Además de Manzanillo, ¿qué hay en Colima?

Es el segundo estado con menor población y el cuarto más pequeño en superficie. Sin embargo, puedes encontrar desde islas hasta volcanes en el estado.
15 Septiembre, 2017 Actualizado el 15 de Septiembre, a las 19:09
Colima es un estado con diversos atractivos turísticos a pesar de su tamaño y población. (Foto: Reservamos)
Colima es un estado con diversos atractivos turísticos a pesar de su tamaño y población. (Foto: Reservamos)
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Como mexicanos, tal vez se piensa en el estado de Colima poco.

Eso a pesar de que, aunque es pequeño en territorio, el cuarto menos extenso, es una potencia turística.

No solo es Manzanillo, una de las playas más famosas de México, lo que atrae a visitantes nacionales e internacionales a sus costas, sino que en su pequeño territorio se puede encontrar prácticamente todo tipo de geografía.

Desde volcanes, manantiales, grutas, playas y zonas arqueológicas, todo se encuentra en las casas del Pacífico mexicano. Incluso tienen el territorio más alejado del país que sigue siendo parte de México: las islas Revillagigedo.

Además, Colima ha sido la cuna de la harina libre de gluten, para los celíacos del mundo, de los sopitos –tortillas de masa con carne molida y salsa de tomate- el “pozole seco” y los “tuberos”, personas que trepan palmas para bajar cocos.

 

La comida tradicional del estado de Colima sigue presente y es una sus principales atracciones.

 

En el día de los hijos ausentes, dedicado a los colimenses que dejaron el estado y que pusieron el nombre en alto, se celebra a Miguel de la Madrid, quien fue presidente de México de 1982 a 1988; a Griselda Álvarez Ponce de León , la primera gobernadora en México y el escritor y poeta Felipe Sevilla del Río, entre otros colimenses ilustres.

Tenían un equipo de fútbol de segunda división pero que descendió a tercera, Los Picudos de Manzanillo. Anteriormente fue denominado como Atlético Tecomán, donde jugó Raúl Enríquez, perteneciente a Xolos pero jugador del Juárez. Son conocidos como “los Picuditos”.

 

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En Comala, desaparecen las leyes de la física

Colima es casa también de un lugar en el que la gravedad pareciera no tener poder.  Conocido como “la Zona Mágica”, se trata de una colina en la que, en lugar de rodar hacia abajo, las cosas ruedan hacia arriba.

Si un auto se coloca en neutral en el fondo de la pendiente, es posible observar cómo, a pesar de lo que se nos inculcó durante años, en lugar de dirigirse hacia abajo, este regresa a la cima, casi como por arte de magia.

La realidad es que esta y otras zonas del mundo donde sucede el mismo efecto, son ilusiones ópticas. No por quitarle el atractivo o la magia a la colina de Comala donde sucede este peculiar fenómeno, pero hay otras regiones del mundo en donde ocurre como Estados Unidos, Brasil y Australia, eso sí, en México el lugar es único.

 

"La Zona Mágica" es visitada por turistas para comprobar su famoso efecto de ilusión.

 

Y todos comparten el hecho de que las alteraciones en la gravedad son, en realidad, una muy buena ilusión óptica, tan buena que solo con herramientas especiales se puede detectar.

“El terreno está posicionado de tal forma que parece que vas hacia arriba, aunque no es así”, de acuerdo con Brock Weiss, físico de la Universidad de Pensilvania, “De hechos estás yendo hacia abajo, pero para tu cerebro, la impresión es que vas hacia arriba”.

Se les conoce como colinas de gravedad, y la explicación tiene que ver con el horizonte, que está oscurecido en áreas estratégicas en estas colinas, de manera que nuestro cerebro no tiene puntos de referencia. Cuando esto pasa, no puede diferenciar si la pendiente va hacia arriba o abajo, por lo que crea esta ilusión.

 

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Para verlo de primera mano, se necesita viajar al pueblo mágico de Comala, conocido como el “Pueblo Blanco de América”, por sus casas con fachadas de ese color y tradicionales techos de teja.  Esa imagen es tan famosa, que es el escenario escogido por Juan Rulfo para su novela “Pedro Páramo”.

Llegar en auto a la zona mágica es un poco tardado, pues se encuentra a 757 kilómetros de la Ciudad de México, en un viaje de aproximadamente nueve horas. En avión el viaje es de una hora y media hasta Colima y de ahí, solo media hora hasta la Zona Mágica.

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