Agustín Carstens, surcar las tormentas con paciencia para lograr lo que ambiciona

“Es el clásico tipo gordo de buen humor, sensible, que no se enoja y eso lo ha ayudado a convertirse en un mejor negociador”, asegura Francisco Gil Díaz.
21 Noviembre, 2017 Actualizado el 22 de Noviembre, a las 11:51
Desde joven su ambición fue más allá de las fronteras del país, sus miras siempre apuntaron hacia lo más alto, los organismos de talla internacional.
Desde joven su ambición fue más allá de las fronteras del país, sus miras siempre apuntaron hacia lo más alto, los organismos de talla internacional.
Arena Pública

Agustín Carstens no solo tiene un plan A y B, también un C.

El economista tiene la visión de conjunto, la capacidad de análisis y la estrategia que se necesita para anticiparse.

“El chiste es estar uno o dos pasos adelante siempre y tener un plan contingente […] Eso es lo que a mí me ha ayudado mucho: tener esa disciplina de no estar pensando únicamente en cómo resuelvo el problema del día, sino en cómo resuelvo la problemática de los siguientes tres años”, dice el gobernador del Banco de México.

De esa manera Carstens logró enfrentar los “catarritos”, las “tormentas” y las “películas de terror” de la economía mexicana. Como secretario de Hacienda lidió con la crisis de 2008-2009 que provocó fuga de capitales, recorte de gasto social y crecimiento negativo del PIB en 6.5%.

Como gobernador del Banco de México, con la inestabilidad de las finanzas públicas, el triunfo de Donald Trump, la renegociación del TLCAN y el alza del precio de la gasolina que catapultaron la inflación a una tasa de 6.6%, más del doble que la meta establecida por el organismo para no dañar el poder de compra de los mexicanos.

Su personalidad relajada y su paciencia le ayudaron a sortear las complicadas tareas y le ganaron el respeto y la confianza de políticos y empresarios. Carstens es percibido como un personaje que le da estabilidad a la economía.

En 2008 salvó alrededor de 5 mil millones en ingresos del país cuando al año siguiente los precios del petróleo se desplomaron, por esa buena jugada algunos lo apodaron “San Agustín”, recordó el periodico estadounidense The Wall Street Journal en junio de 2011.

Desde joven su ambición fue más allá de las fronteras del país, sus miras siempre apuntaron hacia lo más alto, a organismos de talla internacional.

Como todo político su carrera ha tenido el respaldo de padrinos y amigos que lo impulsaron, como Miguel Mancera Aguayo, el primer gobernador del banco central o Roberto del Cueto, subgobernador.

Carstens es un hombre bien preparado, su experiencia y habilidades se nutren con más de dos décadas de experiencia en el Banco de México; ha sido secretario de Hacienda y también ha formado parte del comité más importante del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Su paciencia, su estrategia y su sólida trayectoria lo llevaron al lugar que ambicionaba. El 1° de diciembre de 2017 Agustín Carstens se convertirá en gerente general del Banco Internacional de Pagos, el 30 de noviembre dejará las riendas del Banco de México que asumió por siete años, durante dos sexenios, será el primer banquero de una economía emergente que ocupe esa posición.

 

Datos generales

Agustín Guillermo Carstens Carstens nació el 9 de junio de 1958, tiene 59 años, es descendiente de inmigrantes alemanes y no forma parte de ningún partido político.

Inició su carrera siendo muy joven, a los 22 años y aun sin concluir su carrera ingresó al Banco de México hacia 1980, trabajó casi veinte años en diversos cargos como la división internacional, la unidad de investigación económica y la oficina del director general, hoy gobernador.

En aquel año el banco aún no era autónomo, recién concluía el proceso de fusiones y creación de nuevos bancos múltiples en México. Una década después el joven de 32 años ya se hacía cargo de las reservas y la colocación de deuda internacional.

El 1° de diciembre Agustín Carstens cumplirá una de sus ambiciones, presidir un organismo internacional.

 

A los 24 años se graduó con mención honorífica de la licenciatura en economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), universidad afamada por formar “tecnócratas”, profesionistas que anteponen medidas eficaces que persiguen el bienestar social antes que consideraciones ideológicas.

Forma parte de la misma generación que personajes como Gonzalo Hernández Licona, secretario Ejecutivo del Coneval y Martín Werner Wainfeld, socio y director general de Goldman Sachs México.

