México permitió a los agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) operar en aeropuertos y en la frontera con Guatemala.

 

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Para el secretario de Relaciones Exteriores y para los mexicanos es importante que el país tenga un AS bajo la manga, pues está en juego un flujo comercial superior a los 500 mil millones de dólares anuales que genera 1.5 millones de empleos directos según cálculos del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado y 2.7 millones indirectos.

Si la negociación no llega a buen término México podría, por ejemplo, expulsar a los agentes antidrogas o del servicio de inmigración estadounidenses, o bien suspender la comunicación con las agencias de seguridad y fuerzas armadas de Norteamérica.

Aunque esto último implicaría darse un tiro en el pie, pues México dejaría de recibir información clave que le ha servido para capturar a los capos de la droga, comentó el analista Alejandro Hope a la BBC en marzo de 2017.

Está por verse si los negociadores de Estados Unidos reconocen que necesitan el apoyo de México para resguardar sus fronteras y entonces los representantes del país pueden utilizar su AS para negociar temas ásperos como el contenido regional; el aumento salarial, el fin automático del TLCAN en cinco años, entre otros.

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