Aguas contaminadas ¿por influyentismo, desidia y corrupción?

La existencia de un conflicto de interés por parte de algunas empresas del ramo farmacéutico y químico queda en evidencia a raíz de la tragedia ambiental del Río Sonora, según las investigaciones de “Poder"
14 Octubre, 2015 Actualizado el 14 de Octubre, a las 15:13
La norma mexicana que regula la calidad de agua de consumo permite altos niveles de arsénico, cadmio y zinc, en relación a los estándares sugeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La norma mexicana que regula la calidad de agua de consumo permite altos niveles de arsénico, cadmio y zinc, en relación a los estándares sugeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Arena Pública

El estándar mexicano viola el derecho humano al agua salubre y de calidad.

Así lo señala la ONG Poder que, en los Comités de la Cuenca del Río Sonora, ha venido acompañando a los afectados que han presentado distintos amparos a raíz del derrame perpetrado el año pasado proveniente de la mina Buenavista del Cobre, subsidiaria de Grupo México del empresario Germán Larrea.

Se movieron las aguas después de las averiguaciones, sacando a flote una serie de puntos que habían quedado inconclusos, en especial con relación a la norma NOM-127-SSA1-1994 que regula la calidad del agua. En las averiguaciones se detectó que esta norma era muy permisiva, pese a su modificación de 1999.

Ésta permite altos niveles de arsénico, cadmio y zinc, en relación a los estándares sugeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Así como el río Sonora, otros ríos como Durango, Jalisco, Veracruz, Nuevo León y Sinaloa, hoy viven catástrofes ambientales que se suman a los 1,124 casos de daño ambiental ocurridos en los 2 años que han transcurrido en el sexenio de Enrique Peña Nieto, como lo referencia la organización no gubernamental Greenpeace.

En la mayoría de los ríos del territorio mexicano se encuentran algunos metales pesados altamente tóxicos como el mercurio, cromo, cadmio y otros compuestos dañinos, como el tolueno o el benceno.

Según recientes estadísticas del estado del agua en México por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se determinó que 260 lugares están clasificados como fuertemente contaminados.

¿Porqué ocurre?

"Existe un desinterés por parte del Estado".

“La Secretaría de Salud, la encargada de aprobar la misma norma para el agua de consumo humano, junto al comité Consultivo Nacional de Normalización de Regulación y Fomento Sanitario en el que participan empresas del ramo farmacéutico y químico que tienen voz y voto, dejan en evidencia que hay un conflicto de interés”, explica Paola de Loera, de la ONG Poder.

Entre algunos integrantes del Comité, se encuentran la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (AMELAF), la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA), la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) y el Colegio Nacional de Químicos, Farmacéuticos Biólogos de México (CNQBM). 

Así, las industrias con procesos operativos que dejan altos desechos tóxicos en el medio ambiente, se benefician de la complicidad de las autoridades y hacen de México un lugar atractivo para contaminar. Y es que la industria química, minera y la petrolera, son las que producen los contaminantes de mayor impacto ambiental.

Por ejemplo, una de las empresas que se ha beneficiado con esta situación es la Chilena SQM, dedicada a la distribución mayorista de alimentos para animales, fertilizantes y agroquímicos.

Según las investigaciones realizadas por la ONG Poder, esta empresa propuso incluir al yodo entre los químicos permitidos en el agua de consumo, teniendo en cuenta que éste y sus derivados son una de las cinco líneas de negocio de la empresa.

“Muchas de estas empresas no tienen si quiera una página de internet” dice de Loera.

Tal es el caso de Provida Inmunizada, que también participó en la modificación de la norma y es proveedora del gobierno federal y del IMSS, dedicada a la fabricación de productos químicos y farmacéuticos.

O las empresas Amica y Grupo Conccisa, registradas también como redactoras de la modificación a la norma que regula la calidad del agua en México.

La primera, dedicada a la fabricación de químicos; y la segunda, participó en la modificación de la norma para instituir los requisitos de infraestructura y equipamiento de hospitales, y que ganó -por cierto- una adjudicación de la Sociedad Hipotecaria Federal.

Acerca de la norma mexicana

Esta norma fue enmendada en 1999 a cargo de este grupo de empresarios de la industria de químicos y farmacéuticos, pero que no fue suficiente para prevenir la presencia de agentes químicos perjudiciales para la salud.

En ese año se propuso reducir la cantidad de arsénico permitida en el agua de consumo. “Esta norma permite cinco veces más arsénico en el agua a diferencia de lo establecido por la OMS, produciendo cáncer si se consume en altas cantidades.”

“Aprueba 1.5 veces más Zinc que lo permitido por la misma organización y produce úlceras, anemias y también cáncer”. 

“Otro metal presente en el agua que admite la norma es el cadmio, que daña los riñones y altera el sistema inmune, éste último también sobrepasa los estándares recomendados a nivel mundial”, dice Paola de Loera de la ONG Poder.

Al menos en la Unión Europea son miles los compuestos que están reglamentados y muchos de estos metales están prohibidos, según datos de la agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA).

En México, cientos de sustancias tóxicas son vertidas a los ríos cada día y solamente una docena están regulados, principalmente los metales pesados. En nuestro país cualquier empresa o individuo puede descargar en los ríos sustancias altamente tóxicas sin que exista una obligación de sancionarlos.

Como en el caso del Río Sonora. Pese a que Grupo México señaló que repararon los daños, exclusivamente lo hicieron en el terreno donde se ubican sus concesiones mineras, que abarca 30 kilómetros desde el área donde inició el derrame.

Y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) no ha evaluado ni aprobado el trámite para restituir a las comunidades afectadas en otras cuatro zonas restantes del desastre natural.

Y la tragedia... continúa

El desastre ambiental por el derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato, perpetrado por Grupo México, una de las empresas mineras más poderosas del país, afectó 17.6 kilómetros del arroyo Tinajas, 64 kilómetros del río Bacanuchi y 190 kilómetros del río Sonora.

Ahora los habitantes damnificados junto a la ONG Poder han presentado cinco amparos, un año después del siniestro, porque no se sienten tranquilos con el agua de los pozos que les están suministrando para su consumo.

En uno de estos amparos exigen a Semarnat, a la Conagua, a la Secretaría de Salud y a Cofepris, que mejoren sus estándares de medición, especialmente a aquellos niveles que no resultan favorables, porque se les está violando el derecho al agua salubre y de calidad.

-¿Podría este amparo influir para que la norma sea revaluada y así beneficiar a otras comunidades en territorio mexicano con problemas de contaminación de sus ríos?- Se le pregunta a los miembros de la ONG Poder

“Nosotros interpusimos el amparo y tiene efecto inmediato sobre quien lo interpuso, sin embargo podría crear un precedente jurídico y un criterio claro ante otras futuras demandas que pueden presentarse en otras comunidades que puedan ser afectadas” aseguró Gisela Ramírez, investigadora de Poder. 

De Loera explica que las recomendaciones de la OMS son solo recomendaciones y por eso las autoridades no han hecho nada para que estas se ciñan al estándar internacional.

Sin embargo, Luis Miguel Cano, abogado de la misma ONG, explica que las guías de la OMS deberían imponerse sobre la NOM-127, porque a partir de 2011 la Constitución mexicana tiene el mismo peso que los tratados internacionales y, en este caso, debe prevalecer la norma que ofrezca mayor beneficio a la ciudadanía.

A FONDO: Las empresas detrás de la laxa norma de calidad de agua de Rindecuentas.org y ver también Grupo México causó derrame en río Sonora por trabajar fuera de la ley