Luego estudió en la Universidad de Chicago, otra escuela de corte liberal y tecnócrata. En tan sólo tres años –a los 27- concluyó la maestría y el doctorado con la tesis “Estudio sobre el mercado de cambio a plazo del peso mexicano”, el tiempo record dejó una leyenda entre los estudiantes que normalmente lo concluyen en cuatro.

Michael Mussa, uno de los economistas que más admira, fue su mentor, el estadounidense ha sido economista en jefe del FMI y asesor del expresidente Ronald Reagan.

 

Personalidad

Carstens es simpático.

Tiene “un buen sentido del humor […] que lo hace dócil pero firme”, señaló Rodrigo Rato, exdirector gerente del FMI a The Wall Street Journal

Además es un hombre sumamente paciente, nunca se enoja, dijo Manuel Suárez-Mier, un amigo de Carstens que trabajó con él en el Banco de México a principios de los 80.

Desde que asumió la subsecretaria de Hacienda en 2000 Carstens tiene obesidad, un problema con el que ha lidiado por mucho tiempo, en 2011 sus colegas estimaron que pesaba más de 135 kilos, de acuerdo con el diario estadounidense.

Su obesidad ha sido expuesta por caricaturistas políticos en más de una ocasión y ha sido utilizada para realizar decenas de memes en tono de burla.

Sin embargo, Carstens sabe reírse de sí mismo.

El buen humor de Carstens le ayuda a negociar, dicen sus amigos.

 

“El perfil (de mi sucesor) sin duda es que sea más esbelto”, señaló cuando la prensa le cuestionó ¿cómo debería ser quien lo preceda al frente del Banco de México?

“La única instancia donde mi peso de voto hace diferencia es si hay empate”, dijo entre risas durante una entrevista con la conductora Adela Micha al referirse a su papel como gobernador en la Junta de Gobierno del banco central.

¿Le molesta su peso? -le preguntó Micha- Sé que lo debería tener más bajo, pero nunca me genera problemas, respondió.

Carstens “es el clásico tipo gordo de buen humor, sensible, que no se enoja. Y eso lo ha ayudado a convertirse en un mejor negociador”, aseguró Francisco Gil Díaz al diario estadounidense, para quien Carstens trabajó como subsecretario de Hacienda y Crédito Público.

Prueba de ese buen humor son las cosas con las que compara a la realidad política y económica.

 

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“Fuimos al cine y vimos los cortos de una película, vimos diferentes escenas, pero no sabemos si va a ser de terror o va a tener un buen final”, dijo Carstens sobre las expectativas para México ante el triunfo de Donald Trump como presidente de Estados Unidos durante un foro en Guadalajara.

Agustín Carstens disfruta el jazz y el blues, uno de sus favoritos es el afroamericano Muddy Waters considerado el padre del Chicago Blues, una herencia de su paso por la universidad de esa ciudad, pero no la única, es fanático del beisbol y uno de sus equipos favoritos son los Cachorros de Chicago, en México los Diablos Rojos.

Durante su infancia era el lanzador de un equipo de béisbol que ganó un campeonato nacional, jugaba en la Liga Olmeca. También le gusta el tequila, los chilaquiles y los perros pug.

 

Siguiendo sus pasos

Hace 30 años

Corría 1985 cuando Carstens concluía su doctorado en Chicago, luego –con menos de 30 años- se reintegró al Banco de México en un segundo periodo donde ocupó diversos cargos hasta el 2000.

Fue director general de investigación económica, tesorero y coordinador de asesores del primer gobernador del Banco de México, Miguel Mancera Aguayo, quien encabezó el proceso para lograr la autonomía constitucional del organismo, luego trabajó bajo la dirección de Guillermo Ortiz Martínez.

 

Hace 20 años

En 1999 se integra como miembro del directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional a la par que continúa con sus tareas en el banco central.

El directorio se integra por 24 personas elegidas por los países miembro y se ocupan de la gestión de los asuntos ordinarios del organismo. Hasta el 2000 Carstens representó los intereses de Costa Rica, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Venezuela.

Una de sus primeras y más importantes incursiones en organismos internacionales.

 

Hace 15 años

Asume la subsecretaría de Hacienda y Crédito Público en la secretaría del ramo al arrancar el primer gobierno de transición a la cabeza de Vicente Fox y el Partido Acción Nacional (PAN) luego de 85 años y 14 sexenios liderados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Trabajó bajo las órdenes del entonces secretario de Hacienda Francisco Gil Díaz, quien define como “inteligente” y “creativo” a quien fuera una sus manos derechas.

“Agustín me propuso crear una cláusula de acción colectiva para la negociación de los bonos soberanos. Al secretario del Tesoro de Estados Unidos le gustó la idea y después de llevarla al G7, el éxito fue tan sorprendente que incluso la medida fue copiada por varios países”, relató a la revista Alto Nivel, Gil Díaz confesó que lo dejó sorprendido.

La cláusula permite renegociar deudas en peligro de suspensión de pagos, sin necesidad de que todos los acreedores estén de acuerdo. “Con ello se transformó la deuda mexicana”.

 

Hace 10 años

En agosto de 2003 Carstens se convirtió en el tercero al mando del FMI, como subdirector general hasta 2006 se hizo cargo de la relación de este organismo con aproximadamente 70 países miembros.

Ya perfilaba su postulación a la dirección general que se renovaría en 2011.

Agustín Carstens trabajó con los dos gobiernos del PAN.

 

Antes, Felipe Calderón, el segundo abanderado del PAN en la presidencia de la República, lo nombró secretario de Hacienda y Crédito Público, cargo que ocupó hasta 2009.

Al mismo tiempo que administraba las finanzas del país durante la crisis de 2008-2009, fungía como presidente del Comité de Desarrollo del FMI y del Banco Mundial.

Llegado el 2011 compitió para ser el primer mexicano en presidir el FMI, organismo que históricamente ha sido liderado por europeos, pero la francesa Chrsitine Lagarde era la favorita y le arrebató el cargo.

Pero a Carstens ese año le aplicó bien el dicho de “cuando se cierra una puerta se abre una ventana” pues ese mismo año el Consejo de Administración del Banco de Pagos Internacionales lo eligió como integrante.

 

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Cercanos

Carstens ha trabajado de cerca con relevantes personajes de la política nacional como Francisco Gil Díaz y Guillermo Ortiz, ambos exsecretarios de Hacienda, fue jefe de dos personajes que posteriormente le sucederían en el encargo, Ernesto Cordero y José Antonio Meade.

Aunque nunca ha trabajado para el sector privado, la relevancia de su encargo le ha llevado a tejer una relación de cercanía con los banqueros más importantes del país.

Los banqueros le hicieron notar su aprecio durante la 80 Convención Bancaria en marzo de 2017, durante su evento anual más importante fue acogido con aplausos y ovaciones luego de que se conociera que renunciaría anticipadamente a la gubernatura del Banco de México, pues fue la última a la que asistió en esa investidura.

“El mejor banquero central del mundo”, así lo describió Luis Robles Miaja, entonces presidente de la Asociación de Bancos de México y presidente del Consejo de Administración de Grupo Financiero Bancomer.

 

Miguel Mancera Aguayo 

Mancera es su padrino político, el personaje que le dio el primer impulso a su trayectoria, amigo de su padre Guillermo Augusto Carstens Lavista, quien lo reclutó a los 22 años para que comenzara a dar sus primeros pasos en el Banco de México como como analista auxiliar de la oficina de cambios.

Carstens ha seguido siempre sus instrucciones, como él mismo lo asegura.

“Estoy muy emocionado, muy agradecido. Como decía Miguel Mancera –siempre me da instrucciones y yo lo tomo como una instrucción- ¡no olvidarme de México! Continuaré sirviendo a este gran país desde Basilea”.

Dijo en septiembre de 2017 en un homenaje que le rindieron al cual asistió Miguel Mancera, quien le pidió no olvidarse de México. Carstens además se refirió al exgobernador como “una de las personas de las que más aprendió” junto con Guillermo Ortiz.

Este último fue también su profesor en el ITAM, pues Ortiz dio clases de 1977 a 1983.

 

Roberto del Cueto Legaspi

Además de compañero de trabajo, Roberto del Cueto es amigo de Agustín Carstens.

Roberto del Cueto ha acompañado la carrera de Agustín Carstens al interior del Banco de México.

 

A Del Cueto lo conoció siendo joven. Acompañó paso a paso el crecimiento profesional del ahora gobernador durante su larga carrera al interior del banco central, desde la dirección jurídica, pero –sobretodo- desde la amistad que los unió con Miguel Mancera Aguayo.

En el mismo periodo que Carstens trabajó en el banco central entre los 27 y los 42 años de edad, Del Cueto fue director de Disposiciones de Banca Central de 1985 a 1990 y posteriormente director general Adjunto de 1990-1994.

Además, el abogado lo acompaña desde hace una década -julio de 2007- como subgobernador en la Junta de Gobierno.

 

José Antonio Meade

Meade y Carstens hicieron equipo durante dos sexenios.

Como subsecretario de Hacienda y Crédito Público en la administración de Vicente Fox Carstens fue jefe directo de Meade, quien entonces era un treintañero a cargo de la dirección general de Banca y Ahorro.

Cuando Carstens se convirtió en secretario de Hacienda durante la administración de Felipe Calderón mandó llamar a Meade para que se encargara de la oficina de coordinación y después asumiera la subsecretaría de Ingresos.

 

Familia

Carstens fue criado en una familia de clase media alta, su padre Guillermo Augusto Carstens Lavista, contador que trabajó en una agencia de distribuidores de camiones, falleció en enero de 2011, su madre es Paulina Carstens originaria de Guadalajara, tuvieron cinco hijos.

Dicen sus papás que Carstens no fue un niño muy aplicado en la escuela, más bien era juguetón.

Desde el kínder hasta la preparatoria estudió en un colegio privado alemán donde aprendió el idioma. Aun así, recuerda que a veces el dinero era escaso. Vivía en Coyoacán, cerca de Ciudad Universitaria.

Carstens conoció a su esposa, Catherine Mansell, durante su estancia en la Universidad de Chicago.

 

Se casó con Catherine Mansell Mayo a los 28 años -en 1986- una economista y escritora estadounidense a quién conoció en la Universidad de Chicago.

Al concluir sus estudios ambos se mudaron a México, mientras Carstens reanudaba su carrera en el Banco de México, Mansell se incorporaba como profesora del ITAM donde laboró por más de 10 años, luego se hizo literata.

Catherine radica actualmente en Estados Unidos, Carstens ha vivido con ella de forma intermitente, no tienen hijos, estuvieron separados, por ejemplo, cuando él fue secretario de Hacienda y luego gobernador, pero juntos cuando fue subdirector general del FMI entre 2003 y 2006.

 

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Patrimonio

Agustín Carstens hizo su declaración patrimonial, pero no autorizó que se hiciera pública, pudo hacerlo porque los legisladores arrancaron de la Ley General de Responsabilidades Administrativas -popularmente conocida como Ley 3de3- el principio de máxima publicidad que obliga a los servidores públicos a poner la información a disposición de la sociedad.

Sin embargo, sabemos que como gobernador del banco central recibe un sueldo mayor al del Presidente de la República porque la Ley de Transparencia obliga al organismo a publicar el tabulador salarial.

Descontando impuestos y prestaciones los miembros de la Junta de Gobierno perciben un sueldo mensual que va de los 233 mil a los 239 mil 527 pesos mensuales, Carstens siendo gobernador podría percibir un poco más, pues el tabulador omite sus honorarios.

El salario neto de un subgobernador es casi igual al que percibe el presidente Enrique Peña según su declaración más reciente de 2017 por 234 mil 946 pesos mensuales, es mayor al de cualquier funcionario, exceptuando al de Salud.

Agustín Carstens tiene perros pug.

 

Por ley ningún funcionario debe ganar más que el Presidente, pero los miembros de la Junta de Gobierno pueden hacerlo porque de acuerdo con la Ley del Banco de México no forman parte de la institución, su remuneración la determina un comité integrado por el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y dos personas nombradas por el secretario de Hacienda.

Es por ello que los 2.8 millones anuales que reciben los miembros de la Junta se registran como honorarios, tal como si estuvieran prestando un servicio profesional.

Sin embargo, si reciben las prestaciones que el resto de los servidores públicos en el Banco, más de un millón 432 mil pesos anuales en concepto de prima vacacional, aguinaldo, ayuda de despensa y canasta navideña, entre otras.

Como gerente general del Banco de Pagos Internacionales Agustín Carstens tendrá ingresos superiores a los 15 millones de pesos anuales o 1.2 millones mensuales, será uno de los funcionarios mejor pagados del mundo.

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